Mitología y política
Las cuatro esquinas ·
En ambas todo vale para justificar el caos. Feijóo no encuentra su 'Pegasus' y Sánchez resiste el acoso dispuesto a ser un nuevo 'Odiseo'Mitología. Recuerdo que cuando yo era joven, ayer como quien dice, me iba mucho el rollo de la mitología griega. Muy fan, mira lo ... que te digo, del dios Zeus lanzando sus rayos desde el monte Olimpo. Vamos que era, y no sé si aún lo sigo siendo en algún rincón de mi alma, un friki entusiasta de aquellas historias de dioses, semidioses, héroes, vírgenes y titanes, entre ilíadas, odiseas y teogonías. Los relatos de Homero y Hesíodo eran historias de aquel ayer que se repiten en este hoy nuestro plagado de golfos, trujimanes y correlindes que sustituyen a gigantes, unicornios y demás criaturas olímpicas.
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Lo dioses griegos, entremos en materia, se pasaban el tiempo, si es que para ellos existía el tiempo, convirtiendo a la gente en otras cosas. A Dafne, 'for example', la convirtieron en laurel. Y al pobre Acteón me lo convirtieron en ciervo y todo porque al ensimismado 'voyeur' no se le ocurrió otra cosa que sorprender a Artemisa mientras se bañaba. La diosa iba desnuda y eso se paga. Entonces y ahora. Y el atrevido mirón acabó de cervatillo dando pasto a una jauría de perros. Hoy habrían salido ambos en pelota picada entre gonzalos mirós, cintoras, ruices, fortes, marañas, escolares, intxaurrondos y demás telegrafistas del sanchismo televisivo para justificar que el 'obsceno' Paco Salazar, otro de la cuchipandi del Peugeot, realizara 'vomitivas actuaciones', según denuncian las propias afectadas, que llegan a dibujar «escenas similares a una felación o bajándose la bragueta», publicado está. Todo muy de izquierdas, muy feminista y muy progresista. Si a Acteón los dioses del Olimpo lo convirtieron en cervatillo, por mirar donde no debía, a este a quien llaman 'baboso acosador' (denunciantes dixit), que Moncloa lleva meses intentando tapar bajo su alfombra, igual aquellos dioses inclementes lo habrían convertido en hiena por aquello de esa tan progre dualidad programática entre lo que digo y lo que hago que ya pudimos, podemos, comprobar en el caso Errejón, otro con la bragueta presuntamente ligera.
Política. Y es que en la mitología griega, como en la política sanchista actual, todo valía para justificar el caos. Mira si es así que hasta el mismísimo Zeus se transformó en cisne para, con perdón, cepillarse a Leda. Y ésta, Leda, salió tan afectada de aquel divino encuentro que acabó poniendo dos huevos de los que nacieron Cástor y Pólux , los llamados dioscuros. Al cabo de un tiempo se supo que Cástor era hijo de Tíndaro, marido de Leda y, por tanto, mortal. Y Pólux resultó ser hijo de Zeus (no me digas cómo porque en aquellos tiempos no existían los test de adeene). El caso es que Pólux, a lo que iba, era inmortal. Para hacértelo fácil, uno estaba destinado al Olimpo y el otro a los infiernos. Lo mismo que los 'hermanos del Peugeot' de ahora .Uno a La Moncloa y el otro, o los otros, a Soto del Real. Ya te decía yo que la mitología griega y el panorama político actual se dan la mano mucho más de lo que suponías.
Conversión. Y los dioses helenos siguieron transformando. A Filomela en ruiseñor, que es lo mismo que se empeña en hacer Félix Bolaños con Cayetana cada vez que debaten cara a cara en el Congreso. Imperdibles duelos. A Procné lo mutaron en golondrina. Aves migratorias como Koldo, Abalos y Cerdán, que acaban perdiendo la libertad por pasar de ser augures presidenciales a «esos señores de los que usted me habla». Hay que ver, compañero del metal, lo que provoca un mal guiso de chistorras. Ayer calentando la cama de tu casa y hoy ni te conoce en el plano personal. Lo dicho, aves migratorias...
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A Tereo, Zeus, Apolo, Hera, Poseidón, Atenea y compañía nos lo convirtieron en abubilla condenado a pasarse la vida hundiendo su largo pico en la tierra buscando gusanos, larvas, insectos, orugas y hormigas; algo así como Óscar Puente descendiendo constantemente a los túneles subterráneos mas sombríos de las redes sociales para ofrecer la cara más áspera, agria, avinagrada y antipática del Gobierno.
Pegasus. Ya nos hubiera gustado a más de uno, aunque solo sea por el saludable balanceo democrático, que los dioses griegos hubiesen convertido a Feijóo en Pegaso, el caballo alado nacido de Medusa, el corcel de héroes como Belofonte, creador de fuentes de inspiración. A lomos de Pegasus, Feijóo podría habernos proporcionado los rayos y truenos, elecciones ya, que reclama un pueblo estupefacto ante tanto choriceo, puterío y corruptela. Nunca un líder de la oposición ha tenido enfrente a un presidente acosado por tanto escándalo en su derredor. Begoña, Hidalgo, Air Europa y todo lo que viene detrás, como anuncian los actuales inquilinos de Soto del Real. El hermanísimo, cada día más acorralado por la UCO y camino del banquillo. El fiscal general del Estado, condenado y dimitido. Y hasta la contabilidad del PSOE bajo sospecha en la Audiencia Nacional por los pagos en efectivo. Y sin embargo, no hay 'Belofonte' Feijóo para ese 'Pegasus'. Ni rayos ni truenos. Concentraciones, pero sin mociones. Ni una estrategia por asomo. Si los 'indepes' no te aceptan como candidato en una moción de censura, presenta a otro candidato/a con el único propósito de convocar elecciones 'ipso facto'. Porque no está el país, Alberto, para que escurras el bulto como ya hizo Rajoy aquella funesta tarde del «Arahy» entres whiskies y solomillos. Ni hay, ya ves, 'Pegasus' para Feijóo, ni hay ni asomo de estrategia en la calle Génova. Y si sigue la cosa así, no te extrañe que al final sea el resiliente Sánchez el que asuma el papel de Heracles, Aquiles y hasta de Odiseo. Sería el 'rematamén', como dicen los huertanos.
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