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Una avenida de agua y lodo atraviesa Los Alcázares y llega al Mar Menor. Antonio Gil / AGM. Vídeo: Atlas

La lluvia golpea la Región en plena crisis sanitaria e inunda otra vez Los Alcázares

La zona del Mar Menor pasó a alerta naranja durante la madrugada y sufrió el cuarto episodio de fuertes precipitaciones desde septiembre

Miércoles, 25 de marzo 2020, 02:23

La Región vivió ayer una demostración del 'más difícil todavía'. En pleno confinamiento por el coronavirus, otro temporal descargó con fuerza y dejó durante la jornada hasta 120 litros en algunas zonas. El cuarto episodio de intensas precipitaciones que barre la Región desde septiembre cortó una veintena de carreteras y causó numerosos desperfectos. Hubo pocas evacuaciones entre la población, confinada en sus domicilios, y también escaso tráfico, pero la situación general dificultó los trabajos de los servicios de emergencias.

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El Campo de Cartagena y Mar Menor volvieron a llevarse la peor parte, con una acumulación de 120 litros por metro cuadrado en zonas como Los Urrutias y de 116 litros en Los Alcázares. En la pedanía cartagenera de La Puebla, la tormenta obligó a cerrar el consultorio médico porque ni el facultativo ni la enfermera pudieron llegar debido a la inundación de numerosas carreteras, como sucede en cada episodio de lluvias en la red de vías de Cartagena y Torre Pacheco.

Una de las mayores preocupaciones fue de nuevo la rambla del Albujón, que amaneció al 80% de su capacidad y a media mañana se encontraba al límite, con el riesgo de volver a descargar sobre las urbanizaciones más próximas de Los Alcázares, como ocurrió en septiembre. Todos los ojos estaban puestos en los pluviómetros de las sierras de Carrascoy, La Murta y Corvera, que desaguan sus caudales en las ramblas.

La laguna recibió de nuevo los arrastres de toneladas de lodos de las ramblas que tiñeron sus aguas de marrón

Prevención por los contagios

Como en Los Alcázares llueve sobre mojado, tras cuatro inundaciones en los últimos seis meses, los equipos de emergencia estaban preparados, aunque, a diferencia de otras ocasiones, la alerta amarilla de la Agencia Estatal de Meteorología se quedó corta. De madrugada, pasó a naranja. «A las cuatro de la mañana ya habíamos llegado a los 60 litros por metro cuadrado, y a las cinco superamos los 100 litros», explicó el jefe de Protección Civil de Los Alcázares, Sergio Gil. Los equipos municipales ya habían reforzado con sacos terreros las zonas más vulnerables y recorrieron la 'zona cero' alertando por megáfono a las familias. Solo tuvieron que evacuar a un matrimonio mayor, que fue trasladado a la casa de unos parientes.

La coincidencia de las inundaciones con la crisis sanitaria dificultó el trabajo. En más de una vivienda, las patrullas se encontraron con casos de coronavirus. «No abordamos a nadie sin antes preguntarle si tiene síntomas y patologías previas. Si las respuestas son positivas pero hay que evacuar, al personal se le equipa con trajes de protección total aunque esté diluviando», indicó Gil.

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El Ayuntamiento avisó a las familias en plena noche y se cuestiona si la advertencia inicial de la Aemet se quedó corta

El Centro de Seguridad Integral de Los Alcázares recibió más de seiscientas llamadas en quince horas. Los bombeos del casco urbano funcionaron de forma eficaz hasta que comenzaron a llegar las aguas cargadas de lodo y anegaron de nuevo el entorno del polideportivo y varias calles y avenidas. Las riadas volvieron a arrastrar toneladas de barro en el Mar Menor, que ayer por la mañana se teñía una vez más de marrón.

«No podemos gastar 300.000 euros cada dos meses en quitar barro»

Las cuentas no le salen al alcalde de Los Alcázares, Mario Pérez, quien asegura que «un ayuntamiento no puede gastar más de 300.000 euros cada dos meses en quitar barro sin ninguna ayuda». Aún no ha recibido el pago de los tres millones de euros prometidos por el Estado para la limpieza de las riadas de septiembre. «Lo peor es que hay proveedores que aún no han podido cobrar», señala Pérez. «Ya no tenemos capacidad para asumir más gastos de riadas», se queja del bucle de inundaciones que asola el casco urbano. Las administraciones central y regional le reclaman «un informe tras otro de valoraciones de daños y facturas, con lo que tengo que poner a los técnicos en dedicación casi exclusiva y lo único que consigo es paralizar el Ayuntamiento».

Ayer pidió apoyo inmediato al presidente Fernando López Miras, para la limpieza del municipio y la extracción de fangos. «Le exigimos a la Confederación Hidrográfica del Segura que ponga freno a las aguas en la zona interior, porque están poniendo en peligro nuestro futuro social y económico», afirma Pérez.

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