La escopeta regional
Lo tragicómico de la polémica sobre la descabellada moción para retirar el nombre de Paco Rabal de la Casa de Cultura de Albudeite es que fue el 'asunto político' de la semana en la Región. Y eso explica mucho de un momento auténticamente plano en la política murciana
En el momento de escribir estas líneas el Everest mide 8.848,86 metros, aunque bien es verdad que no sé por cuánto tiempo. Hasta hace un mes, el 'techo del mundo' tenía, oficialmente, 86 centímetros menos de altura. El aumento de talla es consecuencia de una medición acometida por científicos chinos y nepalíes con las últimas tecnologías. En lo sustancial nada cambia. Sigue siendo una verdad inmutable que el Everest es la montaña más alta de la Tierra.
En el momento de escribir estas líneas otra certeza incuestionable es que Paco Rabal representa una de las cimas de la interpretación en Hispanoamérica. Solo si descendemos a la precisión del milímetro, se podría discutir hasta dónde llega su altura artística, aunque nadie en su sano juicio le cuestionaría su condición de gigante de la escena y de icono de la cultura nacional. De hecho su nombre aparece en cientos de calles, jardines y auditorios repartidos por toda España. Que desaparezca de cualquiera de ellos parece a priori una hipótesis descabellada, pero ha estado a punto de ocurrir precisamente aquí, en la Región que se proyectó al mundo de la mano de este murciano universal que siempre hizo gala de sus orígenes.
Gracias a que el periodista Manuel Segura dio la voz de alarma, supimos que unos avispados políticos del PP y Cs tenían previsto retirar el nombre de Paco Rabal de la Casa de Cultura de Albudeite y sustituirlo por el del padre de una concejala. En la misma moción municipal se cambiaba, además, parte del callejero para quitarle las placas a Rafael Alberti y al poeta archenero Vicente Medina, dedicándosela, en este caso, al Marquesado de Albudeyte, cuyo aristocrático titular, según testimonio fotográfico, recibió este año en pijama en su domicilio de Madrid a una delegación oficial de este municipio, en el que nunca ha estado. Escenas berlanguianas de nuestra escopeta regional que, visto lo visto, no conoce la cansera. De lo universal a lo aldeano en permanente bucle. Mientras el Ministerio y la Consejería de Salud discutían qué significa el término 'allegado', de cara a restringir la movilidad durante Navidad, algunos se movían para poner una calle a la parentela desplazando a actores y poetas. Muy prosaico todo. A la vista del rechazo en la sociedad murciana, la moción fue retirada con una peculiar disculpa del alcalde. Rectificar es de sabios, apostilló, y aquí paz y después gloria. Lo tragicómico de este asunto es que fue el 'asunto político' de la semana en la Región. Y eso explica mucho de un momento auténticamente plano en la política regional, donde en lugar de ideas afloran ocurrencias.
Como casi siempre, lo verdaderamente relevante para la Región de Murcia estaba cocinándose lejos de aquí. No en Madrid, sino en Bruselas, donde se intentaba un pacto entre Gran Bretaña y la UE para evitar un 'Brexit' abrupto a partir del 1 de enero. En juego están más de mil millones de euros en exportaciones al Reino Unido que facturan 400 empresas murcianas cada año. Los productores de frutas y hortalizas temen que finalmente podrían afrontar un arancel del 11%, lo que dinamita su margen de beneficio actual, a no ser que suban los precios, lo cual tiene sus riesgos por los desequilibrios del mercado que pudieran desencadenarse en toda la UE. Desde el punto de vista logístico existe también un temor fundado a un colapso fronterizo en el Canal de la Mancha, lo que es especialmente dañino para las productos perecederos que proceden de la Región. Las perspectivas son preocupantes. Hoy es la fecha tope para evitar un 'Brexit' a las bravas y en el momento de escribir estas líneas nada hacía pensar que pudiera llegar un pacto in extremis. El sector agroalimentario, que tira del sector logístico y otros en la Región, logró amortiguar en nuestro territorio los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia. Si ahora sufre un revés en su principal mercado exterior, los efectos podrían ser funestos para el conjunto de la economía regional, que asciende a duras penas este particular Everest con el suministro de oxígeno de los ERTE, los créditos ICO y los estímulos financieros del Banco Central Europeo.