Demasiado perro

Titulitis

No es clasista pedir que nos gobiernen los más preparados, es de sentido común, pues se trata de los dineros y el futuro de todos nosotros

Hará cosa, creo recordar, que unos diez años ha, publiqué en esta misma columna un artículo titulado algo así como 'Enviad a los mejores'. En ... el mismo sostenía la tesis de que los políticos deben estar lo más preparados posible y que en Francia, un tipo/a que no haya estudiado en las Grandes Écoles no tenía muchas posibilidades de llegar lejos. Más de diez años después puedo decir que la situación de la formación académica y desempeño profesional de una gran parte de nuestra clase política es mucho. pero que muchísimo peor, que cuando escribí aquella columna, como demuestran los recientes escándalos.

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Sí que tiene que ver. Y no me vengan con que no es necesario tener estudios para estar en política porque no. Un crucero superrobotizado y digital de la armada americana no puede ser llevado por un capitán que no tenga ni un título de la academia CCC; si el que lo guía es un mastuerzo, el barco acaba encallando. Esto está sucediendo aquí. La lista de casos de políticos falseando currículums es interminable: el de Noelia Núñez, una lince que colocó tres distintos en tres sitios de internet y que ha sido obligada a dimitir, es de traca. Y si nos ponemos con el 'y tú más', otro vivales, el comisionado del gobierno para la dana, falseó un título para acceder a un puesto de funcionario, que no fue impartido por esa universidad hasta ¡cinco años después!

Los ejemplos. Pero claro, es que esto no sorprende cuando el presidente y su señora han destacado por presuntamente plagiar su tesis el primero, según nos demuestran informaciones de 'ABC' y otras publicaciones, y por ejercer una cátedra la segunda, sin ser siquiera licenciada, en unas enseñanzas en las que ella no podría haberse inscrito ni como alumna. Y de ahí para abajo se pueden imaginar. ¿Se imaginan que los Obama hubieran hecho algo así? El uno, licenciado en Columbia y doctorado en Harvard, y la otra, licenciada en Princeton y doctorada en Harvard también. ¡Toma del frasco, Carrasco!

Los comienzos. Un político tiene que hablar en público a diario y eso es expuesto. Hace años ante las cagadas, patadas al diccionario y muestras de incultura de muchos de ellos, los más comenzaron a disimular sus carencias poniendo títulos que no tenían. Cuando los pillaron, pasaron a 'fase 1', que consistía en decir «tiene estudios de Ingeniería», como dando a entender que eran ingenieros, arquitectos o abogados. No padre. Tras matricularse y fracasar, y no pasar de primero, ponían eso, como el 'brillantísimo' Patxi López. Como aquello cantaba, pasaron a 'fase 2', una vez en política, tirando de enchufes varios y matriculándose en alguna 'compresiva' universidad privada de dudosa reputación, acababan exhibiendo una y ¡hasta dos licenciaturas! Siempre campos, digamos, asequibles, ninguno se matriculaba en Telecomunicaciones, claro. Pese a eso, las patadas al diccionario, los ridículos y las meteduras de pata seguían, pues la treta era evidente.

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Un poco de sentido común. Sería interesante que los partidos comenzaran a reglamentar que el que no tenga una formación mínima no 'toca pelo'. Porque esa es la causa de que muchos de estos muertos de hambre caigan en la tentación de la corrupción porque, simplemente, no tienen ni oficio ni beneficio, ni a dónde volver. Léase el caso de Santos Cerdán, que se veía abocado a volver a la carretilla. Los políticos de la Transición eran abogados del Estado, fiscales, inspectores de hacienda, médicos o economistas con carreras profesionales a las que volver. La política era otra cosa y la corrupción, menor. No entiendo que para sacar el carnet de conducir tengas que aprobar varios ejercicios y que, en cambio, puedas ser concejal de obras públicas de un pueblo y gestionar un presupuesto de 20 millones de pavos sin tener siquiera estudios primarios, pues no. O los partidos empiezan a exigir a sus cargos una mínima formación, o nos vamos a la mierda, por la corrupción y por la mala gestión. Si algún partido es capaz de verlo, arrasará en el futuro, pero ... ¿qué se puede esperar de un país donde la ministra de Universidades quita importancia a que un comilitón falsificara un título y dice que los estudios tampoco son tan importantes? Soy pesimista al respecto porque los partidos están copados ahora mismo por este tipo de personajes, pero creo que al menos es de ley denunciarlo, y no, no es clasista pedir que nos gobiernen los más preparados, es de sentido común pues se trata de los dineros y el futuro de todos nosotros.

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