La supervivencia de Pedro Sánchez
¿Será este su final definitivo? Si Illa sale investido presidente de Cataluña, y el juez Peinado no logra encontrar lo que busca en sus pesquisas...
Muchos analistas políticos destacan, como característica definidora de Pedro Sánchez, su extraordinaria capacidad de supervivencia. A lo largo de su trayectoria política, se le ha ... dado por muerto en varias ocasiones. Pero siempre ha logrado resucitar, renacer de sus propias cenizas. Cuando los dirigentes de su propio partido le obligaron a dimitir de secretario general, Pedro Sánchez se fue al destierro. Pero no se rindió. Cogió su Peugeot y recorrió las agrupaciones socialistas por toda España, recabando su apoyo y su confianza. Y Pedro Sánchez resurgió de las tinieblas y del frío, y ganó las elecciones primarias, en contra de la opinión de algunos monstruos sagrados del PSOE.
Siendo ya de nuevo secretario general de su partido, tuvo la osadía de plantearle una moción de censura a Mariano Rajoy. La moción se fundaba en una cuestión ética: el PP había sido condenado por su participación en algún asunto de corrupción. Pero nadie daba un duro por la moción. Los números parlamentarios no salían. Sin embargo, en el último momento, el PNV cambió su intención de voto, y la moción de censura prosperó. Pedro Sánchez fue investido presidente. El enfado de las derechas social y política fue monumental. Se decía que Pedro Sánchez era un «okupa», que se había instalado en La Moncloa sin título alguno. Y se afirmó que, afortunadamente, aquella situación duraría poco, pues los españoles se encargarían en las urnas de desalojar de La Moncloa al «okupa», y le harían volver al nicho oscuro y húmedo de la oposición, que era de donde nunca debería haber salido. Mucha gente de derechas se creyó este mensaje. Sin embargo, en 2019, Pedro Sánchez ganó dos veces las elecciones generales, claro que sin mayoría absoluta.
Después vino la pandemia de covid-19. Ningún gobierno se había enfrentado nunca a una crisis social y económica tan profunda. Un dirigente de la derecha llegó a decir que la covid-19 se llevaría por delante al Gobierno de Pedro Sánchez. Y, convencidos de ello, el PP se lanzó a una oposición despiadada y cruel, en la que no apoyaron medidas políticas extraordinarias que, en todos los demás parlamentos europeos, contaron siempre con el apoyo de la leal oposición. Sin embargo, Pedro Sánchez sobrevivió al virus y al acoso parlamentario del PP. Se inventó los ERTE para evitar una tremenda crisis social y empresarial. Logró en las instituciones europeas que se mutualizase la deuda de los Estados. Y las campañas de vacunación fueron todo un éxito. Se venció a la epidemia, y, poco a poco, se superó la crisis económica. En contra de todos los presagios de la derecha, Pedro Sánchez sobrevivió.
Durante los años siguientes, se puso de manifiesto lo difícil que es gobernar en minoría. Comenzó el periodo de los grandes errores de Pedro Sánchez. Sus coaligados comunistas le forzaron a tomar medidas sacadas de manuales soviéticos, que enfadaron a grandes sectores de la población. Y sus otros coaligados, los separatistas, le obligaron a tomar decisiones tremendamente erróneas, como los indultos a los condenados por los sucesos del 'procés', o la reforma del Código Penal. Algunos de estos errores afectaban incluso a la identidad ideológica del PSOE. Se resintieron las crujías de la estructura del partido. Y cundió el desaliento entre las filas socialistas. Perdieron votantes a chorros.
En esta situación, las elecciones locales y autonómicas del 28 de mayo de 2023 fueron un desastre total para el PSOE. Esto sí que parecía el fin de Pedro Sánchez. Sin embargo, el presidente del Gobierno reaccionó inmediatamente. Disolvió las Cortes y convocó elecciones generales para el 23 de julio. Pedro Sánchez centró su campaña en los errores de Alberto Núñez Feijóo, que había permitido pactos de gobierno del PP con Vox en algunas autonomías y en muchos municipios. El miedo a Vox surtió efecto. Sorprendentemente, no se produjo la debacle socialista que se esperaba. El PSOE no ganó las elecciones, pero el PP, ni aun con el apoyo de Vox, pudo lograr la investidura.
Lo ocurrido en este escaso año de legislatura que llevamos está en la memoria de todos. Para conseguir los siete votos de Junts para su propia investidura, Pedro Sánchez ha cometido el error histórico, político y posiblemente constitucional de impulsar una ley de amnistía.
Esto sí que parece el final de Pedro Sánchez. El PP le está pidiendo, una y otra vez, que dimita y que convoque elecciones generales. Y no sólo por el escaso apoyo parlamentario del PSOE, sino también por razones éticas, por el supuesto escándalo de Begoña Gómez. Los dirigentes del PP nos quieren hacer ver que este asunto de Begoña Gómez es poco menos que equiparable al de la Gürtel.
¿Será este el final definitivo de Pedro Sánchez, como nos anuncia Alberto Núñez Feijóo? ¿O volverá a resucitar? Es probable que el líder del PP tenga razón. Sin embargo, si Salvador Illa sale investido presidente de Cataluña, y el juez Peinado no logra encontrar lo que busca en sus pesquisas... pues ¿qué quieren que les diga? Es posible que Pedro Sánchez sobreviva otra vez.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión