La victoria andaluza
ASÍ ME PARECE ·
Me da la impresión de que las encuestas en Andalucía están infravalorando a Vox. Cabe la posibilidad de que el partido de Abascal crezca mucho másTodas las encuestas pronostican que, el próximo 19 de junio, el PP va a ganar las elecciones autonómicas en Andalucía. José Manuel Moreno Bonilla es ... un hombre tranquilo y afable, que ha sabido gobernar Andalucía con serenidad y moderación. Los andaluces son un pueblo sabio, capaz de apreciar y valorar las virtudes de sus gobernantes. Moreno Bonilla se merece una segunda legislatura. Y el electorado le va a brindar esa oportunidad.
Queda, sin embargo, una cuestión por resolver: ¿cómo será esa victoria andaluza del PP? ¿Como la obtenida en Madrid en mayo del año pasado? ¿O como la reciente de Castilla y León? En ambas la estrategia fue la misma, pero el resultado ha sido muy diferente. En Madrid, tras la pulverización de Ciudadanos, el PP, en su espacio electoral, no tenía más rival que Vox. Miguel Ángel Rodríguez decidió que había que ocupar el espacio del partido de Abascal. Los mensajes que le escribió a Isabel Díaz Ayuso, y que esta leía, iban todos en la misma dirección. La lideresa madrileña no era la «derechita cobarde», sino una mujer valiente, atrevida, incluso faltona, que hacía suyas la defensa de la libertad frente al intervencionismo socialista; y la afirmación de la unidad de España, frente a los cambalaches de Pedro Sánchez con los separatistas. Un liderazgo, en fin, muy parecido al de Vox. La estrategia dio resultado a medias. El PP logró impedir que creciera el partido de Abascal. Pero no pudo acabar con Vox, que consiguió resistir tan duro embate. El PP debió haber aprendido entonces la lección: Vox no es Ciudadanos. Tiene bases, organización y dirigentes que defienden con firmeza sus ideas. Pero, en fin, la estrategia terminó funcionando a medias.
Donde no funcionó fue en Castilla y León. Fernández Mañueco quiso hacer lo mismo que en Madrid. Incluso llamó a Isabel Díaz Ayuso para que le ayudara en la campaña electoral. Pero el resultado no fue el deseado. Vox creció mucho en Castilla y León. En Madrid el PP pudo gobernar en solitario, al quedar muy cerca de la mayoría absoluta, y sumar más escaños que toda la izquierda. Pero en Castilla y León, no. Fernández Mañueco necesitó ineludiblemente a Vox. O le daba la presidencia de las Cortes, la vicepresidencia del Gobierno y varias consejerías, o tenía que empezar a aceptar la necesidad de repetir las elecciones. Fernández Mañueco cedió. Formó gobierno, pero con Vox. Núñez Feijóo, recién llegado de Galicia, se hizo el sueco. Y miró para otro lado. El Partido Popular Europeo reprochó al PP que diera entrada en el gobierno autonómico a Vox. La victoria en Castilla y León fue considerada, pues, pírrica. O sea, a medio plazo un fracaso.
El PSOE solo crecerá en votos en Andalucía, y en el resto de España, si se enfrenta a Podemos y a los separatistas
Visto que con la estrategia de intentar ocupar el espacio de Vox se puede obtener un éxito, como en Madrid, o un fracaso relativo, como en Castilla y León, el PP en Andalucía ha decidido cambiar de estrategia. Moreno Bonilla no pretende discutirle el espacio a Vox, sino conquistar el espacio de centro, mediante un permanente alarde de moderación y de equilibrio, reclamando el voto incluso a los antiguos votantes socialistas desengañados. En consecuencia, ha limitado la presencia en la campaña de la populista Díaz Ayuso. Y repite, una y otra vez, que aspira a gobernar en solitario, dando a entender, sin decirlo claramente, que no está dispuesto a gobernar con Vox. ¿Será acertada esta estrategia? Según las encuestas, sí que lo es. Además, Moreno Bonilla ha sabido comprender que la mayor parte de la sociedad andaluza, tanto de izquierdas como de derechas, es moderada, y valora en mucho la capacidad de diálogo y el talante respetuoso de los políticos. Es muy posible, pues, que esta estrategia termine dando buen resultado, y que Moreno Bonilla roce la mayoría absoluta, sume más que toda la izquierda, y no necesite contar con Vox para formar gobierno. Sin embargo, tengo que reconocer que personalmente albergo algunas dudas. Me da la impresión de que las encuestas en Andalucía están infravalorando a Vox. Cabe la posibilidad de que el partido de Abascal crezca mucho más de lo que prevén las encuestas. Y, como es lógico, cuantos más escaños obtenga Vox, más lejos de la mayoría absoluta quedará el PP.
Mientras tanto, los socialistas han pasado de la perplejidad al absoluto desconcierto. No entienden por qué no suben sus expectativas electorales. Creen injusto que no se valoren sus esfuerzos en la lucha contra la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas. Parece que son ciegos, o que no quieren ver, que lo que más les perjudica a los socialistas es su relación con Podemos, y con los separatistas. Parece como si no quisieran admitir sus dirigentes algo que es evidente para muchísima gente: el PSOE solo crecerá en votos en Andalucía, y en el resto de España, si se enfrenta abiertamente a Podemos y a los separatistas. Félix Bolaños está resultando menos listo de lo que parecía.
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