Visitación Martínez, un bautismo premonitorio
Curtida en la política local, donde es elogiada hasta por sus adversarios, le encanta dar largas caminatas por los parajes naturales de su pueblo, San Pedro del Pinatar
Cuando Visi vio por primera vez la luz, hace ya 56 años, en su querido San Pedro de Pinatar nadie podía imaginar entonces que llegaría, ... si no tan lejos, puesto que Cartagena apenas está a 40 kilómetros de la casa familiar, sí tan alto como para convertirse en la segunda autoridad de su región. Un momento... ¿Seguro que nadie? Bueno, alguien sí debió barruntar algo, puesto que pasados los años le dijo en reiteradas ocasiones, a la vista del camino emprendido por la joven, que él había sido quien le transmitió la vocación política en la pila bautismal. Fue su padrino, Francisco Martínez Tárraga, primer alcalde de San Javier de la democracia. Habría disfrutado una barbaridad viendo a su ahijada como presidenta del Parlamento autónomo, pero a Paco, como todo el mundo le conocía en el municipio marmenorense, al menos le dio tiempo antes de fallecer de sentir el sano orgullo de verla como alcaldesa de San Pedro.
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Abogada de formación y ejerciente durante diez años con despacho propio, fue un amigo afiliado al PP el que terminó por orientarla a la política al asegurarle que, por su forma de ser, estaba convencido de que le iba a gustar. Y efectivamente así fue.
Destaca lo gratificante que le resultaba «sentirme útil y contribuir a solucionar los problemas de la gente», y no hay política más próxima a esos sentimientos que la local. En 1999 emprendió su carrera como edil y, un año después, pasó a la Comunidad, donde fue durante varios años directora general de Patrimonio con Juan Bernal como jefe y consejero. En 2007 dio un paso más en su aprendizaje particular cuando Pedro José Pérez, por entonces factótum del PP pinatarense, la puso como número dos de la candidatura municipal. Los cuatro años que pasó como portavoz popular en la oposición fueron su doctorado. En los siguientes comicios, ya figuraba al frente de la lista como candidata a alcaldesa, y los ganó por mayoría absoluta. Y los volvió a ganar cuatro años después, y repitió mayoría absoluta por tercera vez consecutiva en 2019.
Su padrino, que fue el primer alcalde de la democracia de San Javier, le decía que le inculcó la vocación política en la misma pila bautismal
Confiesa que aquella primera victoria de 2011 es de la que guarda mejor recuerdo porque la convirtió en la primera mujer que accedía a la alcaldía de su pueblo, lo que aún hoy en día comenta que es de lo que más orgullosa se siente en su trayectoria política.
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Presidenta de todos
Alguno de los concejales que la soportaron durante sus doce años de alcaldesa solo tienen buenas palabras de ella. La califican de «buena persona», «competente», «campechana», «cordial». «Se preocupaba por la gente y sabía ser dura cuando debía serlo y también dialogar cuando tenía que hacerlo. Seguro que en la Asamblea lo va a hacer muy bien», comenta de ella uno de los que fue su adversario político en San Pedro.
Casada y con dos hijas de 24 y 19 años, una de las aficiones más gratas de la nueva presidenta del poder legislativo regional es dar largas caminatas por su pueblo, uno de los mejor dotados de la Región en este ámbito. Habla maravillas de lugares como Las Salinas, la playa de la Llana, las Encañizadas, Molinos... También le tira la zumba y el pilates, pero reconoce que le falta tiempo. Si después de una de esas caminatas le sirves un arroz y verduras o un caldero, el éxito lo tienes asegurado.
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Sobre su nueva responsabilidad, se marca como objetivo: «Me gustaría que me reconocieran como la presidenta de todos los grupos y que la Asamblea sea un fiel reflejo de la sociedad, para lo que es necesario que estemos muy atentos a lo que dice la gente».
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