El hombre acondicionado

La Humanidad, como la llaman, no tiene hartura. Si no te la mete por arriba, te la endilga por abajo. No toma el camino recto, que suele ser el más rentable, sino que se marinea. Los calores tan agobiantes que padecemos (y que van a más) son una consecuencia del cambio climático propiciado por la contaminación atmosférica. Esto lo saben ya hasta los nenes de teta. Y ellos más que nadie. Porque si, te sacas al crío a la sombra del jazminero para darle de mamar, observarás lo mal que se compadece el chupetón con la respiración del rorro. Es como que se ahoga. Y ello es debido a que el aire está sucio.

Entonces, ¿qué es lo que se le ocurre al ser humano para resolver el problema del calorazo? Pues, en lugar de dejar de contaminar, llega y se inventa un aire acondicionado de llevar.

–¿Cómo de llevar?

Sí, señora. De llevarlo puesto.

–En el móvil, dirá usted.

¡No, no! Puesto. Como llevan los calzoncillos los caballeros y el viso la señoras.

–El viso ya no existe.

Bien, vale. Entonces, el miriñaque, joder. (El lector lo que va buscando es que me pille el toro). El asunto es que han conseguido un aire acondicionado para calzárselo encima. Han sido los de Sony. Y lo llaman Reon Pocket, aunque eso sería lo de menos. Tan curioso chisme te lo venden con una camiseta especial, igualmente nipona, que muestra un bolsillo en la espalda, donde meter el dispositivo.

–Pero eso te hará chepa...

No hace chepa porque es pequeño y dicen que plano. En realidad es un 'gadget' (un 'gadget' del oficio, que se llama), vulgo artilugio, que transmite frío al tejido, ¿está usted en lo que es? Por expresarlo en términos hispanos, sería como llevar a un fresco a coscaletas, ¿no?

Esto último lo veo más barato, ya que frescos & frescales desocupados los hay a montón. Pero conviene que el tío sea enjuto. Quiero decir escaso de carnes, con el fin de que pese poco. Y habría que darle de comer. Ahora bien, cuando se baje para que puedas ducharte, el contador no corre. Y ese tiempo se lo rebajas de la paga al encimario.