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La sombra del Rey

ANTONIO MIGUEL GARCÍA-CARREÑO

Lunes, 14 de diciembre 2020, 09:56

Empezaré por una frase del exjefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández: «España es un país cuya unidad ha costado siglos mantener, y en el que todos deberíamos contribuir a esa unión. El fraccionamiento interno no conduce a posturas razonables». Si hoy viviera Sabino, estoy convencido de que defendería como español valiente la unidad de España.

Solía venir mucho por nuestra tierra, sobre todo por Cartagena y La Manga. Asiduo de todos los veranos, participaba en todas sus tertulias en Cartagena. Tuve la suerte de conocerlo personalmente. Era una persona forjada en mil batallas (reales y dialécticas), con palabras justas en su vocabulario. Cada vez que me comentaba la figura del Rey, lo hacía con un respeto absoluto. En el acto de su despedida en La Zarzuela, dijo lo siguiente: «No me dé las gracias, señor, porque a través de Vuestra Majestad he podido intentar servir a España».

Un par de meses después, en una entrevista de un medio de comunicación asturiano, dijo que «no estamos en la democracia, sino caminando hacia ella».

Hoy, ya no caminamos hacia ella, más bien todo lo contrario, nuestro gobierno no respeta a nuestras instituciones democráticas, sobre todo a la Monarquía parlamentaria, y a las pruebas me remito. Con el pretexto del Rey emérito (regularizar su situación con Hacienda), lo comunican justo el día del aniversario de La Constitución, ¡qué casualidad! Y filtra el periódico afín a este gobierno la noticia de la voluntad del Rey emérito de regularizar su situación con Hacienda, y la da por hecha, cuando la realidad no es como la pinta este medio de comunicación, porque el equipo de abogados del emérito no había presentado aún ninguna solicitud formal ante Hacienda.

En política nada es casual, todo se hace con una intención clara. En esta ocasión, golpeando al Rey emérito, a nuestra débil monarquía parlamentaria que representa su hijo, el Rey Felipe VI, el cual no puede defenderse. Alguien dijo que si soltaramos en la barriada de Vallecas a Pablo Iglesias y a Juan Carlos de Borbón, el Rey concitaría más aplausos y selfis de sus ciudadanos que el político, que tendría que salir escoltado de su antiguo barrio, él que tanto lo quería. Es más, si en ese instante de visita a Vallecas algún medio entrevistara a los vecinos de Vallecas y les preguntara si el vicepresidente de este Gobierno volverá a su barrio de Vallecas, la respuesta sería un no rotundo. ¡Ni está, ni le esperamos!

Si este gobierno socialista-comunista no cambia de actitud con sus socios separatistas, la España que ha costado siglos mantener unida, se resquebrajara. Recogiendo la idea de Sabino, «todos los españoles deberíamos contribuir a esa unión y no al fraccionamiento de España que no conduce a posturas razonables». Gracias Sabino por tus servicios al país.

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