El banco de aire limpio
El sector forestal aguarda un mecanismo de compensación de emisiones de carbono que anime a los propietarios de la enorme masa de bosques privados de la Región a luchar contra el cambio climático
GINÉS S.FORTE
Miércoles, 25 de noviembre 2020, 21:08
Las más de medio millón de hectáreas de superficie forestal que se extienden por la Región de Murcia (310.000 de ellas arboladas) dan al ... año algo más de 4.500 metros cúbicos de madera (dato de 2018, último ejercicio del que hay cifras oficiales) y 325 toneladas de plantas aromáticas y medicinales (dato de 2016), además de miles de euros por ocupación de parques eólicos, uso de colmenas y cesiones de caza, entre otros. Pero sobre todo aportan al medio ambiente la retención de más de 14 millones de toneladas de CO2, el mismo volumen de CO2 que cabrían en 14 millones de piscinas públicas (de 25 x 10 x 2 metros).
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La mayor parte de esa enorme masa forestal (ocupa el 45% de la superficie regional) está en manos privadas. Son en concreto 362.500 hectáreas (el 71% de todo el espacio forestal), de las que 190.000 se corresponden con arbolado. Menos del 30% de nuestros bosques, por tanto, es de titularidad pública. Pero es el poder público el que debe responsabilizarse de la buena gestión de un bien básico para mantener el aire limpio.
Con esta premisa comenzó a trabajar en 2016 la entonces Oficina de Impulso Socioeconómico del Medio Ambiente (Oisma), dependiente del Gobierno regional, en el proyecto europeo Life Forest CO2. Esta «iniciativa de interés para la puesta en valor del papel de las formaciones forestales en la mitigación del cambio climático», como la define el decano del Colegio de Ingenieros Forestales, Esteban Jordán, concluyó sus cuatro años de desarrollo en diciembre de 2019. Durante ese periodo, un consorcio de organizaciones públicas y privadas de España y Francia del ámbito forestal relacionado con el cambio climático, y liderado desde la Región de Murcia, ha tratado de cuantificar el efecto de la silvicultura sobre el secuestro de carbono y fomentar este medio de compensación como herramienta para mitigar el cambio climático.
Casi 3 de cada 4 hectáreas forestales de la Región están en manos privadas
El educador ambiental Antonio Soler, de la asociación Nueva Cultura por el Clima, aclara que los bosques de pino, especialmente en el Mediterráneo, carecían de datos fiables sobre sus potencialidades de captura de carbono, por su «heterogeneidad de microclimas y de especies de pino». De ahí que avanzar en ese conocimiento resulte «fundamental para sumar estos ecosistemas a mitigar el cambio climático».
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La apuesta por la gestión de los montes ha tenido eco en la Nueva Estrategia Forestal de la UE, aprobada por el Parlamento Europeo el pasado octubre. La iniciativa corrobora que los bosques ejercen un papel fundamental en la mitigación del cambio climático: «Como sumideros naturales de carbono, contribuyen a compensar las emisiones de carbono que se emiten a la atmósfera». Ante esta evidencia, «es importante preservar, mejorar y aumentar las zonas boscosas si la Unión Europea quiere alcanzar la neutralidad climática. Además, los bosques brindan una serie de servicios ecosistémicos (agua y aire limpios, control de la erosión, refugio, etc.) y pueden ser un actor importante en la bioeconomía circular».
Esteban Jordán detalla que la superficie forestal «dispone de diferentes almacenes [de C02], entre los que se encuentran la biomasa del sistema aéreo, la biomasa del sistema radicular, la materia muerta sobre el suelo o el carbono orgánico del suelo». En total, calcula, los sistemas forestales de la Región «están reteniendo más de 14 millones de toneladas de CO2», y una gestión de estas superficies «supondría una mejora de los sumideros forestales de 350.000 toneladas de CO2».
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En este contexto, «el papel de los propietarios privados [en cuyas manos hemos visto que está la mayor parte de la superficie forestal] presenta un alto potencial». En la Región, estima Jordán, hay un «número de propietarios muy elevado», que con el trabajo del Life Forest CO2 van a contar con lo que Soler define como «una base metodológica para cuantificar y poner valor económico a la gestión forestal». De este modo, añade, «ahora se trata de avanzar en la puesta en marcha del mecanismo de compensación que retorne recursos económicos a los gestores de espacios forestales por sus buenas prácticas». El objetivo en este punto es poner en contacto a silvicultores y entidades (empresas y administraciones, básicamente) o particulares «que deseen compensar sus emisiones de carbono mediante proyectos de gestión forestal».
Jordán y Soler coinciden al apuntar que la Región de Murcia «está ubicada en la zona cero del cambio climático». En este contexto, abunda el decano de los ingenieros forestales, la Administración regional «es plenamente consciente de la necesidad de adquirir conocimientos y perfilar los modelos de gestión que deben aplicarse durante las próximas décadas para garantizar la permanencia a largo plazo de las masas forestales arbóreas». El plan de adaptación de las masas forestales de la Región de Murcia al cambio climático, explica, apunta «numerosas directrices con las que durante estos dos últimos años se han elaborado los documentos de ordenación de los montes gestionados por esta administración regional». El educador ambiental Antonio Soler, por su parte, advierte de que aún queda por hacer una «aprobación de normativas de gestión de espacios naturales, la incorporación de la gestión forestal a los mercados de carbono, la implementación de una estrategia de adaptación al cambio climático y una Ley Regional del Clima». A su juicio, existe un «crónico retraso en aprobar planes de gestión y ordenación de recursos en nuestros espacios naturales». Su augurio es que «vamos a perder muchos bosques en los próximos años», sobre todo en las laderas de solanas, como consecuencia del cambio climático. «Cambiar a unos bosques con menos árboles y más arbustos va a ser inevitable».
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Los expertos afirman que la Comunidad está «en la zona cero del cambio climático»
Olas de calor
Las pautas de actuación que se extraen del Life Forest CO2, que aún tienen que divulgarse, se deben extender no solo a los gestores públicos, sino especialmente a los privados, como propietarios de casi tres de cada cuatro hectáreas forestales en la Región de Murcia. Con la terminación del proyecto no se ha acabado el trabajo. Buena parte del esfuerzo debe comenzar ahora, sobre todo en un ámbito geográfico como este, «significativamente diferente al resto de la península ibérica y Europa», con una «climatología reinante» que «obliga a disponer de masas forestales en buen estado de salud», advierte el decano del Colegio de Ingenieros Forestales. Con estas herramientas se trata también de hacer frente a «las frecuentes e intensas olas de calor durante los periodos estivales», y a las «también cada vez más frecuentes irregularidades de precipitación» en nuestra geografía.
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