Charo, una ermitaña en pleno siglo XXI
El Obispado consagra a la religiosa Rosario Hernández para que viva retirada, «en silencio y soledad», en una ermita de la Sierra del Oro, en Abarán
Jesús Yelo
Lunes, 8 de julio 2024, 23:11
Con la iglesia de San Pablo llena de fieles y público, el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, consagró el pasado ... domingo como ermitaña a Rosario Hernández Ruiz, nacida en la Senda de los Garres (Murcia) pero afincada desde hace diez años en la Casa de la Oración en Abarán, situada en la Sierra del Oro, en una antigua ermita que fue restaurada por el sacerdote Antonio Yelo, ya fallecido. Ocupa el tercer lugar de cuatro hermanas y un hermano. Sin apenas estudios, solo cursó la EGB, ser ermitaña significa para ella «vivir como cualquier cristiano, pero con mayor rigurosidad y sobre todo en silencio y soledad», reconoció.
Esta religiosa ermitaña, de 56 años, que en 2014 colgó sus hábitos como monja dominica para transferir su alma a la comunicación constante con Dios y que vive de la providencia y lo que la gente le da, continuará con su estilo de vida, «que no es otro que dedicarme las 24 horas del día al Señor y a interceder por todo el mundo a través de la oración», argumenta, recordando que «continuaré podando árboles y limpiando malezas de la zona en la que vivo recluida».
En la larga ceremonia religiosa, que duró casi dos horas, el obispo estuvo acompañado por once sacerdotes, así como por varias comunidades religiosas de la Región. Tras aceptar ser llamada Paula, la ermitaña se enfundó el nuevo hábito y recibió un anillo, un crucifijo y una placa.
«Vas a consagrar tu vida a Dios», le espetó el obispo con su madre y hermanos como testigos. En su homilía, Lorca Planes afirmó que «su estilo de vida no es normal, pues se retira de los cánones de la vida actual, y que sepas que no has elegido mal, pues tienes un buen padrino que es Dios, así que no tengas miedo y confía en él», señaló.
Dirigiéndose a su madre, Conchita, el obispo de la Diócesis argumentó que «su hija no está sola, está con el Señor y la soledad no es un problema; ella no se ha casado, pero Dios le ha concedido muchos hijos», dijo. En otro momento, Lorca Planes afirmó que «Abarán tendrá una gran intercesora ante Dios pues la hermana Paula ha jurado los votos de castidad, pobreza y obediencia».
La ermitaña, tras agradecer las muestras de cariño recibidas hacia su persona por parte del Obispado, Ayuntamiento, familiares y amigos, manifestó que «este acto es una respuesta a la llamada del Señor, que la he estado esperando hace mucho tiempo, por lo que os pido que receís por mí y me acompañéis con vuestra oración». Tras recibir una fuerte ovación, recibió de manos del obispo el diploma del papa Francisco, donde le otorga la bendición apostólica.
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