La vuelta del alimoche, el buitre sabio y misterioso
La recuperación de ejemplares de leonado y la inesperada reproducción de una pareja de buitres negros en Lorca avivan la difícil recuperación en la Región de un ave capaz de «una de las conductas más elaboradas de los animales»
GINÉS S.FORTE
Martes, 8 de diciembre 2020, 21:16
La capacidad que tiene el buitre más pequeño de los cuatro que habitan la península Ibérica, y seguramente el más bonito, de utilizar instrumentos para ... obtener comida es «una de las conductas más elaboradas de los animales», y la que le da el apelativo de «buitre sabio». Los entrecomillados son del célebre naturalista y divulgador español Félix Rodríguez de la Fuente, el primero que filmó, y corroboró, que la habilidad del alimoche ('Neophron percnopterus') de «usar piedras para romper huevos, era un mecanismo genético», y que por tanto no necesita de aprendizaje alguno. El buitre egipcio como también se le conoce, es capaz de extraer el contenido de un huevo de avestruz lanzándole guijarros, y no solo para alimentarse en África, también puede hacerlo en Europa aunque nunca antes se haya encontrado con semejante reto.
Publicidad
Cuando Rodríguez de la Fuente documentó este comportamiento, en los años 1970, los alimoches aún se reproducían en la Región. Hoy ya solo es posible verlos –cada vez menos– sobrevolando muy de vez en cuando algunos puntos de nuestra geografía. En su momento fueron barridos de aquí por el veneno y los cambios de usos ganaderos, y ahora son ahuyentados por la proliferación de aerogeneradores y tendidos eléctricos.
-
El censo nacional de alimoches coordinado en 2018 por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) establece actualmente una población de entre 1.490 y1.567 parejas de 'Neophron percnopterus'. Se trata de la mayor población detectada en los distintos censos nacionales realizados hasta ahora, aunque el incremento respecto al realizado en el año 2000 es mínimo. Se han detectado 38 territorios seguros más respecto a 2008 y solo 11 más si se consideran los territorios seguros y probables conjuntamente. La mayor población se sigue encontrando en Castilla y León, aunque su importancia relativa respecto al resto de autonomías desciende (25,7% en 2009 y 22,89% actualmente). Aragón es la segunda en importancia numérica (15,91%) y la tercera es Castilla-La Mancha (13,76%).
Estos mismos males son los que acabaron extinguiendo durante la segunda mitad del siglo XX a todas las especies de buitres (leonado, negro, alimoche y quebrantahuesos) de los paisajes de la Región de Murcia. Incluido el leonado ('Gyps fulvus'), que sin embargo está volviendo a recuperar su antiguo espacio entre nosotros. Tras décadas de concienciación y trabajo, ya se calcula más de medio millar de buitres leonados poblando la Región, justo cuarenta años después de que se le diese por desaparecido.
Caralluma solicitó hace dos años la apertura del Muladar de Mojantes, donde podrían alimentarse
Este éxito levanta algunas esperanzas de volver a divisar aquí la silueta alar blanca de metro y medio, con su característica banda negra, que los alimoches recortan contra el cielo cuando vuelan buscando carroña.
Publicidad
Sin embargo, la posibilidad de esta imagen aquí a corto plazo es altamente improbable, puesto que no hay parejas reproductoras en las provincias limítrofes, apunta el naturalista Jesús Rodríguez, uno de los entusiastas que lograron impulsar la vuelta del buitre leonado, a base de habilitar comederos y divulgarnos sus bondades durante décadas.
Las áreas más próximas de crías de estas aves se encuentran en Jaén y Valencia. «Pero en un número tan bajo que ya sólo con que no se extingan en esas zonas es motivo para alegrarse», explica Rodríguez.
Publicidad
Cada vez es más extraño ver volando alguno de esos buitres egipcios en la Región de Murcia
El naturalista y educador ambiental Ángel Guardiola, coordinador del 'Anuario Ornitológico de la Región', también ve «complicado» que vuelva el alimoche, que es «más exigente que otras especies de buitres». Sin embargo, reconoce, ahora en la Región ya «ha criado el buitre negro [el año pasado, «contra todo pronóstico», precisa Morenilla, lo hizo una pareja en las montañas de Lorca], lo que hasta hace poco nos parecía impensable, y cada vez son más frecuentes las observaciones de quebrantahuesos ('Gypaetus barbatus') en el noroeste murciano o en Sierra Espuña». Los avances en las otros tres buitres peninsulares levantan así cierta ilusión, aunque «los avistamientos de alimoche siguen siendo hoy día algo muy ocasional».
