La necesidad de entendimiento entre el PP y el PSOE

Sin embargo, el mismo martes de esta semana, cuando muchos españoles contemplábamos con agrado esa fotografía de Teresa Ribera y Juan Manuel Moreno en el paraje de Doñana, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha venido a aguarnos la fiesta con lo de la impugnación del Plan Hidrológico del Tajo y el AVE de León a Asturias.

Lógicamente, estas salidas de tono, que escribe Miguel Ángel Rodríguez y que lee Isabel Díaz Ayuso, nos hace preguntarnos cuál será la verdadera alma del PP. ¿La moderación o la radicalización? ¿Hacia dónde quiere caminar el PP? ¿Hacia el centro o hacia la extrema derecha?

En todo caso, esta semana un amigo mío me ha hecho una observación: «Últimamente –me ha dicho– repites una y otra vez que es necesario el entendimiento entre el PP y el PSOE, que los lleve, a ser posible, a un pacto de legislatura. Sin embargo, no has terminado de explicar las razones de la necesidad de estos pactos. ¿Por qué son necesarios? ¿Acaso no sería mejor mantener posicionamientos diferenciados, y en permanente tensión entre el PSOE y el PP?». Voy a intentar resumir algunas de las razones de esta necesidad, y así cumplimentar el requerimiento de mi amigo:

1. Ninguna democracia puede funcionar si no hay unos acuerdos básicos sobre unas cuantas cuestiones, que son de tal naturaleza que sus soluciones se presentan como unívocas, y no admiten alternativas ideológicas. La sanidad pública, la educación pública, el principio de progresividad fiscal, la defensa del medio ambiente, la igualdad de todos los seres humanos, el respeto a las libertades y a los principios constitucionales... Todas estas materias deberían estar fuera del debate político, y constituir el objeto de acuerdos mínimos, como base de la convivencia.

2. En España, las encuestas y los sucesivos resultados electorales han puesto de manifiesto que la mitad, más o menos, de los españoles son de izquierdas; y la otra mitad, de derechas. El PP encauza las ideas y aspiraciones del sector mayoritario de la derecha; y el PSOE, el de la izquierda. Los partidos, además, tienen que cumplir una función configuradora de la realidad social, a través de la pedagogía y del ejemplo. Los ciudadanos tienden a imitar en su comportamiento social a sus dirigentes políticos. Si en las Cortes, en los parlamentos autonómicos y en los ayuntamientos los políticos se enfrentan continuamente, se insultan y se descalifican, los ciudadanos terminarán contagiándose de este clima. La crispación política suele llegar a convertirse en crispación social. Y, de ahí al enfrentamiento fratricida, hay un paso. Resulta, pues, necesario que el PP y el PSOE se obliguen a distender la vida social y política española.

3. Después de 45 años de democracia, parece que ha quedado claro que, en España, para perfeccionar nuestro sistema de convivencia, se necesita llevar a cabo profundas reformas políticas, sociales y económicas. Y también está claro que, para efectuar estas reformas, es imprescindible el acuerdo de los dos grandes partidos. O el PP y el PSOE se ponen de acuerdo, o no habrá reformas. Y ello, sin duda, redundará en perjuicio de nuestras instituciones y de toda la sociedad.

4. Con la actual fragmentación parlamentaria, el interés general parece que exige que en adelante el Gobierno de España no dependa ni de las minorías regionalistas o separatistas, que siempre van a lo suyo, ni de los radicales de uno y otro extremo, que, proporcionalmente, representan a poca gente. Es cierto que, a corto plazo, se puede caer en la tentación de dejar que el adversario se 'achicharre' al caer en las garras de gentes como Puigdemont, o al tener que ceder en sus planteamientos ideológicos y programáticos por exigencias de eventuales aliados mucho más radicales. Un pacto entre el PP y PSOE debería impedir que el futuro de los españoles dependa de minorías regionales o extremistas.

Hay muchas más razones para justificar la necesidad de un acercamiento entre el PP y el PSOE. Y, si esto es así, ¿por qué resulta tan difícil?, ¿por qué nos parece casi imposible? Quiero pensar que algunos políticos todavía no han entendido que los españoles de derechas le debemos gratitud al PSOE por moderar a la izquierda. Y los españoles de izquierdas, al PP por moderar a la derecha.