Un paseíllo descafeinado
A diferencia de la última visita de Pedro Antonio Sánchez al juzgado, en 2017, esta vez no hubo escoltas ni policías, y tampoco proclamas en la calle
No eran todavía las nueve y media de la mañana cuando los fotógrafos entraban en ebullición para tomar posiciones en la puerta del Palacio de Justicia. Señal inequívoca de que el expresidente de la Comunidad Autónoma Pedro Antonio Sánchez hacía acto de presencia por el paseo de Ronda de Garay, acompañado por sus abogados y en dirección al juicio por el 'caso Auditorio'. Sin prisa, pero sin pausa. Y con una media sonrisa que no disimulaba cierta preocupación por sentarse en el banquillo de los acusados.
Publicidad
La imagen hacía viajar al pasado de forma inevitable, con destino al mes de marzo de 2017, cuando Sánchez acudió al juzgado por este mismo caso a «declarar para aclarar», resumió el entonces jefe del Ejecutivo regional en una rueda de prensa posterior a su vista con el juez. Aquel día, Pedro Antonio Sánchez llegó acompañado de varios escoltas que parecían multiplicarse como los panes y los peces en Galilea. En la puerta del Palacio de Justicia, aquel lunes de invierno, había casi tantos policías como periodistas, además de una reducida cuadrilla de críticos con pancartas en franca competición de proclamas con algún que otro simpatizante de la familia popular.
El expresidente de la Comunidad entró al juzgado poco antes de las 9.30 horas y sin hacer declaraciones a la prensa
Esta vez, no. Esta vez no había escoltas, ni dispositivo policial especial, ni desafectos al PP. Y tampoco hubo ningún simpatizante que mostrara su apoyo a Sánchez durante el paseíllo hacia el banquillo. Ni un solo «estamos contigo, Pedro Antonio», como le interpeló hace cinco años y medio un viandante que hizo sonreír al entonces presidente del Gobierno regional. Tampoco hubo esta vez declaración alguna del expresidente ante los periodistas que hacían guardia en la puerta del Palacio de Justicia. Ni antes, ni después. «Gracias». Esa fue la única palabra que le arrancó la canallesca a un circunspecto Pedro Antonio Sánchez, que no cambió el rostro serio en toda la mañana.
En la puerta del Palacio no se vio, en esta ocasión, a ningún simpatizante que diera su apoyo al exjefe del Ejecutivo regional
«¿Qué hacen aquí tantos fotógrafos juntos?», preguntaba una viandante a su acompañante, poco antes de que Sánchez hiciera su aparición, que se antojó descafeinada en comparación con la de hace más de un lustro. «No tengo ni idea», respondía la otra mujer. Por lo general, entre los ciudadanos de a pie prácticamente nadie tenía presente que ayer se sentaba en el banquillo de los acusados, por primera vez en la historia, un expresidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. «¿Quién dice usted que es?», volvía a interesarse otra mujer que estuvo a punto de ser capturada, junto a sus despistadas amigas, en las instantáneas de los fotógrafos cuando Sánchez accedía al Palacio de Justicia tras el receso concedido por el juez Juan del Olmo. Fue en ese momento cuando Pedro Antonio Sánchez aprovechó para tomarse un piscolabis matinal junto a sus abogados en la terraza del hotel Siete Coronas, muy cerca de la mesa donde también reponían fuerzas los letrados de la acusación popular. Tampoco entre zumos y cafés fue nadie a pedir cuentas al expresidente de la Comunidad.
El abogado de Sánchez, José Antonio Choclán, cuenta entre sus clientes con Cristiano Ronaldo y Cristina Cifuentes
«Moreno 'Miami'»
La desmemoria del pueblo llano tenía más pinta de deberse al paso del tiempo y a la desaparición de Pedro Antonio Sánchez de la primera línea política que a cualquier posible cambio de 'look' del expresidente, que lleva viviendo en Miami (Florida, Estados Unidos) desde hace cuatro años junto a su familia, y donde ha iniciado nuevos proyectos empresariales. De hecho, algún 'plumilla' definía el bronceado que lucía Sánchez como «moreno 'Miami'» o «moreno 'Caribe'», sin hacer mucha memoria de las pigmentaciones que se cuecen en la piel por aquellas sofocantes latitudes. Trajeado de forma impecable, Pedro Antonio Sánchez también apareció con barba de varios días –a diferencia del afeitado rasurado con el que se presentó en 2017– y donde quería destacar un incipiente bigote. La nota más colorida de la jornada quizá la puso el nuevo abogado de Sánchez, el exmagistrado de la Audiencia Nacional José Antonio Chaclón, conocido por tener clientes de la talla mediática de Cristiano Ronaldo y Cristina Cifuentes, entre otros. Peores plazas para torear, en comparación con el paseíllo descafeinado que abogado y acusado tuvieron que recorrer ayer.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión