Yermi Ruiz y Yusi Sánchez, el pasado miércoles, en la Catedral de Murcia. Ros Caval / AGM

Venezuela llora en Murcia tras unas elecciones «robadas»

La mayoría de los exiliados que residen en la Región no votaron porque no tenían dinero para ir a Madrid o por no superar las trabas burocráticas

Domingo, 4 de agosto 2024, 07:16

Decepción, tristeza, luto, cansancio y voces entrecortadas. Así ha recibido el exilio venezolano residente en la Región, sobre todo, en Murcia, (unos 4.000) la ... autoproclamación de Nicolás Maduro como vencedor de unas elecciones que despertaron muchas esperanzas entre la diáspora porque, por primera vez en años, la oposición ilusionó a su gente y la animó a votar. La participación fue masiva, excepto entre los emigrantes. Las trabas burocráticas y la obligación de viajar a Madrid para depositar el voto en las urnas frustraron la participación en España, donde hay 400.000 venezolanos y solo 24.770 pudieron inscribirse en estos comicios.

Publicidad

Las dos partes en las que se divide hoy Venezuela llenaron los colegios electorales. Los votantes que apoyaron al diplomático y escritor Edmundo González están convencidos de haber ganado en las urnas, pero el Consejo Nacional Electoral (CNE), dependiente del chavismo, dio la victoria, por la mínima, con el 51,2% de los votos y el 80% escrutado, a Nicolás Maduro, sindicalista y conductor de autobús; el hombre al que en 2013 Hugo Chávez se le apareció en forma de pajarito.

España ha pedido a Maduro que muestre las actas de los colegios electorales «mesa por mesa», pero el chavismo está atrincherado en Miraflores, respondiendo con detenciones y disparos con perdigones a las protestas que han tomado las calles y derribado estatuas. El chavismo, que no suelta las actas, habla de golpe de Estado pese a que en las redes es viral el 'selfie' de un simpatizante de la dictadura, que deja ver en las paredes de la sala de control electoral los gráficos que muestran la amplia victoria de Edmundo González.

En la Región, la vida continúa, ahora entre lágrimas. A M. V., residente en La Ñora, le habría gustado votar el domingo. No quiere decir su nombre por miedo a que le hagan «algo» y «porque fichan a uno». Llegó a Murcia en febrero de 2020, en vísperas de la pandemia de Covid y esta vez no votó porque no tenía dinero para viajar a Madrid.

Publicidad

Ella es de San Juan de los Morros, Estado Guárico, y cuenta, con miedo y sin esperanzas, que solo desea «un mejor país al que poder regresar algún día y vivir normal». Trabajó para el chavismo en Venezuela; vivió en el monstruo y le conoce las entrañas. «Me obligaban a votar por ellos. Obligaban a mi hermana, que trabajaba en Salud, a ir a las marchas. Amenazaban a mis padres. Son gente de poder y dinero y, mientras la Guardia Nacional los apoye, es difícil que por sí solos entreguen el poder».

Verónica Barcenilla, presidenta de la Asociación de Venezolanos de Murcia, sí votó el domingo porque no renuncia a la idea de que «un día» lograrán que caiga Maduro. Lo hizo pese a que veía las elecciones, primero, con «escepticismo», luego, con «esperanzas» y, finalmente, con «tensión, decepción y tristeza».

Publicidad

Aún así, asume que la autoproclamación de la victoria de Maduro «era lo esperado» porque hace tiempo que no se fía del Consejo Nacional Electoral y, «por supuesto», no cree en los resultados del domingo, «cuando la calle dice lo contrario, con el descontento masivo de la población, a pesar de los amedrentamientos de los círculos bolivarianos».

Tras 25 años de chavismo en Venezuela, Barcenilla está convencida de que recuperar la democracia «no es un camino fácil» porque una «dictadura no cae con votos». «La dictadura no respeta nada», dice.

Ahora solo queda por delante confiar en que el liderazgo de la oposición de María Corina Machado no desfallezca. Donde muchos solo ven fraude, ella también ve puntos positivos porque esta campaña ha desmentido a quienes decían que la ciudadanía venezolana votaba por Maduro, «que no eran robadas las elecciones». Ahora, tras lo sucedido, «queda demostrado lo contrario».

Publicidad

«Venezuela es grande»

Yermi Ricardo Ruiz Oropeza es venezolano, vive en Murcia y vivió las elecciones del domingo, como muchos, con la esperanza de que cayera la dictadura de Maduro. Él es de los que no pudo votar. «No me dejaron inscribirme. Llamé, pregunté, atendían nada más a 20 personas al día y si iban, se caía el sistema. Fue horrible».

Tras lo ocurrido, confía en María Corina Machado para guiar a una Venezuela «triste, callada, como de luto». Él también se sintió así tras las elecciones del domingo. «Estábamos como si se hubiera muerto alguien importante. Mi familia, amigos y conocidos no podían dejar de llorar», comenta seguro de que el chavismo les robó la victoria.

Publicidad

Ahora sigue con desvelo las protestas en Venezuela. «El país está alzado en la calle, pidiendo que respeten los resultados electorales porque ganó Edmundo y es nuestro presidente».

Como Barcenilla, da por sentado que una dictadura no cae con votos. Para él la única salida pasa por recibir ayuda extranjera para recuperar la democracia.

Le da la razón Yusmaidaliz (Yusi) Sánchez. Ella lleva solo once meses en Patiño. Estas elecciones las vivió con fe, pero sin hacerse ilusiones. «El venezolano salió con el deseo de ver un cambio en el país», pero no se engaña. «Eran los resultados esperados» y, a pesar de eso, la participación esta vez ha sido masiva. Ella no votó porque en Murcia no había centro de votación y, por motivos laborales, no pudo desplazarse. Las protestas de su país las ve «con mucho dolor» y reconoce que «no se han logrado los objetivos» de conseguir un cambio de liderazgo en el país a través de un proceso electoral limpio. Sobre el futuro, no tiene respuestas. Cree que la dictadura chavista entró con sangre y solo saldrá con sangre, pero sigue teniendo esperanzas de recuperar su país. «Venezuela es grande».

Noticia Patrocinada

«Esto es hasta el final»

Marysabel Gutiérrez es coordinadora general de Voluntad Popular Internacional de la Región de Murcia, un partido político venezolano de centroizquierda. Para ella, el resultado electoral es la «crónica de una muerte anunciada» porque del chavismo esperaban «cualquier cosa», pero, como dice María Corina Machado, «esto es hasta el final».

Se emociona al hablar del fraude electoral. «Fue una bofetada». Ella no pudo votar el domingo al no tener residencia permanente en España. En su caso, la tiene por razones humanitarias. «Nos pusieron las trabas de siempre. Era de esperar. Más de ocho millones de desplazados por el mundo no les convienen a ellos».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Oferta Cyber Week 6 meses por 2€ al mes

Publicidad