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Santiago Moreno, este viernes, a su llegada a la Tertulia La Luz. Ros Caval / AGM

Santiago Moreno: «No podemos poner otra vez a la sanidad en el precipicio»

El jefe de enfermedades infecciosas del Ramón y Cajal, murciano y superviviente del virus, dice que «otra oleada de la pandemia es evitable»

Viernes, 17 de julio 2020, 18:52

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Desde las dos orillas, como paciente en la UCI y en su papel de infectólogo e investigador, Santiago Moreno Guillén (Archena, 1960), ha tenido oportunidad de conocer a fondo, hasta donde se puede, los estragos del coronavirus. El viaje transformador de la enfermedad lo vivió Moreno Guillén, jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas en el Ramón y Cajal de Madrid, a vida o muerte, cuando fue diagnosticado de Covid-19 el pasado 13 de marzo, después de semanas en la primera línea de batalla frente al virus en su hospital. Comenzó con síntomas leves, pero la infección fue a más, hasta el punto de que llegó a encontrarse al borde de la muerte por la virulencia con que le atacó la enfermedad, que le tuvo dos semanas en la UCI convencido de que «me iba al otro barrio». Una travesía en plena tormenta que hoy cuenta emocionado por el apoyo y la lucha compartida contra la enfermedad de sus compañeros.

El doctor convertido en su paciente, el investigador objeto de su estudio, se reconoce superviviente de una «situación de guerra» que sigue abierta, y ya recuperado, alertó este viernes, durante su participación en la tertulia 'La Luz', del «momento clave» en el que nos encontramos frente a la pandemia. «No debemos asustarnos con los rebrotes, tienen que ocurrir porque quedan personas con el virus, pero la situación es diferente si lo hacemos bien. Los brotes son inevitables, pero una segunda oleada de la pandemia sí es evitable si actuamos bien, y debemos hacerlo. No podemos poner al sistema sanitario y a la economía otra vez al al borde del precipicio».

Galería. La Tertulia La Luz, en imágenes.

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Galería. La Tertulia La Luz, en imágenes. Ros Caval / AGM

Para evitar ese abismo, el también catedrático de Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares, estudiante de matrículas de honor a base de becas y clases particulares para pagar las matrículas, repite la fórmula mágica: «Hay que hacer caso; llevar la mascarilla puesta siempre, insistir en el lavado de manos y evitar aglomeraciones. Si hay que sacrificar la pista de baile de las discotecas, habrá que hacerlo, pero estamos en un momento clave y hay que sacrificarse un poco. Hay que actuar de forma taxativa con los brotes, aunque las medidas sean impopulares», repitió este viernes, y feliz de reincorporarse a la pelea sanitaria que queda por librar.

El sistema sanitario, insistió este viernes convencido quien se enfrentó al sida en los tiempos duros, cuando los pacientes fallecían sin tratamiento, encarará cualquier situación sanitaria futura siempre «con más músculo. Se han generado los mecanismos que permiten hacer frente a lo que venga. Hemos salido reforzados de la pandemia, cuando se tuvo que improvisar; se ha estado creativo, lo que ha sido un mérito adicional del sistema. Con algo sobre lo que no teníamos experiencia, cada hospital y cada centro de atención primaria se ha organizado para dar la mejor atención y no morir en el intento, dijo antes de su intervención, a la que asistieron, entre otros, el consejero de Salud, Manuel Villegas; el alcalde de Murcia, José Ballesta; y el empresario Tomás Fuertes.

«No debemos asustarnos con los rebrotes; tienen que ocurrir de manera inevitable»

Poco optimista sobre la inminencia de una vacuna, que a su juicio tardará en llegar - «Dios quiera que sea buena y no solo genere anticuerpos sino que, además, sea la que se necesita para evitar las infecciones»-, el infectólogo cree que el camino para evitar una segunda oleada pasa por la efectividad del sistema sanitario a la hora de atajar los rebrotes. «El papel de los rastreadores es fundamental, y de las pruebas PCR a quienes presentan síntomas. La única forma de atajar es mantener a rajatabla el confinamiento de los contactos, aunque suponga un sacrificio. Lo que ha pasado no tiene que volver a pasar si hacemos las cosas bien».

Desde la cama del paciente

Los duros días en la UCI han supuesto para Moreno, a pesar del sufrimiento, un aprendizaje: «La enfermedad y la medicina son diferentes desde la cama del paciente. Vives sensaciones que sabes que como médico tienes que cuidar. Esta enfermedad además tiene el añadido de que se pasa sin nadie, sin compañía, y para mí ha sido muy instructivo», dice agradecido a los compañeros que le trataron cuando sentía que no saldría de la UCI.

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