Hasta 340 positivos en un año en la Región de Murcia por ponerse al volante tras fumar marihuana

La cifra, aunque aún muy elevada, supone un llamativo descenso respecto a los 909 conductores que fueron sorprendidos en idénticas condiciones solo un año antes. La explicación hay que buscarla en la notable reducción de los controles 'antidroga' que la Dirección General de Tráfico (DGT) desplegó el pasado año en las carreteras murcianas. Si en 2021 los guardias civiles de Tráfico sometieron a 4.675 automovilistas a estas pruebas, el año pasado la cifra fue prácticamente una cuarta parte: 1.622, con diferencia la más baja de los últimos años.

Un simple vistazo a la estadística da buena cuenta de que las sustancias tóxicas siguen muy presentes sobre el asfalto. El cannabis continúa siendo la droga imperante –después del alcohol– y la que más salta en los controles que Tráfico llevaba años redoblando. No es, sin embargo, el único estupefaciente que, a tenor de los datos, circula por las carreteras de la Región a diario.

La cocaína, por ejemplo, también aparece con bastante frecuencia. Hasta 123 automovilistas dieron positivo el pasado año en esta droga. Otros 79 automovilistas fueron sorprendidos tras haber consumido ambas sustancias. Así, más de medio millar de conductores fueron detectados el pasado año al volante tras tomar cannabis, cocaína o una mezcla de ambas, conforme a los datos facilitados por la jefatura provincial de Tráfico. Otros 22 conductores fueron detectados al volante por la Guardia Civil de Tráfico tras haber ingerido anfetaminas y otros 31 lo hacían pese a llevar en su cuerpo un cóctel de cannabis y 'anfetas'.

En lo que va de año –hasta el 12 de febrero–, Tráfico ha realizado en la Región 236 pruebas 'antidrogas' de las que un 46,1% han dado positivo. Este elevado porcentaje de positivos, mucho mayor que el de las alcoholemias, tiene una clara explicación. Al contrario que las de alcoholemia, las pruebas para determinar si un conductor ha consumido drogas son bastante largas, algo molestas y un poco caras. Por este motivo, la Benemérita solo las realiza cuando tiene indicios suficientes para creer que el automovilista podría encontrarse bajo los efectos de alguna sustancia o da negativo en alcohol pese a mostrar una conducta sospechosa.

Estos controles antidrogas precisan una muestra de la saliva del automovilista, para la que este deberá succionar –unos diez minutos– una especie de bastoncillo. Esta muestra se introduce en una máquina que, a través de reactivos, señala si el conductor ha tomado cocaína, opiáceos, anfetaminas, marihuana o tranquilizantes. A esta prueba, no obstante, se le añade una segunda que es enviada a un laboratorio para un análisis más exhaustivo. Si el automovilista lo solicita, tiene derecho, incluso, a una tercera prueba –al igual que ocurre con las de alcoholemia–en un hospital.

La persecución de estas sustancias en la carretera no es un asunto menor. Más de la mitad de los fallecidos en accidente de tráfico el pasado año en la Región habían tomado alcohol, drogas o ambas. Así lo pone de relieve el balance facilitado por la Jefatura Provincial de Tráfico. Hasta la fecha, el Instituto de Medicina Legal (IML) ha realizado análisis toxicológicos a 28 de las 30 víctimas mortales que dejó el pasado año y de ellas hasta 17 arrojaron un resultado positivo. Tráfico remarca, además, que el 44% de los peatones fallecidos el pasado año en la Región dieron positivo también en alcohol o estupefacientes.

Tráfico insiste en que el consumo de alcohol y drogas está relacionado, no solo con una mayor accidentalidad, sino con una mayor mortalidad, al ser un factor relacionado con un peor pronóstico de las lesiones sufridas.