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Voluntarios reponen los estantes en el centro de distribución de alimentos Galilea. MARTÍNEZ BUESO

«Hemos visto a personas bien vestidas en la cola de alimentos»

Cáritas atendió a un 27% más de familias en el año de la pandemia, en el que también aumentaron los voluntarios y los donantes

Viernes, 4 de junio 2021, 02:26

No hubo confinamiento para los cerca de 3.500 voluntarios y trabajadores de Cáritas en la Región. No podían quedarse en casa en los momentos más críticos de la primera ola porque precisamente la pandemia les hacía más esenciales que nunca, con tantas familias que perdieron su sustento a causa del virus y tuvieron que solicitar ayuda. «Por primera vez hemos visto a gente bien vestida en las colas de reparto de alimentos», aseguraba el director de Cáritas, José Antonio Planes, durante la presentación de la Memoria de 2020 en el Palacio Episcopal, en presencia del obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes.

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El impacto de la Covid se nota en el balance de actividad de la organización dependiente de la Iglesia Católica, a la que acudieron el pasado año un total de 30.660 personas de forma directa, un 27% más que en 2019. Esta cifra se traduce en 95.046 murcianos beneficiados, pues el 62,48% de los hogares a los que se les prestó ayuda tenían hijos menores a su cargo. A estos no solo se les apoyó en el problema alimentario, sino que desde Cáritas hicieron «malabares» para conseguir que aquellos estudiantes que no tenían los medios para las clases telemáticas durante el confinamiento pudieran hacerlo y no quedaran atrasados en su educación, afirmó el secretario general, Juan Antonio Illán.

Autónomos y chatarreros

Entre los nuevos perfiles de personas que han necesitado apoyo de la organización destacan afectados por los ERTE en la primera ola del coronavirus o autónomos que se vieron obligados a parar totalmente su actividad. José Antonio Planes llamó la atención sobre colectivos como los «chatarreros», que se han visto en la absoluta miseria.

La entidad advierte de la insostenible situación de barrios como el del Espíritu Santo de Espinardo

El director diocesano llamó la atención de la realidad social de la Región, en especial de la situación del barrio marginales como el del Espíritu Santo en Espinardo, en Murcia, que «algún día va a estallar» si no se actúa pronto. En ese sentido, la red para la mejora de la empleabilidad se ha extendido a barrios y pedanías a través de un presupuesto de 1,6 millones de euros. En total, se han ofrecido planes personalizados de búsqueda de empleo y mejora de la formación a 1.848 personas vulnerables.

Pero si la pandemia ha aumentado el número de personas atendidas en Cáritas, también se ha incrementado la solidaridad de la sociedad murciana. El número de donantes creció un 24%, hasta alcanzar los 18.266. Los socios se han multiplicado por dos (de 1.011 a 2.162) y se duplicaron asimismo las entidades colaboradoras, pasando de 179 a 384. «Hubo empresas que nos donaron el dinero de la cena de Navidad que no pudieron celebrar», aseguró José Antonio Planes.

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En expansión

Además, Cáritas continuó su extensión por la Región. Se abrieron nuevos centros en municipios como Abanilla y Ricote, así como en pedanías murcianas como Los Martínez del Puerto y Corvera. Se ha abierto otro economato en Fuente Álamo, el cuarto en la Región, y tres centros de distribución de alimentos en Murcia. Hay 222 plazas más para atender a personas sin hogar, en inmuebles como la Casa de la Espiritualidad de El Coto, en Cartagena. En total, Cáritas invirtió el año pasado casi once millones de euros en sus programas.

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