Las barbas del vecino
ASÍ ME PARECE ·
Lo ocurrido en Francia ¿puede suceder también en España? ¿Peligra el sistema de partidos que ha sido central y básico desde la Transición?Supongo que las ejecutivas centrales del PSOE y del PP estarán analizando minuciosamente los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas. Y ... es muy posible que se estén formulando dos preguntas: primera, ¿por qué se han producido esos resultados? Y, segunda, en un futuro inmediato ¿puede ocurrir en España lo mismo que ha sucedido en Francia?
1.- Los resultados no han sido sorprendentes, porque se esperaban. Pero no dejan de ser muy llamativos. Significan el final del sistema de partidos tradicionales de la V República, y su sustitución por otros partidos que, de un modo u otro, son antisistema. Por la derecha, los republicanos han sido barridos del mapa. El viejo partido de Charles de Gaulle, de Giscard d'Estaing, de Jacques Chirac y de Nicolas Sarkozy no ha logrado conseguir ni el 5% de los votos. Con lo cual, según la legislación electoral francesa, el Estado no asume los gastos electorales. La candidata, Valérie Pécresse, ya ha pedido ayuda económica a sus votantes para pagar los cinco millones de euros gastados. Y, por la izquierda, el partido socialista ha sido masacrado. La formación política de François Mitterrand y François Hollande ha superado a duras penas el 2%. Y ello a pesar de contar con una buena candidata, Anne Hidalgo, alcaldesa nada menos que de París.
Los partidos que han obtenido más votos son todos antisistema o fuera del sistema tradicional de partidos. Por la izquierda, Jean Luc Mélenchon, populista y que ha sabido recoger el voto de los indignados de izquierdas. Por el centro, la formación de Enmanuel Macron, que nació y se desarrolló al margen de los partidos tradicionales. Apareció hace cinco años y se basó solo en la imagen de su líder, pero sin organización. Y, más a la derecha, Marie Le Pen, que ya es una realidad asumida por Francia desde hace tiempo. Gobierna en bastantes municipios. Y la líder se ha esforzado en suavizar ante la opinión pública su propia imagen personal, y las aristas más agudas del partido que fundó su padre.
Recordemos que Nicolas Sarkozy ha sido juzgado y condenado por corrupción
2.- ¿Por qué se ha producido este resultado? ¿Por qué las presidenciales están suponiendo en Francia el final del tradicional sistema de partidos? Los analistas políticos franceses destacan tres causas: primera, las divisiones internas, las luchas intestinas, que se han producido tanto entre los republicanos como entre los socialistas. Segundo, por la corrupción, que también, en mayor o menor grado, ha afectado a los dos partidos tradicionales. Recordemos que Nicolas Sarkozy ha sido juzgado y condenado por corrupción. Y, tercero, porque los partidos tradicionales no han sabido conectar con el sector social al que venían representando. No han sabido escuchar las ideas, aspiraciones y problemas de mucha gente que antes les votaba, y que han dejado de hacerlo, decepcionados y atraídos por los mensajes simplones de los populistas.
3.- Y, en un futuro, lo ocurrido en Francia ¿puede suceder también en España? ¿Peligra el sistema de partidos que ha sido central y básico desde la Transición?
En la década pasada, hemos corrido muchos riesgos de que tanto el PSOE como el PP fuesen condenados a la irrelevancia por el electorado. Concurrían varias circunstancias muy parecidas a las de Francia. En ambos partidos hubo luchas internas. Recuérdese la defenestración de Pedro Sánchez de la secretaría general, o, más actualmente, los incordios permanentes de Isabel Díaz Ayuso. En ambos partidos se han sufrido escándalos de corrupción, tan graves como el de la Gürtel o el de las subvenciones en Andalucía. Y hubo también un importante movimiento social que expresó su indignación frente a los políticos. Mucha gente dejó de votar al PSOE y al PP. Por la izquierda surgió Podemos, que, recordémoslo, hubo un momento en que amenazaba con superar al PSOE. Y, por la derecha, Ciudadanos estuvo a punto de sobrepasar al PP.
Actualmente, parece que los riesgos están neutralizados. Pero, desde luego, no del todo y no de modo definitivo. El PSOE sigue amenazado por Podemos. Y, quizás, por su propia culpa. En 2019, Podemos era un partido en abierta y acelerada decadencia. Al meterlos en el Gobierno, Pedro Sánchez los resucitó. Los de Podemos aprovechan las carteras ministeriales para afirmar su propia identidad política. Cada día que Pedro Sánchez mantiene en el Gobierno a los de Podemos, gana la extrema izquierda y pierde el PSOE. En la derecha, el PP ha logrado conjurar el peligro que significaba Ciudadanos. La superficialidad y la estulticia política de Albert Rivera han facilitado la tarea. Sin embargo, queda a la derecha Vox, el cual ni se va a dejar domeñar por el PP, ni es fácil de destruir. Vox tiene bases, ideas y organización.
Yo creo que el PP y el PSOE aguantarán; que su destino no será el de los republicanos y los socialistas franceses. De todas formas, no vendría mal estar atentos y atajar las causas que los pueden llevar al desastre. Aunque solo sea por aquello de 'si ves las barbas de tu vecino afeitar...'.
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