El nuevo plan especial contra las sequías en el Segura se retrasa

La Confederación había finalizado hace más de un año los trabajos de revisión de este plan que ayuda a hacer frente en los periodos prolongados de falta de lluvias, e incluso fueron expuestos en consulta pública para realizar aportaciones. Sin embargo, el Ministerio determinó a finales de 2023 que este proyecto normativo debía someterse a una evaluación de impacto ambiental ordinaria, un proceso más complejo que obligará a retrasar la aprobación definitiva del documento que afecta al Segura.

«A tal efecto, la Confederación Hidrográfica del Segura ha elaborado el correspondiente Estudio Ambiental Estratégico y ha llevado a cabo las modificaciones necesarias en la 'Propuesta de proyecto de revisión del Plan Especial de Sequía' de esta demarcación», explican desde el organismo de cuenca.

Entre esas novedades que trae el documento estaría una reforma más profunda de los indicadores de escasez de recursos en la cuenca, que ahora diferenciarían mejor en qué situación están las reservas propias del Segura y los aportes que circulan procedentes del Trasvase del Tajo. Esta cuestión ha suscitado polémica en los últimos años, sobre todo con la llegada de este periodo de sequía, al no reflejar el actual sistema de forma correcta la realidad de las existencias en la cuenca.

La preparación del nuevo plan especial supuso un apretón a los municipios de más de 20.000 habitantes en la Región (18 en total) para que elaborasen y remitieran a la CHS sus planes de emergencia de sequía para los abastecimientos urbanos, algo a lo que obliga esta normativa. Fuentes de la Confederación aseguran que el 100% de estos territorios ya tienen el visto bueno, a falta de recibir el 'ok' en los respectivos plenos municipales.

La nueva estrategia contra las sequías estipula un incremento de los controles y las penalizaciones contra los consumos abusivos del agua en zonas urbanas (esto evitaría el acopio irracional), y también de vertidos inapropiados. Además, se prohibiría el llenado de piscinas en situación de emergencia o se disminuiría el riego de los espacios verdes. Las tarifas del agua también se podrían incrementar como medida de disuasión ante un derroche del agua por parte de una población.

Estas medidas las tomarían los propios ayuntamientos, que podrían incluso recurrir al corte de suministro de agua potable, aunque este sería el último recurso del que tirarían para ahorrar.

El plan especial de sequías también regula el uso de los pozos de sequía. En esta ocasión, la actualización contempla destinar no más de 120 hm3 al año al regadío y al abastecimiento a la población. Además, se mejora la protección de los acuíferos sobreexplotados, ya que la masa de agua subterránea de El Molar (entre Murcia y Albacete) dejará de aportar al sistema de emergencia unos 15 hm3 que se extraían antes para la Mancomunidad de los Canales del Taibilla. Este acuífero fue declarado en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo.