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Ramón Luis Valcárcel. Vicente Vicéns/ AGM

A Valcárcel siempre le quedará Sebastopol

La sentencia pone en evidencia al exjefe del Gobierno regional, que defendió en la Asamblea que en la recalificación de La Zerrichera se cumplió la legalidad

Sábado, 23 de diciembre 2017, 01:25

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En el año 2005, en plena polémica por la recalificación de la finca La Zerrichera, el entonces presidente del Gobierno murciano, Ramón Luis Valcárcel, se vio obligado a dar explicaciones en la Asamblea Regional sobre este asunto. Muy en su línea argumental, el líder popular, que aprovechaba cualquier comparecencia para meterle un paquete a la oposición, manifestó textualmente que, «con los papeles en la mano, demuestro aquí y en Sebastopol que se cumple la ley en el proceso de recalificación de La Zerrichera».

Reacciones

  • Joaquín López (PSOE): «No están todos los que son» «No están todos los que son, ni son todos los que están, pero lo cierto es que la sentencia pone fin a un modelo especulativo y depredador que atentaba contra el desarrollo sostenible y el medio ambiente, un modelo que tanto daño ha hecho a la Región y que siempre tuvo la complicidad del PP», afirmó ayer el portavoz socialista en la Asamblea.

  • ANSE y Ecologistas en Acción: «Disparatada política urbanística del PP» «La sentencia demuestra que la acción responsable de organizaciones ciudadanas ha podido paralizar grandes atentados contra los espacios naturales, a pesar del apoyo del Gobierno regional en su política disparatada de desarrollo urbanístico. Además, respalda la profesionalidad de muchos técnicos de la Administración regional, que no se han doblegado a las presiones».

Cabe recordar en este punto una respuesta del estilo que quien era su consejero de Medio Ambiente, Francisco Marqués, ofreció a la portavoz socialista, Teresa Rosique, cuando esta le interpeló por la legalidad de la recalificación de la finca Novo Carthago. «Si quiere, ahora mismo le pongo un taxi para que vaya a poner una denuncia en la Fiscalía», le espetó. Una bravuconada de la que nunca se habrá arrepentido lo suficiente, teniendo en cuenta que acabó imputado por ese proceso y que ahí sigue, a la espera de que la juez decida finalmente si lo exculpa o lo conduce a juicio.

Pues bien, aunque Valcárcel no ha corrido la misma suerte -o falta de ella- en el 'caso Zerrichera', la sentencia dictada ahora por la Audiencia Provincial lo deja igualmente en evidencia, pues viene a confirmar lo que en aquel momento ya resultaba bastante evidente: que altos responsables de su administración habían violentado las leyes ambientales, de arriba abajo, para sacar adelante la recalificación de una finca que estaba especialmente protegida por sus valores naturales.

Quizás tampoco esté de más recordar que el promotor de aquel complejo urbanístico, Trinitario Casanova, mantenía una estrecha relación de amistad con el entonces consejero de Vivienda, Joaquín Bascuñana, y que incluso llegó a mantener alguna reunión sobre ese proyecto con el propio Valcárcel, con grabación incluida que más tarde circuló entre relevantes personalidades del mundo político y económico de la Región.

Casanova debía ir tan sobrado que, cuando comenzó a vislumbrar que el proyecto urbanístico podía quedarse en agua de borrajas, no dudó en tachar públicamente de «cobardía» la actitud de Valcárcel. Este, lejos de replicarle, dio la callada por toda respuesta.

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