La Tercera España
DEMASIADO PERRO ·
Somos gente nada fanática, con sentido común, que vemos las manipulaciones de unos y otrosChaves Nogales fue olvidado durante más de 50 años. Primero unos pocos y luego unos muchos, nos fueron recordando quién era y pudimos leer las ... cosas que escribió. Hay quien dice que no es para tanto, que últimamente se le ha supravalorado, pero a mí me gusta. Primero, porque escribía muy bien y segundo, porque era un hombre que intentó alejarse del pensamiento totalitario. Él vivió en una época en la que los totalitarismos de izquierda y derecha tensionaron el mundo. Primero, en una previa que fue la Guerra Civil española, después, en la Segunda Guerra Mundial, el mayor conflicto bélico que recuerdan los tiempos. En aquella Europa, en aquel mundo, en aquella España, tenías que tomar partido. Y si no lo hacías, o te fusilaban unos o te fusilaban otros. No tomar partido les parecía casi peor que tomarlo por el bando rival. Y así le fue al pobre.
La República. La Segunda República fue muchas cosas. No podemos afirmar que fue aquel sistema idílico que muchos nos cuentan. Tuvo muchísimas cosas buenas y algunas muy malas. Cuando se produce el golpe del 36, un atentado contra la legalidad vigente, la República se enfrenta a una amenaza muy seria, el capital, la Iglesia de entonces y, lo peor, los militares, se lanzaron a por el poder. En esa situación, en muchas ciudades, los republicanos más moderados se ven obligados a entregar armas a las organizaciones proletarias, o sea, al pueblo, porque la guarnición se ha sublevado. Eso para el golpe en muchas regiones, pero produce la revolución. Y ahí nos encontramos con que muchos republicanos convencidos como Chaves Nogales comienzan a sufrir. ¿Por qué? Porque dentro de la República había líderes que eran demócratas convencidos, gente moderada, que querían mejorar las condiciones de vida de los españoles, modernizar nuestro país, pero que no eran totalitarios. Por el contrario, había organizaciones que querían instaurar la dictadura del proletariado. Incluso dentro del PSOE no era igual la moderación de Besteiro que el radicalismo de Largo Caballero, el Lenin español.
La Tercera España. Y es por ese motivo, que aquellos que tenían sentido común, que abominaban del golpe de los militares y del fascismo pero que, siendo republicanos, tampoco querían apoyar a las ideologías totalitarias de izquierda, se vieron en tierra de nadie. Hoy en día es parecido: hay una inmensa masa de españoles, unos de centro derecha y otros de centro izquierda, que no entienden que el PP vaya de la mano de Vox o que el PSOE pacte con los independentistas. Esa Tercera España en la que muchos nos encontramos es más nutrida de lo que nuestros políticos piensan, de ahí aquel ascenso fulgurante de Cs en su momento. Pero claro, si montas un partido con gandules, frescos y vividores, aquello se diluye como un azucarillo. No me canso de decir que si uno de los grandes tuviera la inteligencia y el cuajo de echarse al centro y buscar ese caladero, tendría mayoría absoluta.
Chaves Nogales escribió contra los totalitarismos, nos los contó. Como dice su novela sobre el maestro Juan Martínez, «estuvo allí». Colaborador de Azaña, terminó por irse a París sin entender por qué sus compatriotas eran tan fanáticos, tan sectarios, tan cainitas. Criticó por igual al fascismo y al comunismo y se lamentó de que «nadie en España defendía la causa de la libertad». Chaves Nogales dejó escrito: «¡Cuidado! En mi deserción pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid como la que vertían los aviones de Franco, asesinando mujeres y niños inocentes. Y tanto o más miedo tenía a la barbarie de los moros, los bandidos del Tercio y los asesinos de la Falange, que a la de los analfabetos anarquistas o comunistas». Si quieren saber algo más pueden ver el magnífico documental 'El hombre que estaba allí' en Filmin. Tuvo que irse y su lucidez mental, la claridad que otorga pensar por uno solo y no lo que te dicen en un partido estremecen aun hoy en día. En el siglo XXI ha crecido algo que no se daba mucho en el 36, la clase media, a la que muchos pertenecemos y que surge del trabajo abnegado, de la lucha de muchas familias. Somos gente nada fanática, con sentido común, que vemos las manipulaciones de unos y otros, que los partidos se han convertido en agencias de colocación y que nos intentan radicalizar para seguir en el machito. Y nosotros no estamos en eso, somos la Tercera España.
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