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La isla

La ley del cabreado

Jueves, 8 de junio 2023, 00:11

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Dice Almodóvar que no hay peor dictadura para un creador que la autocensura. Por una vez estoy de acuerdo con alguien con quien suelo estar ... muy pocas veces de acuerdo. Alérgico a su divinismo y al rumbo de sus últimas películas, salvo 'Dolor y gloria', por el exceso de drama y la falta de humor que ayude a digerirlo, esta vez no se equivoca. Sí, el vampirismo de lo políticamente correcto es un tema que me interesa por una razón sencilla: si a él le afecta, a los periodistas nos afecta más. Él puede permitirse sacar los pies del tiesto de vez en cuando, nosotros ni eso. Sí, en esto de autocensurarnos, los periodistas estamos en la 'pole position'. Y no sabemos muy bien cuándo empezó, pero sí que ha ido creciendo a la par que las redes sociales, donde abundan 'torquemadas' y togados, hasta terminar jibarizando la profesión. Hoy, más que escribir, escribimos con la respiración contenida. Sometidos a esta dictadura, los textos vienen perdiendo frescura y espontaneidad desde hace tiempo: es decir, cabreamos a menos gente, pero nos dejamos la garra por el camino. Si hasta al mismo Pérez-Reverte, tan lenguaraz y malencarado, le leí una vez que había empezado a autocensurarse, qué podemos esperar los demás, simples mortales.

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