Salud y Política Social preparan un plan regional de coordinación sociosanitaria tras años de proyectos fallidos
Las residencias de mayores y los centros sanitarios dispondrán de un «sistema de interoperabilidad» para que los distintos profesionales puedan acceder de forma ágil a los informes clínicos
Las consejerías de Salud y Política Social trabajan en un «sistema de interoperabilidad» para que los profesionales de residencias y centros sanitarios puedan acceder ágilmente a través de sus programas informáticos a los informes clínicos de las cerca de 7.000 personas mayores o con discapacidad que viven en las residencias de la Región de Murcia. El objetivo es mejorar la coordinación entre los centros de salud, los hospitales, los servicios de Urgencias y las propias residencias, lo que debe evitar traslados innecesarios e ingresos por complicaciones que muchas veces podrían manejarse sin necesidad de derivación al hospital.
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Esta es una de las principales novedades del borrador del Plan de Coordinación Sociosanitaria de la Región de Murcia 2025-2028, un documento sobre el que se siguió trabajando este martes en una reunión de la comisión regional que reúne a directivos y técnicos de las consejerías de Salud y Política Social. La necesidad de mejorar la coordinación entre el sistema sanitario y los centros residenciales lleva décadas sobre la mesa, con distintos proyectos que no llegaron a cuajar. El Plan de Salud 2010-2015 ya contemplaba la atención sociosanitaria, pero nunca se concretó en un plan específico. Distintos borradores y modelos piloto quedaron en el cajón o no tuvieron desarrollo. Tampoco el Servicio Murciano de Salud (SMS) renovó su Estrategia de Atención a Crónicos, que data de 2015.
La pandemia dejó de forma dramática al descubierto las carencias del modelo sociosanitario tanto en la Región como en toda España, lo que llevó a la puesta en marcha del grupo de Coordinación Regional para la Cronicidad Avanzada y Atención Sociosanitaria (Corecaas), que consiguió prevenir brotes y mejorar la prevención. Un análisis de este equipo, que lideró el médico Abel Novoa, concluyó que «el daño desproporcionado» que afectó a las residencias fue «resultado de décadas de falta de atención a las políticas de cuidados de larga duración y a la coordinación sociosanitaria».
La Consejería de Salud terminó sin embargo aparcando el proyecto de Corecaas, no sin polémica. En su lugar, se puso en marcha una comisión de coordinación sociosanitaria que en 2023 comenzó sus trabajos para la elaboración, por fin, del primer plan regional de coordinación sociosanitaria, que debe ponerse en marcha este año. La consejera de Política Social, Conchita Ruiz, destacó este martes que, entre otras medidas, se pondrá en marcha un «nuevo sistema de interoperabilidad para la continuidad asistencial de los usuarios de las residencias de personas mayores y de personas con discapacidad». Esto permitirá «dar una respuesta ágil y eficiente a las distintas necesidades que presentan».
Que el médico de familia, el facultativo de la residencia y los profesionales que atienden al paciente en el hospital o en un servicio de Urgencias puedan compartir la información es fundamental, tanto en lo relativo a la historia clínica como a los tratamientos que recibe. Esta coordinación debe mejorar «la calidad de la atención», destacó el consejero de Salud, Juan José Pedreño. Se trata de pacientes crónicos complejos que muchas veces pasan por ingresos recurrentes que afectan a su calidad de vida o incluso empeoran su situación.
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Aunque el plan todavía no está en marcha, sí se han desarrollado ya algunas medidas desde 2023. Así, cada área de salud dispone «de un coordinador que permite controlar las derivaciones y las altas», explicó Pedreño. «Se han reducido las derivaciones de pacientes gracias a que esta coordinación permite que desde las propias residencias se les pueda atender, aplicando tratamientos o pautas terapéuticas que evitan estos ingresos», detalló el consejero.
Falla la coordinación con Salud Pública
Pero quedan todavía muchas cosas por hacer. El nuevo plan contempla, por ejemplo, la colaboración entre consejerías «para integrar los procesos de valoración de dependencia y discapacidad», así como la compra de material sanitario destinado a los centros sociosanitarios y «la prestación farmacéutica». También hay margen de mejora en la coordinación entre residencias y salud pública. Un reciente informe del servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud revela que cuatro residencias no notificaron brotes de diferentes enfermedades transmisibles entre los años 2023 y 2024. En concreto, no se informó de focos de covid, sarna y dermatitis por 'Staphylococcus aureus' resistente a meticilina. «Los brotes son de declaración obligatoria, pero ninguno había sido notificado a salud pública, detectando una oportunidad de mejora y la necesidad de una mayor coordinación», advirtió Epidemiología.
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El informe también apuntaba a la necesidad de dotar a las residencias de protocolos de guías terapéuticas para el manejo de heridas o infecciones de partes blandas, así como de infecciones urinarias.
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