Ciudadanos y el PSOE descartan deserciones entre sus parlamentarios

Las habas están contadas. Y por si acaso habrá dos de reservas. Los grupos parlamentarios del PSOE y Ciudadanos coincidieron ayer en que están asegurados y blindados los 23 votos de ambos partidos para sacar adelante el día 18 la moción de censura y la designación de Martínez Vidal como presidenta. Recordaron que la iniciativa está firmada por sus diputados, por lo que coincidieron en desterrar la idea que anida en algunos ámbitos del PP de supuestas deserciones de dos de los seis parlamentarios naranjas. Cs y PSOE cuentan además con los dos votos de Unidas Podemos, que anunció el miércoles su apoyo a la moción de censura para desalojar al PP.

El portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan José Molina, expresó ayer su convencimiento de que ninguno de los seis diputados de su grupo romperá la disciplina de voto la semana que viene. Explicó que en la reunión que tuvieron el martes por la noche en la sede del partido con el vicesecretario general, Carlos Cuadrado, ninguno de los firmantes puso pegas o reparos a la moción de censura que se iba a presentar el día siguiente en compañía del PSOE.

Molina, que dijo desconocer si se incorporará al Consejo de Gobierno, indicó que López Miras «no ha sido capaz de cohesionar la coalición de Gobierno. El Partido Popular nunca nos trató como un socio, ni nos ha cuidados como tal. En Ciudadanos hemos tenido que soportar una carrera de obstáculos; todo eran trabas y un sinvivir para nuestros consejeros», añadió.

Sobre la proposición para reformar la ley del Presidente, el portavoz naranja apuntó que esta iniciativa está en marcha a expensas de que informen los Servicios Jurídicos de la Asamblea Regional, como solicitaron el Grupo Socialista y los diputados libres de Vox. No obstante, ya no existe la urgencia de las últimas semanas, dado que los nuevos socios dan por hecho que el PP saldrá del Gobierno regional y que hay tiempo para adaptar al ley a los ocho años consecutivos de permanencia en el cargo.

Molina negó que hayan entretenido al PP con la reforma de esta ley mientras negociaban con el PSOE, y defendió el cambio que se va a producir en la Región argumentando que lo ocurrido en las últimas semanas es «la punta del iceberg de la corrupción y el amiguismo» que todavía existe dentro del PP. También rechazó que el cambio de socios sea una fuga hacia adelante de Ciudadanos ante las expectativas electorales. Molina sostuvo que la idea de su partido era acabar la legislatura con el PP, pero que se ha llegado a una situación que impedía la gobernabilidad.

Para Ciudadanos es como si se retrasara el reloj a la noche electoral del 26 de mayo de 2019, cuando se barajó un gobierno en coalición con el PSOE. La dirección nacional del partido liberal optó por apoyar al PP en la Región, como hizo en Madrid, Andalucía y Castilla y León, comunidades afectadas por al onda expansiva del terremoto político con epicentro en Murcia.