Consejos a Feijóo

Así me parece ·

Es consciente de que, si tras diciembre no llegase a La Moncloa, el PP quizás no respetaría su liderazgo formal, y quizás podría ser sustituido por Díaz Ayuso

Posiblemente, Núñez Feijóo no necesite que nadie le aconseje. Sabe perfectamente lo que quiere. Su objetivo es La Moncloa. Para ello, el próximo 28 de ... mayo, el PP ha de obtener unos buenos resultados electorales. Y, después, a esperar durante unos largos siete meses a que se celebren las elecciones generales. Para que el PP vuelva a ser un partido ganador, Feijóo necesita ampliar el espacio electoral, de modo que le voten desde la ultraderecha a los que se sitúan en el límite de la socialdemocracia. El presidente del PP aspira a recuperar el espacio ocupado por Ciudadanos y por Vox. Hace diez años, el PP no tenía competidores en esos espacios. Y se trata de volver al pasado. Porque Feijóo sabe perfectamente que la mejor coalición es la que no existe, porque no es necesaria.

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En el cumplimiento de este objetivo, Feijóo está echando toda la carne en el asador. Es consciente de que, si después de diciembre no llegase a La Moncloa, el partido quizás no respetaría su liderazgo formal, y quizás podría ser sustituido por Isabel Díaz Ayuso. Siempre, claro está, que la presidenta madrileña el 28 de mayo logre revalidar su mayoría.

El objetivo de Núñez Feijóo es razonable. El PP tiene que salir a ganar. Primero, en mayo; y después, en diciembre. Y, seguramente, también sería deseable esta victoria del PP para un amplio sector de la sociedad, que espera que se produzca un cambio en la Presidencia del Gobierno. Los efectos de las políticas exigidas por Podemos están resultando insufribles para muchos.

La sociedad española sabe que hay materias que deberían quedar al margen de la trifulca política

Ahora bien, para conseguir este objetivo, ¿está Feijóo haciendo lo adecuado? Es muy posible que el presidente del PP esté completamente convencido de que lo está haciendo todo muy bien. Sin embargo, en mi opinión, se trataría de una cuestión muy discutible; y es aquí donde, con todo respeto, y con todas las cautelas, caben algunos consejos. Aunque nadie los haya pedido, aunque nadie les vaya a hacer caso, y aunque no sirvan para nada:

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1. Antes de las elecciones de mayo, el PP debería acordar con el PSOE la renovación del CGPJ. Es verdad que este asunto no preocupa en absoluto a gran parte del electorado del PP. A mucha gente le da igual que el Consejo lleve casi cinco años en funciones. Sin embargo, hay un pequeño sector de ese electorado al que no le gusta nada que el PP está incumpliendo abiertamente la Constitución. Estas personas no encuentran fundamento político honorable a ninguna de las excusas inventadas hasta ahora para demorar esta renovación.

2. Antes de las elecciones, el PP debería recordar que es un partido de principios. Y uno de esos principios, que se inspira en el cristianismo, es el respeto a la vida humana; lo cual no parece compatible con la frívola y superficial aceptación como normal del sistema de plazos en la regulación del aborto. Entre el electorado del PP hay mucha gente con principios, que seguramente seguirán votándolo, porque lo que les importa más que nada es vencer en las urnas al socialismo. Pero quizás, algunos no.

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3. Antes de las elecciones habría que recuperar el patriotismo, como sentimiento de orgullo de pertenencia a una comunidad política que se llama España. A este sentimiento patriótico le repugna que nuestros políticos españoles se vayan a Bruselas a criticar nuestras reformas de las pensiones, o a intentar bloquear la llegada de fondos europeos. Hay mucho votante del PP que se considera patriota.

4. Antes de las elecciones, habría que recuperar cierto sentido del Estado. De un modo intuitivo, la sociedad española sabe que hay materias que deberían quedar al margen de la trifulca política. Sobre todo, la política exterior. Cuando el Rey y el presidente del Gobierno asisten a una Cumbre Iberoamericana, lo hacen en nombre de todos los españoles, y no para rendir pleitesía a dirigentes más o menos autócratas.

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Pero, además de la política exterior, hay otras materias que no deberían ser motivo de enfrentamiento. Hasta la gente más radicalizada echa de menos que, de vez en cuando, haya algún acuerdo con el Gobierno. Por ejemplo, en la reforma laboral, para reducir la precariedad; o, por ejemplo, en el salario mínimo interprofesional. Un poco de razonabilidad y sensatez nos vendría bien a todos.

5. Y, en fin, Feijóo debería cuidar algunos aspectos de su imagen. Está bien respetar a todo el mundo, pero en los mítines del PP no tendría que intervenir ninguna predicadora evangelista. Ni ningún imán, ni ningún obispo. Y, también como cuestión de imagen, Feijóo debería afirmar su propia personalidad. La tiene. Lo sabemos muchos. Pero, a veces, parece que quien le influye es Isabel Díaz Ayuso. Se dice que Feijóo se está 'ayusizando'. Y esto no es bueno. No por la presidenta de Madrid, sino por la persona que está detrás de ella y le marca el paso.

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Nadie me ha pedido estos consejos. Y seguramente nadie los necesitaba. Pero, no sé, yo me quedo mucho más tranquilo habiéndolos dado.

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