Las restricciones a la pesca provocan el abandono de tres barcos de arrastre
El Ministerio concede unos pocos días más de faena este año, pero no evita la venta de estas embarcaciones por falta de rentabilidad y relevo
La flota pesquera de la Región de Murcia dedicada a la modalidad de arrastre ha sufrido una importante merma en los últimos tiempos. De las ... 22 embarcaciones que salían el año pasado a alta mar a faenar, hoy solo están en activo 19; a principios de siglo llegó a haber más de una treintena de arrastreros. Los tres restantes han parado sus motores y permanecen amarrados en los puertos pesqueros a la espera de que aparezca un comprador o que se habiliten ayudas a los armadores para desguazarlos.
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El presidente de la Federación Murciana de Cofradías de Pescadores, Bartolomé Navarro, da cuenta de los datos como un reflejo del impacto que ha tenido en el sector el progresivo recorte de días para la pesca de arrastre desde hace cinco años y cómo a la actividad le cuesta ser rentable. Hoy estos profesionales cuentan con 133 días para faenar cuando hace cinco años estaba por encima de las 200 jornadas anuales.
«Hemos perdido tres barcos; dos en Cartagena y uno en Mazarrón», lamenta Navarro, patrón mayor de la Cofradía de Cartagena, «el 51% de la pesca que llega a España es de Argelia y Marruecos y el Gobierno no abre los desguaces» para que sea algo rentable dehacerse de los barcos parados. «No solo en días, hay mucha restricción a la pesca de salmonete, pescadilla, gamba... La gente no puede más y algunos terminan por jubilarse sin que exista un relevo generacional que se haga cargo del barco».
El Ministerio de Pesca otorgó la semana pasada un aumento de días de faena a determinados barcos del Mediterráneo (incluidos los de Cartagena, Mazarrón y Águilas) por emplear medidas como el uso de puertas voladoras para reducir el impacto de los arrastreros y el consumo de gasoil. Navarro, preguntado por la medida, aclara que ese nuevo reparto solo otorgaría este año a cada barco entre dos y tres jornadas más de las previstas, algo que no arregla el problema de fondo.
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«Han sido cuatro años muy duros, con bastantes jubilaciones en el sector», reconoce el patrón mayor, en cuya cofradía están disfrutando de un buen año de pesca, con una facturación (un 21% más) y volumen de pescado y marisco (15 toneladas más) mayor que la temporada pasada. «Hemos pasado de subastar de 480 cajas a 750» por el buen estado de los caladeros.
La gamba roja
Una noticia positiva para el sector este año es que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha admitido a trámite el recurso presentado por la federación de pescadores por el recorte de 13.300 kilos de gamba roja que fijó el Ministerio en la cuota de los arrastreros de la Región de Murcia. «Somos la única Comunidad que ha llevado esta situación a un juzgado». El departamento del ministro Luis Planas trató hace unos días de negociar con los pescadores murcianos un aumento de esa cuota tras la decisión del TSJ, pero la federación ha optado definitivamente por recurrir a la vía judicial. Igualmente, el Ministerio repartió la semana pasada un cupo extra de 46 toneladas más para este año de gamba roja entre todos los barcos del Mediterráneo.
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«Tenemos nuestro arrastrero en venta; nadie quiere ir a la mar»
Amarrado en el puerto de Cartagena, frente al edificio de la Cofradía de Pescadores, está la embarcación Pepa Alonso, de 22,7 metros de eslora y en activo desde 1999. Su armador Francisco Soto es uno de los tres hermanos que hasta diciembre del pasado año sacaba el arrastrero a faenar pese a las mayores limitaciones para el sector. «Mis dos hermanos se han jubilado y hemos tenido que amarrar el barco forzosamente. Lo tenemos en venta pero nadie lo quiere. Algunos cotillean y preguntan por su precio, pero es que ni tenemos un precio puesto».
Sin relevo en la familia, la familia Soto no tiene otra opción que vender el barco o esperar a que se habiliten ayudas por parada definitiva para llevarlo al desguace. «Desde mis bisabuelos, todos han sido pescadores, todos hemos vivido del mar, pero ya no se puede», sentencia Francisco, «todos los problemas que tenemos son las restricciones, si no, habría gente que trabajase el barco».
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Coincide con el patrón mayor de los pescadores de Cartagena Bartolomé Navarro en que el verdadero problema con las limitaciones a los días de pesca de arrastre comenzaron en 2020. «Nadie quiere ir a la mar», sentencia.
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