El tránsito de grandes buques por la costa regional aumenta un 7% en tan solo 5 años

Este canal de navegación, que es controlado desde Cartagena por funcionarios de Capitanía Marítima (un organismo del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible), es obligatorio salvo para los buques de vela, los de pesca y los de eslora inferior a veinte metros, señala Villar. E indica que pueden utilizar «el margen de navegación costera, situado a una milla de la costa». Cada milla equivale a 1.852 metros.

El 45% de las embarcaciones que atravesaron el dispositivo de Cabo de Palos el año pasado fueron tipo 'bulk carrier', empleados para el transporte de todo tipo de mercancía a granel, como carbón, hierro y trigo. Los petroleros, que llevan crudo y sus derivados, representan el 31%; los portacontenedores, 14%; otros, 10%. Este último grupo incluye varios tipos de buques, desde los 'offshore' o de apoyo para trabajos alejados de la costa hasta las plataformas petrolíferas y los de suministro en alta mar, investigación científica, lucha contra incendios y anticontaminación. También hay gaseros (que trasladan gas natural licuado), químicos, de productos refinados, de pasaje (cruceros y ferrys), paqueteros (cemento, vehículos y otros), de transporte de animales vivos y no clasificados.

Al tráfico marítimo hay que sumar los buques militares y los de la náutica recreativa, yates que van costeando en tránsito entre Palma de Mallorca y otras zonas del Mediterráneo, como Málaga y Marruecos.

«Los buques van en tránsito procedentes de derrotas que convergen en el Estrecho de Gibraltar, así como de puertos del norte de África (como los de Argelia, Túnez y Libia) y de puertos europeos del Mediterráneo, tanto de España como de Francia e Italia», apunta el capitán marítimo. Y agrega que «otros muchos» buques avanzan «en derrotas que convergen en el canal de Suez, en tránsito hacia puertos del Mediterráneo y hacia el Estrecho de Gibraltar».

Dentro de estas rutas internacionales, y en un contexto de creciente peso del tráfico marítimo en la economía mundial («salvó la actividad internacional en la pandemia», apunta Villar), las costas de la Región de Murcia ocupan «una situación estratégica» por dicha ubicación geográfica. Hay que tener en cuenta, apunta el capitán marítimo, que la flota mundial se situó el año pasado en 105.493 barcos de más de 100 toneladas de registro bruto, lo que supone un 3,2% más respecto al año 2019.

En cuanto a la distribución de embarcaciones atendiendo a la bandera que enarbolan y a la nacionalidad de las tripulaciones, es «similar» a la que puede observarse a nivel internacional, señala a este diario el capitán marítimo de Cartagena. Y detalla que, por enseñas, el 8,1% de los buques navegan con bandera de Panamá; un 3,67% con la de Islas Marshall; un 3,63% con la de Liberia; un 3,5% con la de Singapur; un 2,8% con la de Hong Kong; y un 2,26% con la de Malta. Respecto a las tripulaciones, los principales países de procedencia son Filipinas, Rusia, Indonesia, China e India.

Del tránsito de grandes buques se beneficia el Puerto de Cartagena, que en el último lustro ha visto aumentar un 1,7% el número de embarcaciones que atracan en sus muelles. De los 2.207 buques del año 2019 se pasó a 2.245. En cuanto al volumen de mercancías, se incrementó casi en un 10%, al subir desde 34,1 millones de toneladas a 37,5, según datos de la Autoridad Portuaria de Cartagena.

Además de garantizar la seguridad de la navegación, para evitar colisiones y otros incidentes, una de las tareas de los controladores del tráfico marítimo es garantizar la protección medioambiental de la Reserva Marina de Cabo de Palos e Islas Hormigas. En la madrugada del 26 de junio de 2023, el Centro de Coordinación y Salvamento (CCS) de Cartagena evitó que un granelero con bandera de Liberia, cargado con 36.449 toneladas de coque de petróleo en sus bodegas, invadiera la reserva, lo que podría haber originado un vertido altamente contaminante en una joya natural sumergida.

«A las 3.30 horas de la madrugada, el buque 'LM Herón' quedó sin gobierno y a la deriva, lo que ocasionó un riesgo considerable», recuerda el capitán marítimo, quien detalla la intervención del CCS (órgano bajo su coordinación) en la edición de noviembre de 2023 de la revista 'Mitma', editada por el Ministerio. Ante la imposibilidad del buque de arrancar máquinas, Villar envió a la zona al buque de Salvamento Marítimo 'Clara Campoamor'. Pero el capitán del buque se negó a tomar remolque e insistió en reparar el motor, lo que supuso un riesgo «en una zona de denso tráfico marítimo» y un peligro de vertido que habría tenido «efectos devastadores sobre el entorno protegido».

Tras más de siete horas y con una patrullera de la Guardia Civil lista para intervenir y forzar al buque a ser remolcado hasta el puerto de Cartagena, afortunadamente, el granelero «lentamente consiguió dar avante con poca máquina» y poner rumbo al puerto de Tarragona. El capitán marítimo de esta zona impuso una multa de 54.000 euros, que pagó la compañía armadora de la embarcación.