María Trinidad Herrero, en la sede del IMIB. Javier Carrión/ AGM
Presidenta de honor de la Academia de Medicina y Cirugía de la Región de Murcia

María Trinidad Herrero Ezquerro: «Hay que proteger el derecho a controlar nuestro propio cerebro»

«En el futuro vamos a ser biónicos; se trata de utilizar la ciencia a favor de la especie humana»

Miércoles, 14 de febrero 2024, 01:30

María Trinidad Herrero (Calahorra, La Rioja, 1961) es una científica de espíritu renacentista. Catedrática del departamento de Anatomía Humana y Psicobiología de la Universidad ... de Murcia, se formó en Navarra, París y Cambridge. Impulsó el Instituto de Envejecimiento de la UMU y la Asociación de Mujeres Científicas Lyceum. También se licenció en Periodismo. Tras una brillante trayectoria, le llegan numerosos reconocimientos. Si el lunes recibía el título de académica de honor en la Academia de Ciencias Odontológicas de España, mañana se convertirá en presidenta de honor de la Real Academia de Medicina y Cirugía de la Región de Murcia.

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–Es una científica de visión muy amplia. Si echa la vista atrás, a la trayectoria recorrida hasta ahora, ¿de qué se siente más orgullosa?

–De seguir viva. Y de la suerte que he tenido en la vida por nacer en una familia que me ha apoyado siempre, que me ha llevado siempre hacia adelante y que ha construido mi forma de ser, resiliente y asertiva.

–A lo largo de los años ha sido testigo del desarrollo de la ciencia en esta Región. Desde el Instituto del Envejecimiento al impulso que ha supuesto el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB). ¿La comunidad se ha situado en el lugar que le corresponde en el campo de la ciencia biomédica o hay que ser más ambiciosos?

–Hay mucho talento en la Región de Murcia. Desde que llegué, hace 30 años, encontré a gente muy emprendedora, con grandes ideas, generosa y con muchas ganas de progresar. Todo eso ha ido dando frutos. Claro, tiene que haber un apoyo de la administración local. Hemos tenido la suerte de que, con más o menos, lo ha habido: desde la Fundación Séneca a las consejerías de Ciencia o de Industria. Todavía mereceríamos estar mejor, pero creo que ha sido un caldo de cultivo que va 'in crescendo'. Soy muy optimista. Lo hemos visto en los últimos Premios de Jóvenes Científicas que promovemos en la asociación Lyceum, con unas contribuciones de una calidad impresionante.

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FEMINISMO

«El Ministerio de Igualdad, en la última legislatura, ha hecho que los hombres se sientan agredidos»

–Como neurocientífica, ¿qué reacción le provoca el anuncio de que Neuralink, la compañía de Elon Musk, ha logrado implantar un chip en el cerebro de un paciente?

–Esto ya se ha hecho, por ejemplo, en personas con acromatopsia, con problemas para ver colores. Es el futuro, vamos a ser biónicos. Eso es utilizar la ciencia a favor de la especie humana, como llevamos haciendo desde 'excalibur', la herramienta de sílex encontrada en Atapuerca [y datada en 400.000 años de antigüedad]. En cada etapa de la historia, de la humanidad, la tecnología se ha incorporado a la vida. Si ahora tenemos un avance de la tecnología que es la conexión máquina-cerebro, utilicémosla para bien. Hace tiempo que se está investigando en esta conexión en monos.

–Muchos científicos creen que hay que prepararse para lo que viene protegiendo los neuroderechos. Es decir, la privacidad e intimidad de nuestro cerebro.

–Esto es muy importante. Hay una corriente en esta dirección que encabeza Rafael Yuste (neurobiólogo de la Universidad de Columbia) con la que he estado en contacto, aunque no me haya incorporado. En estos momentos estamos tratando a pacientes con estimulación cerebral profunda, mediante ultrasonidos. Dependiendo de qué área estés estimulando o inhibiendo, cambias el comportamiento motor (por ejemplo, el temblor en un paciente de párkinson). Pero en otra área, puedes cambiar la conducta. Por ejemplo, la impulsividad. Nosotros publicamos que si se aplicaba una estimulación en la corteza dorsolateral izquierda o derecha aumentaba o disminuía la impulsividad en jóvenes. Esto se puede hacer y tiene riesgos. Da pavor porque se puede llegar a manipular la voluntad de una persona para mandarla a una guerra, para que no tenga miedo. Por eso, todo esto tiene que estar legislado. Normalmente, en Medicina, la legislación bioética va por detrás de los avances. Pero esto es inminente, es real y hay que abordarlo. Debe discutirse entre neurocientíficos, abogados, ingenieros, políticos. La prioridad debe ser establecer el derecho a controlar tu propio cerebro.

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–Solo hay que observar el trabajo de muchas científicas en el IMIB para comprobar los avances en igualdad. Pero, ¿no le preocupan algunas tendencias sociológicas que detectan las encuestas? Según el barómetro del CIS, el 44% de los hombres consideran que «se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres» que ahora se les está discriminando a ellos.

–Yo soy neofeminista: creo en la igualdad en la diferencia. Hombres y mujeres tenemos diferentes capacidades, complementarias, y no somos ni mejores ni peores. No soy nueva en el feminismo, ya era feminista cuando estaba casi prohibido. Pero yo no agredo. Hay que evitar que los varones se sientan agredidos, y esta respuesta [en la encuesta del CIS] significa que se están sintiendo así. Si hemos llegado a la igualdad es por la lucha de muchas mujeres desde las sufragistas y mucho antes, en la Revolución Francesa. Es un camino demasiado largo en el que muchas mujeres se han involucrado, pero jamás habríamos llegado [a la igualdad] sin hombres que hubieran estado de acuerdo. Hemos tenido el apoyo de varones que eran progresistas, que pensaban en la igualdad. Lo que es un error manifiesto es llevar a cabo políticas feministas en contra de los varones, eso es hacerse el 'harakiri'. Hay que tener claros los objetivos: la igualdad de oportunidades, no la supremacía femenina. No queremos eso o, al menos, yo no lo quiero.

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NEURODERECHOS

«Da pavor que se pueda manipular la voluntad de la persona. Pero es un riesgo real, y hay que legislar»

–¿Qué discursos son los que, en su opinión, son percibidos como agresivos por los hombres?

–Hay un feminismo que no sé cómo nombrar, que es el que ha estado en el Ministerio de Igualdad en la última legislatura, que no ha ayudado al objetivo de la igualdad de oportunidades porque ha enfrentado, ha hecho que los hombres se sientan agredidos. Eso es lo último que se debe buscar y pretender, porque entonces no conseguimos nada. Otro de los problemas que tenemos son las nuevas tecnologías, que están ofreciendo a través de las redes sociales una imagen retrógrada de la mujer, de hace 50 años. Ahí tenemos un reto enorme para no retroceder en los avances que ha costado tanto conseguir, y que pueden frustrarse en pocos años. Es un peligro enorme.

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