Queimada con paparajotes

Lo cierto es que Galiana lleva ya muchos años sembrando un poco de Galicia en la Región de Murcia, tocando la gaita en un grupo de folk que suena a prado y a verde. Dice que la gaita es un instrumento capaz de 'galleguizar' a cualquiera. «Mi profesor de gaita era madrileño, y yo aprendí en Murcia. Además el instrumento también es murciano. Aquí ya se oía en el siglo XIII, porque la gaita se tocaba a las cantigas medievales. Aunque mucha gente crea otra cosa, la gaita no es un instrumento celta, es romano. Solo que los celtas se apropiaron de él».

La gallega Susana Martínez-Rodríguez, profesora de Historia Económica en la facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Murcia (UMU), ha regresado temporalmente a Santiago, donde se encuentra reforzando su papel investigador antes de regresar a la que ya es su casa. En un mes oposita a Cátedra en la institución murciana, donde trabaja desde 2010. Ha seguido con atención el desarrollo de las elecciones desde Santiago, donde todavía residen sus padres. La profesora reconoce algunos paralelismos en la política de ambas reguibes: «Las dos tienen un sesgo bastante conservador».

Las preocupaciones fundamentales de la población, según señala, se centran en la sanidad y los problemas derivados de la «falta de empuje industrial». Aunque llama la atención sobre la importancia que tienen las preocupaciones de los que no viven en Galicia, que suelen mover los escaños. «Es una comunidad que siempre ha exportado población. Siempre ha tenido una migración muy importante», apunta. El casi medio millón de residentes en el extranjero con derecho a voto suponen el 18% del total de electores.

El santiagués José Colino, profesor emérito de Economía Aplicada de la UMU, quien lleva 42 años viviendo en la Región de Murcia, alerta del que considera el principal problema al que se enfrenta Galicia: el invierno demográfico. «Yo me dedico a manejar cifras, y la de la población gallega está clavada en 2,7 millones de habitantes desde hace algo así como 30 años. En relación con Murcia son dos mundos radicalmente diferentes. Aquí es cierto que se va debilitando el crecimiento vegetativo, es decir, la diferencia entre la tasa de natalidad y la tasa de mortalidad. Pero todavía sigue siendo positivo. En Galicia, la tasa de natalidad anda por 5 nacidos vivos por cada 1.000 habitantes, y la tasa de mortalidad está en 13. Es una situación muy complicada de revertir». De hecho, lanza un pronóstico: «No está lejos el día en que la Región de Murcia, que tiene casi 1,6 millones de habitantes, tenga más niños menores de 10 años que Galicia, que cuenta con una población mucho mayor, de 2,7 millones. Ya hay unos 180.000 en Murcia por los 210.000 de Galicia».

Daniel Villar, de familia gallega, es nacido en Murcia, pero todos los años acude a Ferrol y sigue manteniendo una conexión íntima con aquella tierra. De cara a los comicios, ve la educación y la sanidad como asuntos claves. «Hay que tener en cuenta que hay muchas zonas rurales y dar atención a esas personas es muy complicado. Y si hay pocos medios, se complica todo mucho más», afirma. También está la cuestión medioambiental, con una sucesión de incidentes de gravedad que los ciudadanos de la costa conocen bien. «Mis abuelos tenían una casa en una aldea del litoral, y pasaron muchos años mientras seguían sacando pequeños restos de chapapote. Ahora lo de los 'pellets', preocupa, porque Galicia vive del mar».

Las preferencias de cara a las elecciones entre los entrevistados están tan divididas como en la propia Galicia, donde se anuncia una contienda apretada. Unos ven necesario un cambio, otros temen al nacionalismo del BNG. Algún indeciso debe haber también, dudando si sube o si baja.