Nuevas vías para acabar con las capturas accidentales de especies en la pesca

De acuerdo con la información facilitada por el Miteco, la iniciativa «se estructura como una guía para evaluar y hacer un seguimiento del problema de las capturas accidentales en los buques pesqueros españoles y proponer soluciones técnicas que permitan reducir o eliminar, cuando sea posible, las capturas de especies sensibles». Para conocer mejor el alcance del problema, uno de los objetivos principales que se han marcado contempla «realizar una estimación concreta del número de ejemplares capturados por parte de la flota española».

El cronograma previsto incluye que en 2030 el proyecto se habrá acometido lo suficiente como para que se haya alcanzado «un nivel de impacto de la actividad pesquera en la fauna sensible que no ponga en peligro a las poblaciones afectadas». Dicho de otro modo: se trata de tomar «medidas encaminadas a reducir las capturas accidentales a niveles mínimos posibles y siempre por debajo de los valores de retirada máxima biológica para cada especie».

La campaña de evaluación que permitirá conocer mejor el alcance del problema incluye la realización de un protocolo específico, con el que se podrá concretar «el número de ejemplares capturados por parte de la flota española». Las actuaciones previstas completarán además trabajos que ya se han puesto en marcha para avanzar en el conocimiento tanto del estado de las poblaciones de cetáceos como del volumen de las capturas accidentales que se producen de estos mamíferos marinos y las causas de sus varamientos.

La iniciativa persigue desarrollar en concreto ocho acciones específicas para lograr una flota pesquera más sostenible. La primera contempla el diseño de un proceso participativo que implique al sector pesquero, a las comunidades autónomas afectadas, a organizaciones no gubernamentales relacionadas con el mar y a colectivos de científicos «para definir la problemática, los objetivos y las medidas necesarias para reducir las interacciones». La segunda se centra en incrementar el conocimiento de los impactos en las flotas de riesgo potencial para las que no exista información.

La tercera actuación prevista consiste en el seguimiento de la actividad en las flotas de riesgo para conocer el alcance de las interacciones. La cuarta prevé analizar las medidas de reducción de la mortalidad por pesca en las flotas de riesgo. La siguiente implica la realización de pruebas piloto de las medidas de mitigación en las flotas de riesgo. La sexta plantea la elaboración de planes de manejo y liberación de especies capturadas. La penúltima acción diseñada versa sobre el estudio y el conocimiento del estado de las poblaciones de cetáceos, aves y tortugas marinas en aguas españolas y el seguimiento de las poblaciones de aguas internacionales. Y la octava está conformada por la elaboración de un real decreto para dotar al proyecto de un marco jurídico estable y órdenes ministeriales que permitan aplicar las distintas medidas.

Por otra parte, con el objetivo de garantizar la unidad en estas actuaciones de los distintos ministerios implicados, el nuevo plan nacional incluye un órgano colegiado de trabajo compuesto por representantes tanto del Miteco, como del Mapa y del Ministerio de Ciencia e Innovación a través del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Con este órgano se busca mejorar además «la coordinación en las acciones necesarias para alcanzar los objetivos planteados».

La protección de las especies de mamíferos marinos, tortugas y aves marinas se enmarca en la directiva de la Unión Europea para la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres y la directiva sobre la conservación de las aves silvestres. A nivel estatal, la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad contiene normas que obligan a conservar, proteger y evitar de posible daño a los taxones silvestres

Por su parte, la Política Común de Pesca establece el principio de sostenibilidad en las actuaciones pesqueras. De ahí que el Reglamento de la Unión Europea 2019/1241 se centra en la conservación de los recursos pesqueros y la protección de los ecosistemas marinos con medidas técnicas, y establece medidas para mitigar los daños en especies sensibles como los citados cetáceos y aves y tortugas marinas.