Bomberos y policías permanecen en el descampado en las proximidades de la cárcel de Alcalá-Meco, donde cayó el aparato en llamas. :: EFE / SERGIO BARRENECHEA
REGIÓN MURCIA

Mueren dos pilotos de la AGA al estrellarse en Madrid durante un vuelo de instrucción

El capitán Castellón y el alférez Eduardo Castillo no pudieron eyectarse a tiempo del aparato en llamas, que pudo sufrir un fallo en su motor

GUILLERMO HERMIDA ghermida@laverdad.es

Viernes, 27 de abril 2012, 09:58

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El Ejército del Aire cambió ayer el azul cielo de sus uniformes por el luto por dos de sus miembros, fallecidos ayer al estrellarse en Madrid su avión -un C-101- en un vuelo de instrucción que había partido de la Academia General del Aire (AGA) de San Javier.

El capitán instructor Julio Castellón Bueno y el alférez alumno de cuarto curso Eduardo Castillo salieron a primera hora de la mañana en un vuelo de navegación como parte de la instrucción que la AGA realiza con los futuros pilotos. Sobre las 10.45, su C-101 Aviojet se precipitaba sobre un descampado cerca de la carretera M-121, que une las localidades de Meco y Alcalá de Henares, y en las inmediaciones del Centro Penitenciario Madrid II, conocido como Alcalá Meco, cuando volaban de regreso a Murcia.

Según algunos testigos citados por EFE, el avión estaba en llamas antes de caer a tierra, extremo que confirmó la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes . «He oído un ruido muy grande» que provenía de un avión que volaba «muy bajo», que poco después se estrelló y generó un gran fogonazo, señalaba uno de ellos. Un abogado que, tras visitar a un cliente en la prisión, esperaba en una parada de autobús situada junto a la carretera ha relatado que oyó «un ruido muy grande» detrás de él y cuando se giró vio que se trataba de un avión que volaba «muy bajo». «A continuación he visto una sombra por los árboles de enfrente, un estampido en el suelo y un fogonazo», ha relatado.

En ese momento ha avisado al 112, que le ha preguntado si podía confirmar si había supervivientes, pero él no ha podido acercarse porque «estaba todo en llamas». «La explosión ha sido en el suelo, y como el tiempo es muy subjetivo, para mí ha transcurrido un mundo desde que oí el estampido hasta que he visto las llamas... Igual ha sido un segundo», ha añadido.

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Una joven ha explicado que estaba a las afueras de Meco cuando ha escuchado «un estruendo grande» que se ha oído también en Alcalá de Henares, por lo que ha decidió acercarse al lugar del suceso junto a una amiga, comprobando que el avión había caído y estaba ardiendo.

Las declaraciones de los testigos, junto con el hecho de que los restos del aparato han quedado diseminados en una zona de casi un kilómetro cuadrado, hacen pensar en un posible fallo o explosión del único motor Garret que equipan los 'Mirlo', apelativo que da el Ejército del Aire a los C-101, que fabrica la española Construcciones Aeronáuticas, CASA.

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La delegada del Gobierno en Madrid explicó ayer que esa es la hipótesis de partida con la que se trabaja, aunque no descartó que las difíciles condiciones meteorológicas en la zona -niebla y nubes bajas- también hubieran podido influir en el fatal accidente.

Tras caer al descampado, el avión se incendió. Según los servicios de emergencia que acudieron en primera instancia a la zona -seis dotaciones de bomberos de la Comunidad de Madrid y personal sanitario del Summa- los cuerpos de los dos pilotos estaban aún en la carlinga con los paracaídas de eyección desplegados. Probablemente, al dar por perdido el aparato, tanto el capitán como el alférez trataron de eyectarse de la cabina, sin éxito.

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El accidente se produjo cuando el C-101 ya enfilaba la aerovía que une el aeródromo militar de Torrejón de Ardoz con San Javier en el vuelo de navegación. Según fuentes militares, el aparato había despegado unos minutos antes de Torrejón, donde había repostado combustible. Al parecer, el problema en el motor se produjo durante el giro para poner rumbo sureste.

Un mazazo en la Academia

La noticia del accidente cayó como un mazazo en la base de San Javier. Tanto el capitán Castellón, un madrileño de 35 años que llegó destinado a la misma en 2010; como el alférez Castillo, tinerfeño en su cuarto año en la AGA, eran conocidos en la misma y sus compañeros destacan su entrega al Ejército del Aire, su compañerismo y su calidad humana.

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La Policía Científica de la Guardia Civil y especialistas en accidentes del Ejército del Aire analizan los restos humanos y materiales encontrados en el lugar del accidente, al que ayer se trasladó la delegada del Gobierno para supervisar las labores de los equipos de emergencia.

En el lugar del siniestro se han presentado dos jueces, el titular del Juzgado de guardia de la localidad y el juez togado militar, para proceder a levantar los cadáveres. El de ayer es el primer accidente de un avión del Ejército del Aire en España desde el 24 de agosto de 2010, cuando un Eurofighter se estrelló en Morón de la Frontera, Sevilla. En el siniestro falleció un militar de Arabia Saudí.

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