La mujer que recibió una paliza de su expareja en Cieza: «Me golpeó en las costillas, me tiró al suelo y me pisó la cabeza»
La víctima, que perdió el bazo hace dos años por estos hechos, declara que su agresor no le dejaba ver a nadie, «solo podía estar con él»
La mujer que sufrió una brutal paliza que le provocó la extirpación del bazo por parte de su expareja hace dos años en Cieza declaró este miércoles que esta no le dejaba quedar ni hablar con nadie, «ni siquiera con mi familia; solo podía estar con él». La titular del tribunal aceptó la petición de la abogada de la defensa del acusado, que solicitó la modificación del orden de las declaraciones para que su cliente lo hiciera el último de todos en lugar de ser el primero, como suele ser habitual. Por este motivo, la primera persona que declaró fue la propia víctima y lo hizo como testigo a través de videoconferencia en el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial.
La pareja inició una relación en 2021 que duró un año, cuando las discusiones eran ya usuales. «Al principio no era así, pero se fue volviendo cada vez más celoso. No me dejaba salir con nadie, solo podía estar con él. Me quitaba el móvil para que no llamara y lo guardaba durante días». La mujer explicó que le impedía ver a su propia familia y le amenazaba si lo hacía.
«Cada vez se iba poniendo más violento por la droga que consumía». Hasta que una tarde de febrero, había quedado con un amigo y hubo una discusión y le volvió a quitar el teléfono. La chica, previendo que podía ir a más, salió de la casa y bajó a un bar para que le dejaran un móvil y llamar a un conocido para que la recogiera de allí.
«Regresé a la vivienda y me empezó a pegar. Primero me dio puñetazos en las costillas, me rompió dos; luego un golpe en el páncreas. Caí al suelo y empezaron las patadas y me pisó la cabeza. En ese momento me quedé inconsciente». La víctima de la agresión se despertó al día siguiente, tumbada en una cama, dolorida y medicada. «No me dejaba marcharme. Me decía que él la curaría, que tenía una costilla rota, que me relajara». Así estuvo durante varias horas, hasta que en un despiste, el acusado se dejó el móvil en una mesita cuando fue al baño y ella pudo llamar y pedir auxilio.
La agresión que, según recoge el fiscal en su escrito de conclusiones provisionales, dejó múltiples secuelas en la víctima, entre ellas la extirpación del bazo y la necesidad de una prótesis en el páncreas. El procesado, de nacionalidad paraguaya, afronta penas que suman 19 años de cárcel por presuntos delitos de detención ilegal, lesiones graves y coacciones. El acusado, tal y como explica el Ministerio Público, ya había sido condenado con anterioridad por amenazas en el ámbito de la violencia de género.