Arreglan el pavimento levantado por los árboles de la plaza de la Constitución de Torrevieja
La emblemática glorieta continúa a la espera de la licitación del proyecto de remodelación
La plaza de la Constitución, la emblemática glorieta de los torrevejenses y corazón originario del pueblo, debe lucir perfecta. Esa es la máxima que el equipo de gobierno se ha fijado en los preparativos de estas fechas festivas. En las pasadas semanas se dio una mano de pintura al antiguo Ayuntamiento, la semana pasada concluía el montaje de la nueva carpa que acogerá el belén municipal y ayer los operarios se afanaban en arreglar con el pavimento levantado en la plaza. Las raíces de los cuatro árboles de gran porte que flanquean la fuente central habían dejado un aspecto deteriorado y una rasante peligrosa propensa a los tropiezos de cualquier viandante despistado.
Mientras, la plaza espera a que se licite el proyecto recién redactado para su remodelación. Encargado por el equipo de gobierno el pasado verano, costó 37.000 euros, pero poco ha trascendido del mismo, más allá de que el ejecutivo local no quiere trastocar mucho la plaza, donde cualquier cambio radical puede ser muy protestado por el valor simbólico de este enclave que concentra el Ayuntamiento y la parroquia de la Inmaculada.
En la memoria queda, por ejemplo, cuando, durante el gobierno pentapartito, parte de la azulejería en color yema y negro fue sustituida en la parte más próxima a la parroquia por trencadís. Finalmente, a la llegada de Eduardo Dolón a la alcaldía, ese acabado en mosaico fue de nuevo cambiado por los tradicionales 'manises' que ornamentan el resto de la plaza.El equipo de gobierno también ha dejado claro que quiere mantener el máximo arbolado posible para rehuir el efecto isla de calor en un casco urbano escaso de zonas verdes. En el pasado, ya la plaza se quedó con alguna calva por alguna infortunada visita del picudo a las palmeras que acabó en tala.
Asimismo, otro asunto es que tampoco hay voluntad de levantar mucho asfalto aunque algún promotor en el pasado haya visto en la plaza una buena ubicación para un subterráneo. El motivo no es otro que es una zona de presunción arqueológica. Excavar supondría asumir el riesgo de dar con un sorpresa, la de destapar el lugar donde se sabe que se ubicó el refugio que dio cobijo a los torrevejenses de los bombardeos de la aviación durante la Guerra Civil.