Juan de Dios Morenilla, uno de los fundadores de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza Caralluma, en la que pasó años acarreando cadáveres de animales para alimentar carroñeros, explica cómo esta organización «consiguió en quince años el retorno de los buitres leonados».
Publicidad
«Y tras ellos –continúa– vino el buitre negro, y también el 'quebrantón' campea frecuentemente la región, sólo queda por volver el alimoche», que es un animal que depende para comer del trabajo previo de los otros buitres, ya que su pico, menos duro, solo puede acceder a las partes blandas de los cadáveres (ojos y lengua, por ejemplo) y a las migajas que quedan tras el paso de los leonados, por ejemplo.
Las áreas más próximas de crías se encuentran en Jaén y Valencia, pero en un número muy bajo
«La asociación Caralluma solicitó hace dos años la reapertura y gestión del muladar [de la Sierra de Mojantes, en Caravaca de la Cruz,] que construyó [a mediados de los años 1990 para alimentar buitres] pero los condicionantes administrativos sobre sanidad animal nos está dificultando su consecución», lamenta Morenilla. Sobre el papel, añade, su reapertura, «para favorecer al alimoche y quebrantahuesos» ya está «aprobada». Pero «las trabas administrativas con Sanidad» les ha impedido «dar el primer paso». La respuesta de la Dirección General de Medio Natural de la Región de Murcia, fechada en abril del año pasado, reconoce que «no existe ningún inconveniente en autorizar temporalmente el uso del muladar», pero exige una autorización previa «en materia de Sanidad Animal» sobre la procedencia de «los subproductos animales para la alimentación de aves necrófagas y el transporte de los mismos hasta el muladar de Mojantes» que aún no se ha obtenido.
Publicidad
Además del «establecimiento de puntos de alimentación suplementaria», Morenilla señala otros dos pasos necesarios para el regreso del alimoche: «erradicar definitivamente el uso de venenos para el control de fauna y la corrección de líneas eléctricas que impidan la electrocución y colisión de las aves».
Juan Carlos del Moral, coordinador del Área de Ciencia Ciudadana de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), añade entre los peligros actuales para estas aves «la colisión con aerogeneradores».
Noticia Patrocinada
De acuerdo con el último censo de la SEO/BirdLife, de 2018, en España hay en torno a 1.500 parejas de alimoches, lo que equivale a entre un tercio y la mitad de toda la población europea. Esta cifra confiere al país «una gran responsabilidad en su conservación», apunta Del Moral. La subespecie que se encuentra en la península Ibérica y Baleares está incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas en la categoría de vulnerable. Principalmente se localiza en Castilla León, Aragón y nuestra vecina Castilla-La Mancha, que acumula en torno al 14% de todos los ejemplares españoles.
Pero para una posible recuperación en Murcia conviene mirar a Andalucía, donde la SEO/Birdlife alerta de que hay una «población 'extraordinaria' de alimoches», que, al contrario de lo que ocurre más al norte, «no hace más que disminuir de forma preocupante, fruto del veneno y de los impactos de infraestructuras como los parques eólicos». Morenilla advierte de que «si no se reducen estos impactos negativos allí [en Andalucía] difícilmente podrán recuperarse en la región vecina, Murcia».
Publicidad
Contra el veneno
Si se quiere actuar en la Región de Murcia, coincide Jesús Rodríguez, «sería mucho más útil sumar esfuerzos con lo que hacen en otras comunidades autónomas», y cita a «Andalucía, donde el éxito con la reintroducción del quebrantahuesos, les ha animado a intentar algo parecido con el alimoche». Para Rodríguez, «los esfuerzos coordinados para intentar la reproducción en cautividad y suelta posterior en lugares adecuados podría ser una posibilidad de volver a ver esta pequeña carroñera de nuevo por aquí». La SEO/Birdlife insiste en este punto en la necesidad de «atajar viejos problemas», en alusión de nuevo a la persecución y el veneno, «que aún persisten», y alienta a «establecer políticas de conservación ante los nuevos escenarios de abandono del campo que va a la par de la disminución de la cabaña extensiva de ovejas», sin «olvidar que es urgente atajar los impactos de las infraestructuras como los parques eólicos y los tendidos donde colisionan y se electrocutan los alimoches».
La asociación de ornitólogos añade que también es importante que en las administraciones autonómicas desarrollen planes de conservación o recuperación para garantizar que se ponen en marcha las medidas de gestión adecuadas en sus respectivos territorios para salvaguardar a esta especie», a la que Morenilla califica como el «buitre más misterioso de todos».
Publicidad
«También es –precisa Guardiola –más exigente que otras especies de buitres», lo que complica su soñada vuelta a la Región, donde ya lleva casi medio siglo sin reproducirse.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión