La nueva prueba de madurez de la Ebau no convence a los evaluadores murcianos

El actual modelo de pruebas seguirá vigente el próximo junio, para que se examinen quienes todavía estudian con la Lomce, y el nuevo se aplicará con un período transitorio. La nueva selectividad comenzará a aplicarse con algunos cambios en junio de 2024 –para los alumnos que este año comienzan primero de Bachillerato y los que aún están en tercero y cuarto de la ESO– y un formato ya definitivo, con transformaciones notables, en cinco años, en junio de 2027, que afectará a los que ahora están en segundo de la ESO o en cursos inferiores.

La novedad que ha soliviantado a miembros de la comisión regional de la Ebau es el diseño de la llamada prueba de madurez académica. En una primera fase, desde junio de 2024, evaluará destrezas del ámbito lingüístico (castellano e inglés) con un 25% de la nota en la fase general, mientras que a partir del curso 2026 las materias de Historia de la Filosofía y de Historia de España, que hasta entonces se evaluarán por separado y de forma obligatoria, se sumarán a la prueba de madurez. La prueba interdisciplinar, «aparentemente orientada a evaluar la madurez y el juicio crítico de los estudiantes, se desvanece al analizar su estructura. Constará de veinticinco preguntas, redactadas en las dos lenguas del examen y divididas en dos grupos: preguntas cerradas (es decir, tipo test) y preguntas semiconstruidas, eufemismo que esconde un simple rellenado de huecos con una palabra o expresión breve. A estas se suman tres preguntas de desarrollo, cuya risible extensión (un párrafo largo o dos párrafos breves) no permitirá, de ninguna manera, evaluar ni la madurez del estudiante ni su expresión escrita», denuncian los evaluadores que se oponen. Entre ellos, Esther Vivancos, coordinadora del área de Lengua Castellana y Literatura de la comisión evaluadora de la Ebau en Murcia.

La vicerrectora de Estudios de la UMU y presidenta de la comisión regional de la Ebau, Sonia Madrid, considera que el desarrollo del nuevo modelo «se ha acelerado. No podemos plantear un modelo competencial antes de que los estudiantes lo hayan aplicado en sus institutos. No nos oponemos a que se evalúe por competencias, de hecho ya lo hacemos en la Universidad, pero no a cualquier precio», denuncia molesta porque el Ministerio de Educación haya relegado a las universidades a un papel meramente observador en el diseño de una nueva prueba «que debemos aplicar después nosotros». La misma opinión comparte el coordinador de la Ebau, Joaquín Lomba, quien denuncia que el área de Literatura desaparece y que, cuando el modelo se complete, las áreas de Historia y Filosofía también quedarán relegadas.