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La rampa

Caza grande

La absolución de Martínez-Cachá, un caso que invita a debatir cómo reparar el daño causado a un inocente

Viernes, 19 de abril 2024, 00:51

Me quedo con el titular de la entrevista que Antonio Arco le hace a la exconsejera Adela Martínez-Cachá en la que, a propósito de ... haber sido absuelta del delito de prevaricación que le imputaban, expresa: «Se acabó esta puñetera pesadilla que me ha robado mucho tiempo de mi vida»... No he tenido el gusto de conocer personalmente a la exconsejera, pero me alegra triplemente esta absolución. Por ella misma, porque en la sentencia absolutoria va incluido el ingeniero Martínez Francés, al que sí conozco, desde niño, y, por último, me alegra que no habiten entre nosotros unos prevaricadores a cuenta de unas obras de emergencia para derivar caudales de la Rambla del Albujón. La Audiencia ha sentenciado que no hay caso. Los denunciados son inocentes, pero... ¿Quién les restituye el daño que han padecido? ¿Cómo se les compensa el sufrimiento, la maledicencia, las penurias judiciales, las dudas sobre su persona, los juicios paralelos, la congoja familiar y el dinero gastado en demostrar su inocencia?

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