La revolución cantonal
Cartagena quedó con más del 70% de los edificios destruidos y el número total de muertos estuvo sobre los 500
Antonio Pérez Crespo dedicó su libro 'El cantón murciano' «a la Ciudad de Cartagena, víctima de la Revolución Cantonal». Se trata de una visión interesante ... que consideraremos en estas pocas líneas, donde necesariamente hemos de prescindir de muchos detalles.
En 1873, después de la proclamación de la Primera República, los republicanos federales ganaron las elecciones a Cortes Constituyentes, aprobándose después la República Federal. Existía división entre los federales, pues los llamados intransigentes querían instaurar esa república de inmediato y de abajo arriba, o sea, primero los cantones, sin esperar a que se aprobara la Constitución, y el 1 de julio abandonaron las Cortes creando un Comité de Salvación Pública para la formación de cantones en toda España. La primera reflexión es si tal actitud era justa en un país con libertades, contra un presidente federalista, Pi y Margall, adelantado incluso a Proudhon, y en medio de las guerras carlista y de Cuba.
Después se constituyó la Comisión de Guerra, presidida por el general Contreras, apoyado por Roque Barcia, líder de los intransigentes, mesiánico y apocalíptico, según Ester García Moscardó. Ambos irían a Cartagena para encabezar un movimiento revolucionario de ámbito nacional y para influir desde allí en los demás cantones. O sea, la ciudad de Cartagena fue elegida desde Madrid para esta experiencia revolucionaria, por ser la primera plaza fuerte del país, incluyendo lo mejor de la flota.
Antonete Gálvez, de Torreagüera, diputado por Murcia y líder político de la sublevación, era el responsable del levantamiento, pero se anticipó Manuel Cárceles, estudiante cartagenero en Madrid, entre otras razones porque la escuadra se iba a trasladar a Málaga. O sea, Cartagena, sin la escuadra, no reuniría condiciones para tal revolución. Resumiendo, entre los días 11 y 12 de julio, se tomó el castillo de Galeras y el Ayuntamiento, donde se instaló la junta revolucionaria, pero Cárceles fracasa con los buques de la Armada, lo que consiguió Gálvez al día siguiente, después de proclamar el Cantón Murciano desde el balcón del Ayuntamiento.
La junta otorgó en principio la jefatura de las tropas a Gálvez, que fue protagonista esencial en toda la revolución, mientras que Cárceles dejó de tener relevancia. En este punto, es importante saber que los líderes cantonales en Cartagena, según señala Juan Bautista Vilar, aspiraban a un cantón regional, añadiendo tierras de las provincias colindantes, mientras que los dirigentes del mismo cantón en Murcia capital aspiraban a un reducido cantón provincial. La revolución en Cartagena no era, pues, de índole local, sino que era, incluso, más regional de lo que Murcia capital pretendía. Los estudios de Jeanne Moisand demuestran, además, que la gran mayoría de los sublevados huidos a Orán eran de otros lugares de España. Es importante resaltar también que ninguno de aquellos cantones era separatista.
A finales de julio quedaron vencidos los demás cantones y en Cartagena se volcaron en defenderse del asedio del ejército de la República, que, al prolongarse, originó conversaciones de rendición a las que se opusieron Gálvez y Contreras, lo que provocó unas elecciones que ganó Gálvez, o sea, el sector duro, intransigente, con lo que continuó el asedio que culminó en enero de 1874 con la explosión del parque de artillería, muriendo más de 300 personas que allí se habían refugiado. Cartagena quedó con más del 70% de los edificios destruidos y el número total de muertos estuvo sobre los 500. El 12 de enero de 1874 la rendición se aprobó por Roque Barcia, quien, sorprendentemente, a los pocos días renegó por escrito del cantón del que había sido instigador y líder. La mayoría de sublevados, incluido Antonete Gálvez, huyeron en la fragata 'Numancia', pero Barcia obtuvo un pasaporte para Italia.
Son muchos los aspectos, en fin, dignos de estudio sobre la revolución cantonal en España, pero se puede convenir que la elección por sus promotores nacionales de Cartagena como base convirtió a esta ciudad en víctima de aquella revolución, de aquella utopía.
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