«Una sociedad como la nuestra no puede permitirse que las personas con VIH sigan siendo discriminadas e incluso despedidas»
Santiago Moreno Guillén - Jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal ·
«La gente ya sabe cómo se transmite el virus; el acento hay que ponerlo en el diagnóstico precoz», subraya el médico archeneroSantiago Moreno (Archena, 1960) es uno de los principales referentes en VIH en España. Se involucró en la lucha contra el virus cuando sus ... pacientes morían de sida de forma irremediable, en los años 80. Ahora, la situación es muy distinta gracias a los tratamientos antirretrovirales, pero el diagnóstico precoz y el control de la epidemia siguen siendo asignaturas pendientes. El médico archenero, ilustre miembro de una saga que va de la genetista Encarna Guillén al traumatólogo Pedro Guillén, ha sido además noticia recientemente porque el servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, que dirige, ha documentado por primera vez en el mundo un caso de dengue adquirido por transmisión sexual.
-La incidencia del VIH permanece estabilizada. En la Región de Murcia sigue sin producirse un descenso del número de casos. ¿Por qué este estancamiento, teniendo en cuenta todas las herramientas de prevención y de control del virus existentes?
- El número de personas diagnosticadas cada año es más o menos constante. En principio, eso nos dice que no logramos una disminución significativa, y que la epidemia persiste. Sin embargo, no estamos seguros de que estos nuevos diagnósticos se correspondan con nuevas infecciones. Es decir, puede ser gente que lleve infectada un número indeterminado de años, de forma que en realidad la incidencia no esté mantenida sino que esté ya disminuyendo. En ese sentido, tenemos un dato que nos es favorable: la bolsa de personas con VIH que no están diagnosticadas sí ha disminuido, y mucho. Según las estimaciones, hemos pasado de cerca del 20% a un 14%. Con lo cual, si nos queremos animar, la interpretación podría ser que parte de esos nuevos diagnósticos no son en realidad nuevas infecciones, sino parte de esa bolsa.
-El 60% de los diagnósticos en la Región, a día de hoy, son tardíos, cuando la media nacional se sitúa en el 48%. ¿A qué obedece esta situación?
-Básicamente, a que la gente que ha tenido prácticas de riesgo y ha podido infectarse no va a hacerse la prueba, y también a que los médicos no la pedimos para nuestros pacientes con suficiente frecuencia. Como la infección por VIH avanza de modo silente, muchas veces uno no se hace la prueba hasta que aparecen señales de que esa infección ya ha avanzado.
-Pero eso perjudica al paciente, que descubre que es portador del VIH cuando ya está afectado, y además favorece que el virus se transmita a otras personas.
-El problema del diagnóstico tardío es, efectivamente, doble. De un lado tiene malas consecuencias para la salud de la persona, porque los cd4 [linfocitos] los tiene ya más bajitos: con mucha frecuencia se han desarrollado complicaciones y la respuesta al tratamiento puede ser peor. La segunda consecuencia es para la comunidad: una persona que está infectada por el VIH y no lo sabe transmite de manera inadvertida el virus, porque no pone medidas para prevenirlo. Tampoco recibe el tratamiento, que ahora mismo es la mejor manera de evitar la transmisión [con los antirretrovirales la carga viral pasa a ser indetectable e intransmisible].
-En la Región, según los últimos datos, el diagnóstico tardío afecta de manera más llamativa a hombres heterosexuales y a mujeres. ¿Todavía mucha gente no se hace la prueba porque piensa que el VIH no va con ellos?
-Efectivamente. Ahora mismo se ha puesto el foco, y con razón, en los hombres que tienen sexo con hombres, porque se ha convertido en el principal mecanismo de transmisión. Parece que la transmisión entre hombre y mujer es menos relevante pero, en realidad, el porcentaje de nuevos diagnósticos de VIH entre personas de distinto sexo no es mucho menor que en otros tiempos: entre un 20% o 25% de nuevas infecciones se producen por relaciones heterosexuales [en la Región el porcentaje es más alto, del 38%]. Por tanto, es preciso que llegue un mensaje claro: si has tenido prácticas de riesgo -es decir, si has mantenido relaciones sexuales no protegidas con alguien del que desconoces si tiene VIH-, hazte la prueba, que no cuesta nada, y así descartas que estés infectado.
-Se deduce, de todo esto, la necesidad de seguir concienciando a la población y a los propios profesionales sanitarios. En alguna ocasión, usted se ha quejado de que las campañas han desaparecido.
-En estos momentos tenemos dos herramientas muy importantes para reducir la incidencia. En primer lugar, la prueba para diagnosticar lo antes posible el VIH y poner así a las personas infectadas el tratamiento, que evita nuevas transmisiones. Esta estrategia es importantísima. La segunda herramienta es la profilaxis pre-exposición [la PrEP, una pastilla diaria dirigida a personas con alto riesgo de contraer el virus]. Esas dos estrategias, conjuntamente, son las armas más poderosas que tenemos para evitar nuevas infecciones. Por tanto, las campañas informativas, en las que efectivamente se ha dejado de insistir, deben ir por esta línea. Sin duda ninguna seguimos necesitando campañas, pero yo ahora no estoy pensando en el hiperfamosísimo y buenísimo 'póntelo, pónselo'. La gente ya sabe todo eso, ya sabe cómo se transmite el VIH. Ahora las campañas deben ser de sensibilización, para que a la gente no se le olvide que esto sigue existiendo, y deben orientarse a la promoción de la prueba rápida y a la PrEP.
