La madre del parricida confeso de Campos del Río: «Siempre discutían porque él, con 29 años, no quería trabajar»
Familiares afirman que las peleas de José M.D. con su padre se debían a que le decía «mantenido»
«Siempre discutían por lo mismo. Con 29 años nunca había querido trabajar. Pasaba de todo». La madre de José M.D., el parricida confeso de Campos del Río, describió este miércoles ante el jurado popular el tenso clima que se vivía en el hogar de esta familia antes de que todo explotase y, tal y como asumió en el banquillo, el acusado acabase a puñaladas con la vida de su padre. Una realidad que fue también esbozada por el hermano del acusado e hijo de la víctima ante los nueve miembros del tribunal popular que deberán impartir justicia en este caso. «Dos meses antes ya habían tenido una fuerte discusión y mi hermano le dijo que si insistía le mataría», recordó el joven rotundo. «El día del crimen mi padre le dijo que era un mantenido».
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El testimonio de los familiares de José M.D. dio arranque este miércoles a la segunda sesión de un juicio que se vio allanado por la confesión del parricida. La asunción del crimen por parte del acusado era el principal requisito del pacto que han alcanzado la fiscal y la defensa y que rebajará la pena, de hasta catorce años de cárcel, que asumía inicialmente el parricida.
«Aquella noche yo estaba haciendo la cena y ellos, como siempre, estaban discutiendo», explicó la madre del acusado. «Se acercó, le pegó un empujón contra la pared y le apuñaló en el cuello».
Esta testigo reveló que su marido llevaba años arrastrando las secuelas de un accidente de tráfico que lo había obligado a ir en silla de ruedas porque «las piernas ya no le funcionaban». Incidió, asimismo, en que el acusado no prestó auxilio a su progenitor tras el ataque y que fue ella la que le acompañó en sus últimos minutos de vida. «Se fue y lo dejó allí tirado», lamentó. «Murió desangrado y fue algo muy duro». La mujer explicó, además, a los miembros del jurado que su hijo no dudó en aprovechar la cena que ella había estado preparando. «Cogió una hamburguesa y se la comió allí mismo».
En esta segunda sesión también compareció una médico del servicio de urgencias de la localidad que atendió a la víctima y al acusado la noche del crimen. Esta profesional explicó que José M. D. le explicó, en aquel momento, que solía consumir unos 50 porros cada noche. La testigo, aunque en su informe reflejó que el acusado se encontraba tranquilo y sin aparentes signos de intoxicación, no descartó este miércoles ante el jurado que la conducta del joven se pudiese ver alterada por el consumo masivo de este estupefaciente.
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