Quejas en el arranque del curso en Orihuela por la falta de mantenimiento en colegios
Más de 13.000 escolares inician las clases en el municipio; en Hurchillo siguen a la espera de que acaben las obras de ampliación del centro
Las obras del colegio Manuel Riquelme de Hurchillo tendrán que salir de nuevo a licitación. Así lo aseguró ayer el concejal de Educación, Vicente Pina (PP), a preguntas de LA VERDAD. El edil, que se encontraba inaugurando el nuevo curso escolar en el colegio público de Desamparados, espera retomar las obras cuanto antes después de que quedasen paradas antes de terminarse. «La empresa se fue y nos dejó con el colegio a medias. Hay que hacer un estudio de las necesidades pendientes que no cubrió esa empresa», declaró el edil.
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Gracias a la financiación aportada por medio del Plan Edificant del anterior Consell del Botánico, el gobierno del exalcalde Emilio Bascuñana (PP) emprendió un ambicioso programa de obras en más de una decena de centros educativos. En el caso de Hurchillo, se trataba de una reforma y ampliación y se adjudicó por parte de la Junta de Gobierno en 2020 a la mercantil oriolana Frajecam por unos 193.600 euros (IVA incluido) y con un plazo de ejecución de cuatro meses. El contrato, sin embargo, ya comenzó con problemas. En 2021 el PSOE en la oposición desvelaba que la empresa quería ya rescindir el contrato ocho meses después de firmarlo por el incremento de costes y ante la tardanza del Ayuntamiento en firmar el acta de replanteo, documento que da inicio oficial a las obras. Finalmente el encargo recayó en otra mercantil. «La empresa primera no se presentó y la que continuó el proyecto lo abandonó cuando ya llevaba hecho más del 80% de la obra. Desde principios del curso pasado no hemos vuelto a ver a los obreros», cuenta el director del centro, Joaquín Marzá. Espera como agua de mayo poder contar con esas dos aulas, aseo y almacén con el que poder desarrollar las capacidades creativas y artísticas de sus alumnos. «Así lo que iba a ser una obra de cuatro meses, va camino de cuatro años».
Más allá de este percance, el concejal de Educación no descartó emprender más obras pequeñas en centros educativos, aunque situó como prioridad la apertura del nuevo colegio número 20 en Orihuela Costa, cuya parcela, en la calle Níspero, está pendiente de ser habilitada para la instalación de aulas prefabricadas. El colegio de ladrillo todavía no está claro dónde irá a parar. La apertura de los barracones, por su parte, ya se estima para 2025.
El colegio que sí ha visto terminadas sus obras de ampliación a través del Edificant ha sido el de Desamparados, de ahí que el equipo de gobierno escogiera su recién inaugurado gimnasio para dar ayer el pistoletazo oficial al nuevo curso. En total, más de 13.000 alumnos regresaban ayer a las aulas en todo el municipio, según los datos provisionales aportados por Conselleria.
Pendientes del contrato
Un regreso a las aulas marcado también por el malestar silencioso entre directores y padres de alumnos respecto de la tardanza por parte del Consistorio en emprender tareas de mantenimiento. Si bien el equipo de gobierno ha contratado de urgencia reparaciones de goteras en el colegio Miguel Hernández o de arreglo del comedor del colegio de La Matanza, fuentes docentes consultadas por este diario se quejan de demoras en las reparaciones. «Apenas han pasado por los colegios algunas brigadas para limpiar los patios de hojas y broza».
Que el mantenimiento se ponga al día dependerá en gran medida de que salga a licitar este servicio. El anterior ejecutivo de la exalcaldesa Carolina Gracia (PSOE) anunciaba, ya de salida, la redacción de las memorias valoradas. El concejal Pina indicó ayer a este diario que esta semana tenía prevista una reunión con una empresa experta en redacción de pliegos técnicos de cara a desatascar la redacción de un contrato «muy complicado».
Con serios problemas de mantenimiento está, por ejemplo, el colegio Virgen de la Puerta. En un inicio, se planteó una reforma integral del centro, para después, durante el gobierno PSOE-Cs, optar finalmente por una demolición y reconstrucción integral del edificio. «Seguimos trabajando en esa línea. Todos sabemos que ese centro tiene unas necesidades muy urgentes», indicó Pina.
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