La tregua comercial con EE UU levanta el castigo a los vinos, quesos y cítricos de la Región

Casi un centenar de empresas de la Región de Murcia que exportan y abrieron mercado en Estados Unidos, la mayoría del sector agroalimentario, han recibido con alivio el acuerdo entre la Unión Europea y la Administración estadounidense. Se aparca, así, temporalmente la larga guerra comercial que se desató hace dos décadas por las ayudas europeas a las compañías Boeing y Airbus. Se trata de un conflicto cuyas consecuencias han penalizado al sector agroalimentario, que nada tenía que ver con la guerra de los gigantes aeronáuticos. El endurecimiento de los aranceles, de hasta un 25% en algunos casos, afectó a las ventas de vinos, aceites, quesos y conservas de aceitunas, entre otros productos, a la vez que cerró el paso al limón, que experimentaba un fuerte crecimiento. Esta barrera arancelaria quedará en suspenso cinco años.

Los productores y exportadores murcianos confían en que la medida transitoria se convierta en definitiva. Con motivo de la llegada de Biden a la Casa Blanca a principios de este año, los productores y exportadores murcianos confiaron en que el nuevo presidente levantara o suavizara el castigo que impuso la Administración Trump. El compromiso alcanzado ayer en la primera cumbre bilateral entre Biden y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quedará recogido en una declaración conjunta con una hoja de ruta de «varios años» para resolver las diferencias, informa Europa Press. El primer paso para rebajar las tensiones se dio en marzo. El conflicto se ha saldado con 10.300 millones de euros de penalizaciones recíprocas.

Antes de que se endurecieran los aranceles, las empresas agroalimentarias murcianas vendieron a EE UU en 2018 productos por valor de 40 millones. Luego, pasaron a la 'lista negra' de la guerra comercial, que se recrudeció durante el mandato de Donald Trump. Las exportaciones de vinos, que dependían en un 16,2% del mercado norteamericano, facturó 16 millones de euros ese año; mientras que los licores (solo dos empresas venden a EE UU) a los 5,5 millones de euros, con una dependencia del 17%.

Un estudio realizado en 2019 por la Dirección Territorial de Comercio-ICEX apuntó que, en el peor escenario, las pérdidas podían alcanzar los 40 millones de euros anuales. Algunos productos se iban a ver muy afectados, como el queso fresco, que tenía una dependencia del 99,6% del mercado de EE UU; mientras que otro tipo de quesos alcanzaban el 69,7%. Ambas variedades sumaban ventas por valor de 14 millones de euros anuales. España ha sido uno de los países más afectados por los aranceles que ahora se suspenden.

El consejero de Agricultura, Antonio Luengo, destacó que el acuerdo «es esperanzador y positivo». «Lo veníamos reclamando muchos años, defendiendo a nuestros productores y exportadores en todos los foros para desbloquear esta injusta decisión que castigaba a quienes menos se lo merecían. Ahora se van a estudiar los aranceles en cada uno de los productos afectados y ahí debemos estar vigilantes. No era justo gravar relaciones comerciales por asuntos que nada tenían que ver con el sector agroalimentario, que dispone en Estados Unidos de un mercado potencial», dijo.

José Antonio García, director de Ailimpo, indicó que podrá ejecutar el plan de promoción del limón en EE UU los próximos tres años. «Nuestro objetivo es exportar 25.000 toneladas por campaña». Consideró el acuerdo «una excelente noticia, que viene además en un momento muy adecuado, ya que nos permite planificar con nuestros clientes las exportaciones para la campaña de limón fino, que se iniciará en octubre. Nos permite trabajar sin incertidumbre a medio plazo».

El presidente de Agrupal, José García Gómez, cree que «el acuerdo afecta al melocotón, cóctel de frutas y pera». «El melocotón ya tenía un 18% de gravamen, a lo que se sumó otro 25% de penalización. Volvemos al 18%». Estas partidas no son muy significativas, pero siempre viene bien para poder competir».

Juan Marín Bravo, presidente de Proexport, considera que el problema de su sector «no es de aranceles, sino de acceso al mercado, pues no hay protocolos fitosanitarios en vigor». «Llevamos dos años a la espera de la apertura para el pimiento, pero no se ha avanzado. Las ventas a EE UU son mínimas, mientras que con Canadá, gracias a que hay un tratado de libre comercio con la UE, van en continuo crecimiento».