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El belén de la indulgencia del convento de franciscanos de Orihuela sobrevive al día de Reyes
La bula papal por el 800 aniversario del primer nacimiento prolonga la exposición hasta el 4 de febrero
Hace una semana que, con la llegada de sus Majestades de Oriente a todos los hogares, se dio por despedida la Navidad, sin embargo, hay un rincón de Orihuela donde el espíritu navideño sigue muy presente y así seguirá al menos hasta el 4 de febrero. En el convento de franciscanos, hogar del Patrón oriolano, los monjes todavía no han retirado su nacimiento. Y es que su belén tiene este año una característica especial. Con motivo del 800 aniversario de que San Francisco de Asís pusiera el primer belén del que se tiene constancia, el Papa ha otorgado una bula para que todos aquellos que se acerquen a este particular nacimiento y recen unas oraciones obtengan la indulgencia plenaria o, lo que es lo mismo, el perdón a sus pecados.
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Pero más allá de lo estrictamente religioso, que ha sido excusa para prolongar su exposición, se trata de una pieza única, de las más grandes de Orihuela y quizá de toda la provincia. Tiene unos 90 metros lineales de longitud, 140 metros cuadrados de superficie y hasta 700 piezas, de las cuales la mayoría, a excepción de las de barro –obra de artesanos murcianos–, son todas de fabricación propia. «Lo hemos ido mejorando poco a poco, incorporando nuevas casas, adornos, árboles. Todos hechos por nosotros», describe orgulloso el padre del convento, Fernando Cuenca.
La imagen del belén, por otra parte, varía con los años y no solo por las nuevas incorporaciones. «Unos años el nacimiento se representa en un establo y otros en una cueva. Además, las imágenes de la Virgen, el Niño Jesús y San José se hacen nuevas todos los años».
Cuenca, que anima a apurar la bula papal para visitar su nacimiento, destaca que hasta ahora son muchos los autobuses con curiosos venidos de todos los rincones de Alicante y Murcia que se han acercado a visitar la sede franciscana. «Estamos muy contentos porque está teniendo una muy buena acogida».
A ello se suma que, en el mismo claustro, se pueden visitar otros nacimientos pequeños, lo que ha convertido desde hace 15 años, junto al gran belén, al convento en un reclamo turístico extra que alienta las visitas a Orihuela en navidades y este año, además, también en enero.
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