Primarias por sorpresa en el PSRM

No hay color en las primarias del PSOE. El secretario general del partido, Diego Conesa, es el claro favorito y, salvo hecatombe nuclear, será el ganador y quien portará la bandera electoral socialista en los comicios de mayo del próximo año. Pero habrá primarias, algo con lo que no contaba nadie.

En la ejecutiva regional daban por seguro que no serían necesarias. Diego Conesa iba a ser el único aspirante, por lo que, cerrado el plazo de presentación de precandidaturas, el pasado 16 de mayo, se convertiría automáticamente en el candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma por el PSOE y ese pasaría a ser en exclusiva su papel.

Sin embargo, la aparición por sorpresa de otro candidato, el secretario de la agrupación de Librilla, Jorge García, ha supuesto un contratiempo. Con problemas internos en su propia agrupación, en la que casi una treintena de militantes le han presentado una moción de censura, y sin apoyos entre los barones locales del PSOE, Jorge García es un 'outsider' que ha decidido ir por libre a la batalla y sin chaleco antibalas.

La democracia interna tiene estas cosas, da la oportunidad de adquirir una relativa notoriedad durante un tiempo a militantes desconocidos y alejados de los círculos del poder orgánico. Le ocurrió al presidente del PP, Fernando López Miras, en marzo, cuando por primera vez en la historia de su partido decidió convocar primarias para renovar su cargo. Un afiliado de Torre Pacheco, Antonio Garre, le plantó cara y consiguió, tras muchos esfuerzos y dificultades, obtener el 7,9% de los votos. En las primarias convocadas el mes pasado para elegir al secretario general del PSOE en el municipio de Murcia volvió a ocurrir, cuando al candidato de la ejecutiva y favorito, José Antonio Serrano, le surgió otro adversario inesperado, el abogado Federico Castro, aunque este, finalmente, renunció a su precandidatura y ni siquiera llegó a recoger avales.

El equipo de Diego Conesa creyó en un principio que con Jorge García pasaría algo parecido, que solo buscaba su momento de gloria al darse a conocer como precandidato y que no llegaría a dar el paso siguiente para recoger firmas de apoyo entre los militantes.

Sin embargo, se equivocaban. El concejal de Librilla asegura disponer ya de 163 avales -solo necesita 115 para convertirse en candidato- y que incluso está planeando la que será su campaña informativa, con visitas programadas la semana que viene a las agrupaciones de Cieza y Beniel, lo que significa que piensa llegar hasta el final, es decir, hasta la jornada de votación prevista para el 23 de junio.

Lo que empieza a preocupar a algunos miembros de la ejecutiva no es que sea capaz de ganar a Conesa, algo impensable dada la evidente desigualdad de fuerzas, sino que en el transcurso de este nuevo proceso interno se generen controversias que dañen la imagen del partido.

El adversario del secretario general invitó a pensarlo cuando en sus primeras declaraciones, tras presentar su precandidatura en el partido, abogó por unas «primarias abiertas a la ciudadanía» y criticó que el actual calendario de las primarias «parece un traje a medida confeccionado por la ejecutiva regional para su candidato».

Si confirma el número mínimo de avales y sigue adelante, obligará a Conesa, que ya se comportaba como el futuro candidato regional del PSOE, a modificar sus planes. Deberá posponer su campaña de promoción personal, necesaria para reducir el déficit de conocimiento entre los ciudadanos que aún pesa sobre él, para volver a bajar a la arena del debate interno y hacer campaña en las agrupaciones locales.

Quizás no le haría falta, pero está obligado a ello, ya que se podría entender como menosprecio o soberbia que no lo hiciera habiendo otro candidato, por muy débil que sea, que sí lo hace.

De momento, el equipo del secretario general y alcalde de Alhama ya ha sumado muchos más avales de los necesarios, entre los que se encuentran, afirman, los de la mayoría de los secretarios de agrupaciones, diputados regionales e incluso 40 afiliados de la organización local de Librilla.

Un elemento más que amenaza con perturbar las primarias es la guerra civil que sacude la agrupación de Librilla, que puede acabar con expedientes disciplinarios e incluso expulsiones. Cualquier decisión que adopten los órganos regionales al respecto puede ser malinterpretada, al afectar directamente al rival de Diego Conesa.

Desde el primer momento, en la ejecutiva relacionaron la aventura regional de Jorge García con la moción de censura presentada contra él por militantes de Librilla, e interpretaron que su precandidatura lo que buscaba era «presionar» a la dirección del partido para que mediara en su favor en el conflicto interno de su agrupación a cambio de retirarse de las primarias.

Sin embargo, el concejal de Librilla lo niega. Es más, incluso asegura que la moción de censura fue registrada después de su precandidatura con el objetivo de torpedearla, algo que la dirección regional niega.

El Comité de Ética del PSRM-PSOE ya ha comenzado a estudiar la moción de censura y se está entrevistando con militantes de Librilla, Jorge García entre ellos, para conocer los detalles de la asamblea celebrada en diciembre, en la que éste fue reelegido secretario general de la agrupación, y sobre la que hay denuncias de graves irregularidades, incluso la posible falsificación de una de las actas. Si el Comité de Ética resuelve a favor de los denunciantes, deberá convocarse en quince días una nueva asamblea local para decidir quién ocupa la secretaría general en Librilla, lo que forzaría a García a elegir entre seguir la disputa de las primarias o centrarse en la pelea por conservar el poder en su agrupación. Disyuntiva que ya parece haber resuelto a favor de la primera opción, al haber anunciado que hoy mismo, lunes, presentará la dimisión junto con el resto de la ejecutiva local de Librilla.