Prostitución cuqui
Ahora, a la pornografía hay que llamarla 'contenido', a las prostitutas internáuticas 'creadoras' y a las grabaciones porno 'cine para adultos'
Un conocido periódico deportivo nacional publicaba una vez a la semana, no recuerdo si era los miércoles, una edición 'a todo color' del diario, donde ... la gran atracción consistía en la 'plancha' de página completa de una mujer desnuda. Mucha gente se aficionó al fútbol como es natural mirando, en Navidades por ejemplo, el gorrito de Papá Noel que llevaba la mujer de turno por todo atavío. La 'plancha' en color de los miércoles de la mujer desnuda en el diario deportivo duró décadas, pero un día hubo protestas, bien que algo escasas, y quedó cancelada.
En los últimos tiempos ese mismo diario deportivo nacional (y también sus competidores) han encontrado cómo recuperarse de aquella cancelación moral y recuperar al público masivo que se hacía forofo del Real Madrid por coleccionar los pósters de señoras de los miércoles. La solución ha sido pasar del erotismo para taller mecánico, considerado fascista, a la pornografía de pago por internet, tenida por progresista. Así, todos los grandes diarios deportivos nacionales del país traen, ahora, un seguimiento diario de lo que hoy llaman 'creadores de contenido' para 'Onlyfans', en realidad el 'peep show' de cobro-por-visión para pajilleros de toda la vida. Han logrado convertir 'contenido' en una palabra altamente sospechosa. Pero si consiguieron hacer pasar el 'cupo catalán' por igualitario, nada se puede resistir. No negaré, desde luego, la íntima conexión que siempre ha existido entre el deporte y el porno socialmente aceptado. Finalmente, el sexo entendido al modo occidental es una rama de la gimnasia sueca, en su versión más fatigosa.
El porno ha hecho mucho daño, y en España por un lado se quiere prohibir que las trabajadoras del sexo ejerzan su profesión, prohibiendo la prostitución, y por otro se quiere extender la prostitución a todos los ámbitos de la sociedad avanzada que nos están construyendo, poniéndole simplemente un nombre cuqui. Ahora, para que el Estado no sólo no ponga ninguna objeción moral sino que te la subvencione, y salga en los medios de masas, a la pornografía hay que llamarla 'contenido', a las prostitutas internáuticas 'creadoras', a las grabaciones porno 'cine para adultos' (si fuese de verdad para adultos sería una ruina, adultos como los de antes en España debemos quedar yo y tres o cuatro más) y al gran club de alterne global, 'industria del entretenimiento'.
Ciertamente da mucho más dinero esto que el viejo póster semanal de la señorita con el gorro de Papá Noel.
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