Tercer milenio

La paella

Ahora todo es paella. Hace tiempo que los guiris nos enseñaron que esta también es para cenar

Ustedes recuerdan el viejo y tontorrón chiste: «¿Paella? 'Pa' ella». Sí, la popular paella, aunque, efectivamente, más vale que algunas paellas sean para ella, para ... él o para los otros. Ahora todo es paella. Hace décadas la paella era una cosa valenciana. Aquí, por ejemplo, era el arroz: el arroz y conejo, el arroz con caracoles, con sus hierbas serranas, como el tomillo o el romero; pero ahora todo es paella. Hace tiempo que los guiris nos enseñaron que la paella también es para cenar y para cualquier día de la semana. ¡Ay, esos arroces para turistas con el grano casi crudo. Aquí era todo más meloso.

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Y poco a poco fue llegando la moda de los cocinillas, sobre todo con el arroz. Hay que reconocer que existen cocinillas verdaderos. Yo tengo un hermano que cocina casi todos los días en su casa, tanto los guisos tradicionales como otros más creativos o sofisticados. Como anda por plataformas de amantes de los fogones, asegura haber demostrado al mundo mundial que nuestro arroz con habichuelas es el plato más sabroso y nutritivo al este de Río Bravo, por encima incluso del gazpacho andaluz.

Pero luego están los cocinillas sobrevenidos que en realidad se limitan a hacer una paella dominguera, y, sobre todo, a castigarnos con ella a familiares y amigos. Así que suena el teléfono y es un pariente que te dice:

–Oye, que el primo Pepe va a preparar una paella el próximo domingo y...

–¿Otra vez? ¿Y yo qué culpa tengo? –le digo.

–Es que quiere que vayamos todos, ya sabes, para hacer familia y eso, si van a ir hasta los cuñados. Además, me dice que esta vez va a añadir una atrevida innovación: le va a poner ¡un ramito de perejil!, con lo caro que está el perejil.

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–Ya, ya –le insisto–, pero yo es que el domingo a las cuatro tengo partido del Real Madrid. Ya sabes, pastelito de carne, cervecita, cabezada en el sofá y a ver los goles de Mbappé.

–Pero es que se enfada mucho si no vamos, y dirá: 'Con lo que yo he trabajado toda la semana preparando el perejil para la paella'.

–Bueno –me rindo–, iré, me llevaré unos sobres de bicarbonato. Ah, y un transistor para oír el partido, que luego viene la sobremesa y habrá que alabarle la 'gachamiga'. Pobre arroz de Calasparra. La última vez estuve tres días con retortijones.

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En fin, todo sea por la paella.

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