Así lo ve
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Prevención «El problema de la detección tardía es doble:afecta al paciente y favorece nuevas transmisiones»
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Profilasis pre-exposición «No sabría decir qué argumento ha pesado más en el retraso de la PrEP, seguramente desde el ideológico al presupuestario»
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Infecciones «Hemos documentado el primer caso de transmisión sexual del virus del dengue, pero es algo excepcional»
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Antibióticos «Las advertencias de la OMS no son alarmistas, sino realistas. Las infecciones por bacterias resistentes pueden llegar a ser la primera causa de muerte en países industrializados»
- Hay quien se pregunta si esta medida puede contribuir a incrementar la incidencia de enfermedades de transmisión sexual.
-Como tomarse la PrEP, en la vida real, se asocia con una utilización menos frecuente del preservativo, el programa establece revisiones cada tres meses [con cribado de enfermedades de transmisión sexual, ETS]. Estamos hablando de personas que presentan ya una incidencia alta de ETS. Al final, esto puede convertirse en una cosa buena, porque vamos a detectar muy precozmente y a tratar las enfermedades de transmisión sexual que aparezcan en las personas que toman PrEP.
-Es decir, que en realidad la PrEP será una ayuda para el control de ETS, y no al contrario.
-Exacto. Puede que, al final, lejos de ser un peligro sea una ventaja, porque los vamos a diagnosticar y tratar muy precozmente.
-Ha costado mucho que la profilaxis pre-exposición llegue a España. ¿A qué obedece este retraso? ¿Han pesado motivos ideológicos o presupuestarios?
-Ha costado que llegue. En Estados Unidos la están utilizando desde 2012. Al principio, muchos de nosotros no estábamos convencidos de los beneficios de la PrEP. No lo veíamos claro, pero en 2016, cuando empezaron a aparecer estudios muy contundentes, elaboramos las primeras recomendaciones para el uso de la PrEP en España. Desde entonces, las sociedades científicas, los médicos y las asociaciones de pacientes empezamos a pedirlo. En estos tres años, no le podría decir exactamente qué argumento es el que más ha pesado, pero seguramente desde el estrictamente ideológico hasta el presupuestario, y también el desconocimiento del tema. La propia Administración, que lo debía poner en marcha, quizá tampoco tenía mucho interés. Todo esto ha contribuido a este retraso considerable.
-Las asociaciones de pacientes denuncian que perviven los prejuicios. Desde su consulta, ¿percibe la estigmatización?
- El control de la epidemia es el primer problema con el que nos encontramos. El segundo es este que comenta. Un país como el nuestro, una sociedad como la nuestra, no puede permitirse que por razón de una enfermedad la gente sea discriminada. Las personas con VIH no podían acceder a según que trabajos en la Administración pública hasta hace poco tiempo. Los pacientes tienen que vivir esto en sus puestos de trabajo sin poder revelarlo porque hay posibilidades de que los echen, y en el propio colectivo gay se discrimina al positivo por serlo. Que en el mundo en que vivimos, algo como una enfermedad sea motivo de discriminación... Los pacientes siguen sufriendo el estigma, y esto es algo que tenemos que normalizar por completo.
-Recientemente, el servicio que usted dirige ha sido noticia por haber diagnosticado, en Madrid, el primer caso de transmisión del dengue por vía sexual.
-Sí, lo diagnosticamos en nuestra Unidad de Medicina Tropical. Es el primer caso bien documentado de transmisión sexual del virus en el mundo. El dengue no es una enfermedad de transmisión sexual, se transmite por mosquitos, así que esto es excepcional. Sabemos que existe esa vía -ahora hemos podido documentarlo- pero es excepcional.
-En España se han producido ya brotes de dengue autóctono por picaduras de mosquitos. El año pasado hubo cinco casos, la mayoría en la Región de Murcia. ¿Esto también es excepcional o corremos el riesgo de que deje de serlo?
-Como en tantas enfermedades tropicales, la limitación de su extensión obedece a que el vector que transmite el dengue [mosquitos del género 'Aedes'] no puede vivir en según qué ambientes. Si cambia la ecología de los vectores, y en concreto aparecen los mosquitos capaces de transmitir el dengue -y eso está ocurriendo en varias partes del sur de Europa [con el mosquito tigre]-, pudiera ocurrir que se convierta en enfermedad autóctona.
-La Organización Mundial de la Salud ha alertado de que para 2050 las muertes por infecciones se van a multiplicar por la proliferación de resistencias bacterianas a los antibióticos. ¿Tan grave es la amenaza?
-Todos los días atendemos infecciones, sobre todo bacterianas, en las que aparece este problema. Hablamos de bacterias que causan infecciones frecuentes y que antes tenían un tratamiento sencillo, como por ejemplo el neumococo, que es el agente causante de la neumonía y de la meningitis más frecuente. Ahora, para tratarlo, ya no podemos utilizar la penicilina, y hay algunas infecciones neumocócicas para las que ya no hay buenos tratamientos antibióticos. Pero el problema va desde ahí hasta bacterias para las cuales no tenemos ningún antibiótico activo. Eso se está intentado solucionar con nuevos antibióticos elaborados por la industria. Pero, ¿qué ocurre? Pues que es cuestión de tiempo que la bacteria se haga resistente a ese nuevo antibiótico. La única manera de solucionar esto es con un uso juicioso de los antibióticos. El aviso de la OMS no es alarmista, es realista. En el futuro, las infecciones causadas por bacterias resistentes pueden ser la principal causa de mortalidad en países industrializados.
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