Miras salva los Presupuestos en un tenso debate marcado por las políticas de migración

El portavoz del PP, Joaquín Segado, celebró la aprobación de las cuentas «de la estabilidad» y de «las soluciones a los problemas de la gente», mientras la socialista Carmina Fernández cargaba contra «unos Presupuestos que consagran las políticas de odio y legitiman el racismo desde las instituciones», al «aceptar» el PP la «agenda ultra» de Vox.

La diputada de Podemos María Marín protagonizó uno de los momentos de mayor voltaje del pleno, al colocar en el escaño del portavoz de Vox, José Ángel Antelo, un capirote del Ku Klux Klan, una actuación por la que fue llamada al orden por la presidenta de la Cámara, Visitación Martínez. Previamente, el portavoz adjunto de Vox, Rubén Martínez Alpañez, había insistido en reclamar «deportaciones masivas» para recuperar «la paz y la seguridad». Mientras, frente a la Asamblea, sindicatos y organizaciones sociales protestaron contra el acuerdo entre PP y Vox.

Los Presupuestos de 2025 ascienden a 6.725 millones de euros, lo que representa un incremento del 3,7% con respecto al año anterior. El portavoz del grupo parlamentario popular, Joaquín Segado, defendió que las cuentas tienen «un marcado carácter social» y son «las mejores posibles con la peor de las financiaciones». Segado enumeró las partidas en infraestructuras sanitarias, vivienda o plan de choque frente a las listas de espera. Lo cierto, sin embargo, es que la violencia ultra vivida en Torre Pacheco y la política de inmigración centraron el debate.

El PP acusó a los socialistas de utilizar los sucesos de Torre Pacheco «como cortina de humo para ocultar las corruptelas de su gobierno», en lo que calificó de «campaña perfectamente orquestada». Insistió además en el rechazo al reparto de menores migrantes no acompañados, una de las exigencias de Vox, y denunció que el Gobierno central «negocia y comercia con la vida de estos menores», lo cual «es racista y xenófobo».

El pleno comenzó con la intervención de la portavoz del PSOE, Carmina Fernández, quien advirtió al PP de que «quien blanquea el odio» para mantenerse en el gobierno «es responsable de ese odio». «Los disturbios de Torre Pacheco no fueron un estallido espontáneo; durante meses y años se viene sembrando el odio contra los migrantes en la Región de Murcia», denunció. Carmina Fernández aseguró que los Presupuestos «consolidan las políticas más ultras y reaccionarias que se han aplicado nunca en la Región», y acusó al presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, de «alimentar a un monstruo que le terminará devorando».

«No son unos presupuestos al servicio de la ciudadanía, sino al servicio de Vox, de los intereses electorales de Feijóo y de López Miras. Una vez más, han primado las prioridades ideológicas de la ultraderecha sobre las necesidades de la Región. Pero esta vez, al precio más alto que se puede pagar, instalando y normalizando el discurso del odio en nuestras calles, socavando la democracia y la convivencia pacífica en nuestra Región», subrayó la portavoz socialista.

Además del discurso sobre la inmigración, el PP «asume arrodillado» el «antifeminismo que niega la violencia machista; la negación del cambio climático y el desprecio a cualquier política medio ambiental; la deslegitimación de las ONG y los colectivos sociales solidarios, y el desprecio a la labor de los sindicatos y los agentes sociales», denunció Fernández.

El PSOE insistió en su propuesta de un pacto desde «la moderación» para apoyar los presupuesto de la Comunidad, evitando a Vox. Los socialistas presentaron 191 enmiendas. Entre ellas, planes de educación en igualdad, «mejora de la sanidad pública, lucha contra la violencia machista y medidas para combatir la pobreza». PP y Vox las rechazaron en bloque, y Joaquín Segado calificó de «trampa» la propuesta de pacto de los socialistas.

María Marín, de Podemos, cargó también contra el pacto presupuestario. «Vox son los autores intelectuales de esta barbarie, y López Miras y sus consejeros son los cómplices necesarios», aseguró en referencia a los sucesos de Torre Pacheco. Sobre las cuentas, denunció que están «desconectadas de la vida real de la gente trabajadora». En este sentido, Marín lamentó el rechazo a todas las enmiendas presentadas por su grupo. «Dicen no a la ampliación del tranvía de Murcia, a la climatización de las escuelas, a invertir en viviendas de promoción pública», afeó a PP y Vox.

En el debate de Presupuestos se estrenó el diputado de Izquierda Unida José Luis Álvarez Castellanos, quien trató también de poner el foco en otros asuntos, como el agujero de las cuentas del Servicio Murciano de Salud, que gastó el año pasado «800 millones más de lo presupuestado», o las listas de espera para la Dependencia, que van ya por «564 días». Muchos solicitantes fallecen antes de acceder a las ayudas, recordó.

Las cuentas de 2025 ven la luz gracias a la abstención de Vox. Su portavoz, José Ángel Antelo, defendió esta abstención «por responsabilidad», pero reclamó que el próximo año el proyecto de presupuestos «llegue en tiempo y forma».

Antelo acusó a PSOE y Podemos de «alimentar el racismo y alentar una inmigración ilegal masiva y destructiva», frente a lo que «Vox pone ley y orden».

José Ángel Antelo intervino al final del pleno, pero fue el portavoz adjunto, Rubén Martínez Alpañez, quien expuso la posición de su partido en el debate. Sobre los presupuestos, afirmó que representan «un ejercicio de gatopardismo», y «de ciencia ficción». «Siguen teniendo los mismos vicios de siempre, las cuentas no son reales. Volverán a gastar muchísimo más y continuarán agravando la situación de quiebra», lamentó.

Aunque el PP también entró en el debate de la inmigración para responder a las acusaciones de PSOE, Podemos e Izquierda Unida, trató de salirse de ese marco y poner el foco en los problemas de financiación y en los recientes casos de corrupción en el PSOE. El portavoz del PP en la Asamblea Regional, Joaquín Segado, comparó «la estabilidad» en la Región de Murcia con la situación del Gobierno central, que lleva «casi 1.000 días sin presentar un presupuesto».

«Frente al bloqueo y la inoperancia, el Partido Popular ofrece estabilidad y soluciones a los problemas de la gente», proclamó Segado. El acuerdo de financiación con Cataluña, que implica el traspaso de la recaudación del IRPF en esta comunidad, centró buena parte de las andanadas del PP. «Es un nuevo caso de corrupción política que rompe la igualdad entre los españoles. Choca frontalmente con la infrafinanciación que sufrimos otras comunidades como la nuestra», denunció Segado.

Sobre los presupuestos regionales, destacó «los 125 millones para la protección del Mar Menor», el plan de choque frente a las listas de espera sanitarias y «el plan de vivienda asequible», entre otras partidas.