La oposición denuncia amenazas del concejal Gonzalo Montoya a un consejero de Orihuela Cultural

El último consejo de administración de la empresa municipal Orihuela Cultural terminó de la forma más abrupta, inesperada e incluso, inciden, «esperpéntica». Gritos, dimisiones y hasta amenazas que las tres formaciones que conforman la oposición al equipo de gobierno PP-Vox, PSOE, Ciudadanos y Cambiemos, han salido a denunciar este viernes. En concreto, aseguran que el concejal de Cultura, Gonzalo Montoya (Vox), intentó amedrentar a uno de los tres consejeros no políticos de la empresa pública encargada de la gestión de los museos de la ciudad. Motivo más que suficiente, aseguraron las concejalas Mar Ezcurra (Cs), Leticia Pertegal (Cambiemos) y Aynara Navarro (PSOE), para solicitar al alcalde, Pepe Vegara, que decrete el cese inmediato de Montoya.

La reunión del consejo de administración, que estuvo presidida por el concejal de Educación, Vicente Pina, en ausencia del alcalde y presidente de la entidad, tenía siete puntos del día. Solo se dio visto bueno al primero: «Aprobación de las actas de las sesiones anteriores». Fue llegar al segundo, «Aprobación de la programación del primer trimestre de 2024 y avance del resto de 2024», cuando la tensión se mascó hasta extremos rara vez vistos.

Según relatan los ediles de la oposición, uno de los consejeros no políticos se negó a dar su aprobación a la programación cultural. Algo que se solventó, supuestamente, con la amenaza de Gonzalo Montoya a este advirtiéndole de que, si se oponía, procedería a su destitución como consejero de Orihuela Cultural. Una decisión que, en cualquier caso, responde en exclusiva al alcalde como presidente de la entidad.

Dentro del consejo de administración de la empresa municipal están como representantes del ejecutivo local, el edil de Cultura, Gonzalo Montoya (Vox), el de Educación, Vicente Pina (PP) y el propio alcalde-presidente, Pepe Vegara (PP). Por parte de los tres partidos de la oposición están las concejalas antes mencionadas y habría otro tercio de personas designadas que no son políticos. Ellos son Aitor Larrabide, María Espinosa y Juan José Sánchez Balaguer. Director de la Fundación Cultural Miguel Hernández, funcionaria municipal y profesor-doctor de la Universidad Miguel Hernández, son tres rostros reconocidos del ámbito cultural en la ciudad.

Al parecer y siempre según la versión de la oposición, uno de los tres se habría negado a votar a favor del segundo punto recibiendo por ello una supuesta reprimenda de Montoya. «Una situación dantesca, inadmisible y bochornosa que no puede quedar impune», ha incidido la edil naranja y anterior concejala de Cultura, Mar Ezcurra.

Según han relatado las tres ediles de la oposición, en el momento de la votación de la programación y al comprobar que no contaba con los votos necesarios para su aprobación, Montoya se dirigió públicamente a uno de los consejeros que se abstuvo de votar a favor manifestándole «te traje al consejo de administración para que nos apoyes. Si no votas a favor, te revoco». Algo que el propio consejero afectado hizo público para que constase en acta.

Ante este hecho, aseguran, otro de los consejeros quiso dimitir en el mismo momento e incluso abandonó la sesión. «No podemos consentir coacciones, amenazas y malos modos hacia un consejero por el mero hecho de votar en libertad ante una propuesta a la que le faltaban datos importantes y relevantes», ha denunciado Mar Ezcurra.

«Ante este sometimiento de acoso, coacción e intimidación a uno de los consejeros de la sociedad municipal al no emitir un voto a favor, se tuvo que suspender la convocatoria», ha explicado, por su parte, la concejala de Cambiemos Leticia Pertegal, quien ha asegurado también que «tenemos responsabilidad penal en nuestras decisiones dentro del consejo de administración y no vamos a tolerar que nadie nos coaccione de esta manera tan chulesca».

Por su parte, la concejala socialista, Aynara Navarro, ha asegurado que «no es la primera vez que somos testigos de estas actitudes autoritarias y déspotas por parte del concejal de Cultura, tanto en el Pleno como en las diversas tertulias de las que hemos formado parte. Es inadmisible e injustificable que el señor Vegara mantenga en el equipo de gobierno a un concejal con una carencia total de un código ético o de conducta, por lo que exigimos que cese».

El edil de Cultura, Gonzalo Montoya, manifiesta a este periódico que sí es cierto que «a alguno de los consejeros no le gustó la programación. Hubo mucha discusión, mucho intercambio de pareceres y uno de los consejeros atacó muy fuertemente la propuesta de la gerencia y yo le dije que nosotros no le habíamos elegido para eso. Pero no me refiriéndome al sentido de su voto, sino a las formas y al ataque tan destructivo que hizo».

Señala que la oposición, con sus declaraciones de este viernes, «ha sacado todo de contexto» y que han aprovechado una discusión para «sacar rédito politico». «Se ha dicho que yo iba a cesar a alguien, cuando saben que yo no puedo hacer eso, ni puedo amenazar con ello», asegura negando rotundamente las supuestas coacciones. «Solo le afee al consejero su conducta por el ataque que hizo a la programacion de la gerencia», insiste.

Asimismo, califica de «muy excesiva» la petición de su cese por parte de las tres formaciones que integran la oposición y censura «los descalificativos personales» que, dice, han vertido sobre él. «Me parece muy triste. Saben lo que pasó y yo en ningún momento, ni levante la voz, ni amenace a nadie. Pero, por desgracia, esto suele ser la política», lamenta.

Según afirman PSOE, Ciudadanos y Cambiemos, la propuesta elevada por el edil de Cultura al consejo de administración presentaba multitud de inconcreciones. Partidas de miles de euros con conceptos, manifiestan, tan abiertos como «concierto por definir» en los que se detallaba la empresa con la que se contrataría, pero no el artista que estas mercantiles traerían a Orihuela.

Montoya reconoce que sí había una partida de «concierto por determinar», pero insiste en que ya se dijo de corregirlo. «Para eso se decidió suspender y posponer el consejo, para corregirlo».

En estos casi seis meses desde que llegó el nuevo equipo de gobierno PP-Vox la gestión de la programación cultural por parte de Gonzalo Montoya ha sido especialmente criticada. Desde la oposición, convienen en señalar su escasa diversidad y gran carga religiosa, así como recriminan decisiones polémicas como la suspensión de la Noche de las Ánimas.

El PSOE también denunció hace un mes que los sueldos de los trabajadores de Orihuela Cultural corrían peligro. Con las partidas consignadas en los presupuestos de 2018 (los actualmente vigentes) agotadas, el equipo de gobierno tuvo que sacar dinero de los remanentes de tesorería para financiar las nóminas de los gestores y guardianes de los museos oriolanos.

Sobre la mesa del consejo de administración de la sociedad han quedado asuntos pendientes de gran trascendencia. El tercer punto era sacar a licitación el contrato de servicio, asistencia técnica y mantenimiento ordinario del equipamiento e instalaciones de tramoya y escena, sonido, iluminación y electricidad del Teatro Circo.

El cuarto punto era aprobar las tarifas de alquiler del Teatro Circo, el quinto era aprobar el calendario laboral de la plantilla y sexto era la licitación del servicio de auditoría financiera para las cuentas anuales de 2024, 2025 y 2026. Por último, estaba un octavo punto de ruegos y preguntas.

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