El Oratorio Festivo de Orihuela perderá parte de su patio para crear una nueva zona verde
El Ayuntamiento propone aplicar esta solución en la calle de acceso al centro educativo para regularizar su situación urbanística
Orihuela empezará a regularizar la situación urbanística del colegio Oratorio Festivo 20 años después de que su edificio tuviera que reconstruirse. La situación en la que se encuentra el centro en la actualidad y como figura de forma oficial en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y en el Plan Especial de Protección del Casco Histórico de Orihuela (PEOPCHO) nada tienen que ver entre sí. La propuesta del Ayuntamiento para acabar con esas diferencias entre el plano y la realidad pasa por la creación de una nueva zona verde frente al centro educativo y el retranqueo de su patio. Así lo recoge el documento que Urbanismo acaba de publicar en la web municipal.
El Oratorio Festivo fue fundado en 1918. En 2001, el edificio empezó a mostrar problemas en su estructura, lo que llevó a su clausura y traslado de los alumnos a aulas provisionales. En 2004, se inauguró un nuevo edificio en el que continúa hasta la actualidad. Sin embargo, las obras dejaron un rompecabezas urbanístico de difícil solución.
El documento desvelado ahora por el Consistorio explica que, con carácter previo al desalojo y reconstrucción del Oratorio Festivo, existía un área específica dentro del PEOPCHO, la UE-12, formada por el propio colegio y un conjunto de infraviviendas emplazadas sobre la ladera del monte San Miguel. El objetivo era erradicar este fenómeno. Dichas casas con patio trasero, de hecho, ya eran de propiedad municipal cuando el colegio abordó su reconstrucción, ya que fueron adquiridas mediante expropiación.
De aquellas viviendas ruinosas ya no queda nada. Cuando el colegio realizó su obra, se practicó un gran socavón en la falda del monte y se ocuparon los terrenos de varias de esas casas para dotar al centro educativo de pistas deportivas, las cuales están constreñidas al norte con taludes verticales de hasta 15 metros de altitud y, al sur, por una calle ya de por sí estrecha. Esa situación es la que cabría ahora legalizar, aunque no bajo los parámetros del llamado UE-12.
El Ayuntamiento entiende que, con la reforma del colegio y otras obras emprendidas en algunas casas de las adyacentes calles San Miguel y Timor, el sentido que dio origen a la UE-12 (que no era otro que acabar con la infravivienda) se ha dado por solventado. Un problema de degradación urbana a cuyo fin, señala además el Consistorio, ha contribuido la reurbanización y mejora de la accesibilidad en San Miguel y Timor, financiada con los fondos europeos Edusi.
Con el fenómeno atajado, solo queda dar salida a esa invasión de terreno que el colegio realizó sobre las infraviviendas de propiedad municipal derribadas. Todo ello, recalcan desde el Ayuntamiento, sin frustrar las necesidades educativas del centro que, dicen, está tramitando con la Conselleria una mejora de sus espacios deportivos con la instalación de un gimnasio, vestuarios y aseos.
Solución propuesta
Así, la propuesta de ordenación del Consistorio contempla la eliminación (también sobre plano) de las viviendas derruidas, manteniendo en su posición actual tan solo el conjunto de casas en hilera frente a la zona reurbanizada de las calles San Miguel y Timor. La parcela del centro educativo se amplía sobre plano por las zonas ocupadas durante su reconstrucción y se calificarán como Terciario Especial.
El cambio más significativo vendría de la creación de una nueva zona verde de 508 metros cuadrados en el frente del centro escolar con el fin de crear en el mismo vial de acceso al colegio «zonas de estancias y encuentro seguras tanto al servicio del colegio como de la población, dignificando así este frente degradado y ampliando el espacio público existente mediante la cesión por parte del Obispado de parte de sus terrenos en beneficio del espacio público». Una solución que, sobre plano, supone un leve retranqueo del patio.
Asimismo, el Consistorio recoge que solicitará al Oratorio Festivo medidas para la integración paisajística y la amortiguación del impacto generado por el talud hecho sobre el monte para albergar sus pistas deportivas. Una actuación que el Ayuntamiento, valora, es imposible de retrotraer a su estado original.
Alternativas rechazadas
Con carácter previo a esta alternativa de solución, que pasa por la creación de una nueva zona verde en el vial que hay frente al colegio, se han descartado otras opciones. La primera era la de no introducir ningún cambio y mantener el colegio en sus lindes actuales. Algo que no aprueba el Ayuntamiento porque «conlleva la no compensación de las zonas verdes actualmente existentes, además de mantener la constricción que actualmente presenta la red viaria que da frente al centro educativo».
Asimismo, también se planteó otra opción que pasaba por segregar parte de las actuales pistas deportivas del colegio para ubicar un parque cuadrangular en su lugar. Algo que el Consistorio tampoco ve con buenos ojos porque «una disminución acusada de la parcela vinculada al colegio conlleva que no se pueda cumplir el programa de necesidades dado por la Conselleria de Educación, que requiere la ampliación de sus instalaciones deportivas mediante la construcción de gimnasio, vestuarios y aseos».
Antecedentes
En el mandato 2015-2019, la gestión de los terrenos del Oratorio Festivo fue motivo de polémica. La edil no adscrita Carmen Gutiérrez dirigió una denuncia ante la Agencia Valenciana Antifraude ante lo que consideraba un intento irregular de arreglar la situación del colegio. Acusaba al entonces edil de Patrimonio, Rafael Almagro, de estar negociando con el Obispado la permuta de las infraviviendas derruidas y de la iglesia de San Agustín por los terrenos municipales que la Diócesis ocupa junto al colegio Santo Domingo.
Ahora, la búsqueda de una solución definitiva a este largo entuerto, se produce también en un momento en el que el Ayuntamiento mantiene abiertas las negociaciones con el Obispado para la permuta de los terrenos de Santo Domingo. Aquella parcela albergaba la discoteca 'Momentos' y, tras ser adquirida por el municipio, se cedieron al colegio para albergar unas aulas de la Universidad de Alicante que nunca se pusieron en marcha. En su lugar, lo que hay ahora son pistas deportivas de este otro centro concertado de la Iglesia.