Cuando el insulto no convence

MANUEL CASTELLANOS PLAZA

Sábado, 1 de noviembre 2025, 07:25

En una de tantas jornadas broncas en el Congreso de los Diputados, su presidenta reconvino a quienes no cesaban de insultar a los diferentes oradores. ... Tiene mérito la señora Francina Armengol en esta actuación: «¡Qué ejemplo de falta de ética estamos dando a la sociedad!».

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Nosotros, los electores, escuchamos solo befas y mofas en sus discursos. Cada sesión de control al Gobierno se ha convertido prácticamente en el campeonato de los insultos y humillaciones.

¡Señorías, acuérdense de sus promesas electorales y aparquen esa manera soez de proceder ante el rival político! ¿O acaso no han oído hablar de la dialéctica? No es necesario el recurso al oprobio cuando no hay consenso.

Dijo el genio italiano Leonardo da Vinci que «donde se grita no puede haber conocimiento». Menos aún donde se anula al contrario por la verborrea barriobajera.

Lejos quedan aquellos años en los que el Parlamento hacía más justicia a su condición de templo de la palabra y de respeto a la elocuencia, más que una selva en la que el grito era el único medio de comunicación. Escribo esta carta al director para manifestar mi rechazo a la bronca en el Congreso y en el Senado, cifra y norte de la actividad política. Los diputados necesitan un curso acelerado de retórica, en orden a discrepar sin insultar.

Ya están tardando.

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