En el año 2020 escribí un blog en LA VERDAD que titulé 'A cara de libro'. Dos años después, el 6 de mayo de 2022, ... el blog se convertía en una columna del periódico, semanal primero, quincenal después. Y la que hoy se publica es la última, de momento.
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A lo largo de este tiempo, he escrito sobre literatura, educación y feminismo. Comencé con un artículo sobre Rosalía, donde criticaba que se vendiera como un símbolo de empoderamiento femenino, cuando su mensaje es que el camino de las mujeres hacia el éxito es su pornificación.
En las columnas, he hablado de mis sospechas sobre el premio Planeta, de la vulnerabilidad de los escritores y de la aún mayor vulnerabilidad de las escritoras, del narcisismo de algunos autores, de los Rubiales que se mueven en los eventos literarios, de la RAE, de malas praxis de críticos y blogueros, de la censura de libros y autores... Y dediqué una columna al murciano Andrés de Claramonte, el verdadero autor de 'El burlador de Sevilla'.
Mi perspectiva siempre ha pretendido ser incisiva. Medité mucho el nombre de 'A cara de libro', la mordacidad forma parte de mi carácter y de mis textos.
Cada semana revisaba la prensa en busca de noticias literarias. La mayoría, las más jugosas, suelen pasar desapercibidas o se leen entre líneas. En otras ocasiones, me servía de mi propia experiencia, de mis encuentros con escritores y de mis lecturas.
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El mundo literario es limitado, se circunscribe a las mesas rebosantes de manuscritos, a las imprentas que trabajan día y noche, y a las ferias de libros. A los escritores que recorren maleta en mano los rincones de la Península. A las escritoras que teclean sin cesar de madrugada, antes de comenzar su vida como trabajadoras y madres. El mundo literario es limitado, pero es un reflejo de la sociedad en la que vivimos. La literatura ha sido el pretexto de mis columnas, el McGuffin, como diría Alfred Hitchcock.
Echaré de menos escribir mientras cuento las palabras hasta llegar a las 420 necesarias para finalizar la columna. Extrañaré este rincón en la página impar de la sección de opinión. Me faltarán las reacciones de los lectores fieles. Pero ahora comienzo otra etapa y necesito concentración y tiempo para dedicar a mis ficciones.
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Querido lector, querida lectora, ya no tendremos esta columna como excusa para leernos. Otra firma pasará a ocupar el espacio. Ahora mis palabras te podrán seguir llegando gracias a esos lugares maravillosos que son las librerías y las bibliotecas.
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